La políticas sobre administración de los Estados en todas aquellas naciones de franco desarrollo, niveles culturales altos, responsables en sus funciones públicas y todos los otros atributos que la hacen ser referentes mundiales, tienen como punto esencial la continuidad de las cosas. Continuidad territorial, representativa, en políticas de desarrollo, en su denominación, en fin, en todo cuanto sea estable y conocida en el tiempo su presencia y función que la hacen tener historia, por tanto, una raíz definida.
Uno de los ejemplos más notables es observar la cancillería suiza, en Berna. Un edificio en que en uno de sus costados hay una siembra de trigo. “Ahí se ha sembrado los últimos 200 años”, dando cuenta de los límites urbanos establecidos, mantenidos, protegidos.
Con la eventual creación de la Región de Ñuble se produce una suma de cuestiones, de todo orden, absolutamente al revés de lo anterior.
Fuera de que no existe organismo alguno que recomiende la destrucción de la Región del Biobío, es evidente que el afán de su creación, apoyado inconducentemente por todos los parlamentarios de Ñuble, ha tenido sólo un componente local, cuyo origen se remonta a la idea de que “a Ñuble no le llega ningún apoyo del Gobierno. Todo se queda en Concepción”. Y de esa forma justifican sus debilidades en el desarrollo, marginación del crecimiento nacional y, lo más grave, sentirse realmente una provincia, con todo el desprestigio que éstas alcanzaron (los “provincianos”, personas buenas pero nada más…).
A lo anterior se ha sumado, alegremente, el Consejo de Desarrollo Regional que resolvió, inconsultamente, apoyar el quiebre de su Región, como si esto fuere cualquier cosa. Poco interés hubo de los consejeros, incluidos los representantes de Ñuble, de aplicar las normas legales sobre descentralización regional existentes; tampoco conocer lo realizado por sus parlamentarios o ex parlamentarios en materia de normas legales que beneficien ese territorio. Por qué, porque hay quienes piensan que la presencia parlamentaria se mide en el número de camisetas que algunos regalan, para dejar contentos a los cientos de equipos de fútbol.
El verdadero problema es que no se han elaborado planes de desarrollo conocidos para Ñuble, sólo pinceladas diversas. En suma, estamos frente a un acto institucional sin fundamentos que, de aprobarse, debilitará en extremo la administración regional y desprestigiará a la nacional.