Siguen las opiniones contrarias a la creación de más regiones y, en este caso, muy particularmente la Región de Ñuble ¿Por qué entonces seguir?
No es posible crear nuevas entidades territoriales sin que éstas cuenten con los espacios internacionales. Chile vive del mundo. Su motor de desarrollo son las exportaciones. Cada día debemos conquistar un espacio más en el mundo. Nuestra Región, con Ñuble incluido, después de años ha logrado consolidarse con una marca internacional.
Hoy los puertos se mejoran, vienen en busca de nuestra fruta, madera, otros. Delegaciones viajan conquistando nuevas sociedades. Traen mercados nuevos, cultura que enriquece nuestra vida regional. De todo esto quiere marginarse Ñuble. ¿Por qué? No hay dos razones, hay una sola: “Es que Concepción se queda con todo”. Tal hecho, muy verdadero o no tan verdadero, no se resuelve creando una Región. Más bien, tal medida puede ser la tragedia sin retorno al nacer ésta sin las fortalezas que el mundo moderno exige. Ñuble puede quedar a medio camino de ninguna parte, sobre todo porque levanta la voz para independizarse sin conocer los objetivos de tal determinación.
Aún no sabemos de sus planes de desarrollo o, mejor, las razones porque tales planes, si es que los hay, sólo pueden cumplirse siendo Región, con un costo enorme. ¿Acaso cambiarán las personas que hoy son sus autoridades para dar cabida a una nueva generación de hombres y mujeres en el servicio público, porque los actuales, simplemente, fracasaron?
Hoy los gremios comienzan a levantar la voz. Llaman a cuidar la organización territorial de Chile. En sus declaraciones dejan entrever las necesidad de mirar el mundo, conocer los volúmenes, de observar la infraestructura, bajar los costos de administración, conformar sociedades mayores. Todo lo contrario a lo que será Ñuble que, a costa de mantener inalterable su posición de nueva región, prefiere alejarse de otra, la nuestra, cuyas perspectivas de desarrollo superan nuestra propia imaginación creadora.
¿Y el Consejo Regional? El silencio que a veces es una manifestación de la prudencia, en este caso, es al revés. ¿Acaso están ajenos del nuevo debate sobre creación de regiones en el cual nadie está de acuerdo con la creación de otros territorios autónomos? Quisiéramos oír participar con opiniones sobre esta materia, pero la respuesta es sólo silencio. ¿Y la otra instancia? La Corporación de Desarrollo, que cuenta con un presupuesto espectacular, ha financiado nuevos estudios para redefinir nuestra Región del Biobío, ahora despedazada. También hay sólo silencio. La imprudencia está por todas partes.