Pide extender los instrumentos de ayuda generados para la reconstrucción también hacia los sectores medios. Con franqueza dice que la forma como el Gobierno y la Oposición han abordado el tema de la encuesta Casen y el salario mínimo no le ha gustado porque ha habido cierta demagogia en ambos lados. Advierte que ningún sector político puede sacar provecho de los más pobres.
No es un senador díscolo, pero tampoco tiene pelos en la lengua para expresar sus puntos de vista con claridad, incluso contra el gobierno que respalda. Fue enérgica la advertencia de Pablo Longueira Montes (51) cuando señaló que “ningún sector puede sacar provecho político de los chilenos más vulnerables”. Y lo hizo justo al día siguiente que el Presidente Sebastián Piñera entregara los resultados de la Encuesta de Caracterización Socieconómica Nacional (Casen) que arrojó que la tasa de pobres en Chile aumentó desde un 13,6 a un 15,1%, en le período 2006-2009.
Y es que al senador UDI por Santiago Oriente no le gustó que se relacionara las cifras de la medición con las irregularidades detectadas en el gobierno de la ex Presidenta Bachelet. “Si he criticado sistemáticamente a los gobiernos de la Concertación por la utilización política de los pobres, por cierto que voy a criticar a los de mi sector que quieran politizar esta situación”, afirmó, dejando en claro una vez más que no estaba dispuesto a ser uno de los “yes man” del gobierno de Piñera.
Con esta frase, Longueira, una de las figuras más fuertes y populares dentro de la UDI, sumaba una nueva crítica a la gestión presidencial, como cuando acusó “falta de prolijidad en la instalación del gobierno” o el “escaso” peso político del gabinete ministerial.
Clase media: niña bonita
-Hace mucho tiempo Ud. viene advirtiendo sobre la necesidad de mejorar la redistribución del ingreso y los salarios ¿Qué pasó por su cabeza cuando escuchó al Ministro de Hacienda de su Gobierno decir que un sueldo mínimo de 185 mil pesos era “mucho”?
-Fue una frase desafortunada, cuando la leí pensé cómo no se tiene la capacidad de decirlo de otra forma, me impactó leerlo, porque si no va a haber un aumento significativo del salario mínimo uno tiene que explicar las razones. No me pareció justo para la gente que vive con el sueldo mínimo, que es gente que no es libre, que trabaja para subsistir y no tiene capacidad de elegir nada en la vida. Pero sobre todo me impacta ver la demagogia que despiertan, de ambos lados, estos temas tan sensibles para el país.
-¿Y qué pasa con la clase media? Hay cientos de familias con sus viviendas destruidas por el terremoto que no están recibiendo subsidios especiales para reconstruir o comprar una nueva casa. Sólo pueden optar al DS 40. Tampoco han tenido respuestas de las inmobiliarias o constructoras ¿Quién se preocupa por ellos?
-El Gobierno tiene aquí una responsabilidad fundamental, creo que es algo que el Ejecutivo tiene que revisar, y extender los instrumentos de ayuda hacia la clase media afectada por el terremoto. Por otra parte la responsabilidad de las empresas es clara: tienen que dar la cara.
-¿De qué manera se puede obligar a los privados a asumir esa responsabilidad?
-Hay instrumentos, como la ley del consumidor, pero creo que la comunidad tiene que organizarse y las empresas tienen que responder, en esto hay normas de calidad de la construcción muy claras que no están excluidos por una situación de esta envergadura.
-La norma de diseño sísmico vigente sólo exige que ante sismos de intensidad severa el edificio no colapse.
-Si las inmobiliarias no están respondiendo por situaciones muy específicas de la ley, el Gobierno tiene que dar un respaldo y las empresas tienen que responder, yo creo que el mundo privado tiene que actuar responsablemente en esta situación.
-La clase media es la niña bonita en las campañas políticas. Todos prometen que se harán cargo de ella, pero llegan al gobierno y se olvidan de este compromiso ¿Qué piensa hacer Ud. para que esta situación cambie?
-Por ejemplo, inicialmente en esta ley de Reconstrucción yo era partidario que el Gobierno aumentara en forma transitoria el impuesto a la primera categoría para las grandes empresas, pero que rebajara impuestos a la clase media también en forma transitoria. Me parecía que si íbamos a pedir excepcionalmente un esfuerzo a la empresa también era correcto aliviar a la clase media aumentando de 350 a un millón de pesos el tramo exento del impuesto a la renta.
-¿Qué pasó con esa idea?
-Nunca tuve respuesta. Lamentablemente mi idea no se acogió. Pero espero que mi Gobierno cumpla sus promesas hacia la clase media, porque si bien es cierto que la inmensa mayoría de los recursos tenemos que destinarla a la gente más vulnerable del país, también debemos aliviar el esfuerzo que hace la gran mayoría de los chilenos. Mi propuesta era una buena oportunidad para haber dado una señal positiva.
-¿Va a ser usted el primer ministro que tenga la cartera de Desarrollo Social? ¿Ha conversado esa posibilidad con el Presidente?
-No, porque actualmente hay un gran ministro en Mideplan, que es Felipe Kast, y espero sinceramente que él continúe la consolidación y la formación de ese ministerio social. Pienso que lo que va a proponer legislativamente el Gobierno es transformar a Mideplan en el Ministerio de Desarrollo Social para que además asuma todas las responsabilidades sociales que hoy están repartidas en muchas carteras. Por lo tanto eso de ser ministro fue un sueño que no se dio, pero yo doy vuelta la página, porque soy muy respetuoso de las decisiones presidenciales. Si tengo esa oportunidad en el futuro la evaluaré, porque no sé si el día de mañana tenga la misma disposición.
-Ud. dijo que no estaba de acuerdo con el proyecto que regula las uniones de hecho propuesto por el senador Allamand porque podía potenciar la pobreza…
Lo que dije es que siempre la mejor protección para los menores más vulnerables es el matrimonio civil. Si tú construyes otra figura jurídica que debilita lo mejor puede ser un daño. Eso es lo que tenemos que estudiar en su mérito, porque hoy los núcleos mayores de pobreza en Chile están en la destrucción familiar. La indigencia en el país está radicada principalmente en familias constituidas por mujeres jefas de hogar.
Yo voy a votar a favor de todas aquellas cosas que no debiliten el matrimonio, porque el matrimonio es la forma en que protegemos a los menores.
-¿No se trata de una cuestión valórica entonces?
-No para nada, porque yo veo y quiero analizar este tema como una cuestión de política pública. No hay ninguna otra consideración.
Descentralizar ahora
-Ud. siempre ha pedido que las regiones resuelvan autónomamente el destino de sus inversiones ¿De qué manera su gobierno va a avanzar en la descentralización efectiva que demandó con tanta vehemencia mientras fue oposición?
-Todos los candidatos a la presidencia en estos últimos 20 años han hecho un gran discurso regionalista, pero finalmente cuando llegan al gobierno no delegan poder. Lo que nosotros necesitamos es que la inversión sectorial regional se decida en un alto porcentaje en regiones y eso se logra traspasando poder. Espero que mi Gobierno cumpla lo comprometido y traspase atribuciones de manera que no se siga decidiendo centralizadamente en los ministerios en Santiago.
-¿Sólo espera qué…? ¿O se va comprometer para que estas promesas realmente se cumplan?
-Yo me voy a preocupar que durante este período se cumpla, no solamente en esta materia, sino que todo lo que le comprometimos a la gente. En mi primera intervención como gobierno, antes del terremoto, dije; si tenemos que subir impuestos para cumplir lo que le prometimos a la gente, entonces subiremos los impuestos. Así también me jugué la primera semana de marzo cuando fuimos invitados a una reunión para decirnos que el Gobierno después del terremoto quería dar un bono de marzo menor al que había ofrecido. Me jugué resueltamente para decir que a pesar del terremoto teníamos que cumplirle a los chilenos lo prometido en campaña. Por lo tanto, seguiré trabajando para que se cumplan todos las promesas que están en el programa de gobierno de Sebastián Piñera.
En el área chica
-La directiva de RN en Biobío ya propuso a Carlos Larraín como un posible presidenciable para el 2014. ¿Cree probable que nuevamente desde esta zona se pueda imponer el nombre del abanderado de la derecha?
-Podría ocurrir, pero pienso que en esta materia va a ver un fenómeno que no tuvimos anteriormente, y esto es que la opinión pública nos va a imponer las figuras presidenciales. Eso se va a dar mucho también si tenemos buenos ministros. Si uno mira las candidaturas presidenciales de la Concertación, la inmensa mayoría de ellas nació de plataformas ministeriales. Por lo tanto, tenemos que aprovechar que como gobierno tenemos esa posibilidad. Podría ocurrir también que sean los partidos las que las instalen, pero creo que en dos años más vamos a tener esa realidad más definida. Pienso que lo más probable es que esta vez tengamos una gran primaria entre la UDI y Renovación para definir un candidato único.
-Usted criticó el carácter excesivamente técnico del gabinete de Sebastián Piñera y deslizó la necesidad de tener más peso político en las futuras designaciones. ¿Qué cambió para que ahora sugiera que el candidato a La Moneda de la derecha podría salir entre los secretarios de Estado?
-Ya Joaquín Lavín ha vuelto a estar muy bien evaluado. Ahora está ejerciendo un cargo ejecutivo, pero es una persona que ha tenido una vida política muy apta… Recordemos que cuando la ex Presidenta Bachelet asumió como ministra de Salud y posteriormente en Defensa, era más bien vista como una persona no política, por lo tanto, en nuestro mundo eso se instala y puede haber muy buenas figuras que hagan una gran gestión, que tengan gran carisma con la ciudadanía. Puede ser el propio Felipe Kast, quien es una figura joven, emergente y muy capaz. Creo que pueden surgir personas que en este momento ni siquiera nos imaginamos.
-Hasta el momento los nombres que más suenan para suceder a Sebastián Piñera son el suyo y el de Joaquín Lavín. ¿Cree que si tuviera que elegir entre los dos el Presidente lo apoyaría a usted?
-Quiero ser muy honesto: voy a estar disponible en la medida que no haya otras personas dispuestas. Si Joaquín Lavín vuelve ser una opción presidencial y tenemos la convicción que con él continuamos gobernando el país, voy a ser el primero en sumarme. Si se da un escenario diferente lo veremos. Lo que sí tengo claro es lo que tenemos que hacer hoy, y esto es permitir que todas aquellas figuras que quieran proyectarse como abanderados presidenciales tienen que jugar su rol. El escenario es exactamente a la inversa que hace 4 años para nuestro mundo.
-¿Piensa que contaría con el apoyo de Piñera o él se la jugaría por un candidato de RN?
-Si eventualmente yo llegara a ser el candidato de la Alianza no tengo duda en que él actuaría de la misma forma como yo lo hice en la última campaña. En esta Región me hice cargo de su acto de cierre de campaña y él en febrero me agradeció sinceramente la colaboración que le presté. Las veces que hemos conversado el tema, el Presidente me ha comentado que el éxito de su gobierno pasa por la capacidad de dejar un continuador, por lo tanto estoy seguro que cualquiera sea el abanderado va a contar con el apoyo de Sebastián Piñera.
-¿El Presidente le ha comentado que Ud. podría ser su “heredero político”?
-No hemos hablado de eso, porque no es un tema para mí. Hay mucha gente que no lo entiende. En 2006, cuando dije que estaba disponible para ser figura presidencial, lo hice por un sentido de responsabilidad, porque sé el liderazgo que tengo en la UDI y creo que el tiempo me demostró que tenía razón en que como partido debimos asumir ese liderazgo con tiempo. Pero no es mi vocación personal asumir una candidatura a la presidencia de la República.
-¿Y no es el sueño de todo político convertirse en Presidente?
-Sé que es difícil que la gente crea esto, pero no es mi sueño ni busco llegar a La Moneda. Si yo tuviera ese objetivo estaría haciendo muchas cosas, como por ejemplo, haber aceptado la presidencia de la UDI, como me la ofrecieron Juan Antonio Coloma y José Antonio Kast, porque así sentían que lo quería la dirigencia del partido a lo largo de Chile. Yo entré a la política por razones muy distintas a las que ingresa el común de la gente. Fui invitado por Jaime Guzmán desde muy joven a crear un partido nuevo, y diferente. Lo hicimos y el tiempo me llevó a asumir responsabilidades de liderazgo que nunca imaginé.
-Rodrigo García, nieto de Pinochet, dijo que “la generación de la UDI que creció y participó en el gobierno militar -entre ellos lo menciona a usted- jamás levantará un liderazgo capaz de llegar a la presidencia del país… Y que estaban estigmatizados por el gobierno militar del cual renegaban”.
-Quiero ser muy claro, yo apoyé el gobierno militar, pero nunca “boletié” para ellos; en algunas parte me achacan que fui asesor de Vivienda en el período de Poduje y no fui asesor de él ni ocupé ningún cargo. No quiero con esto distanciarme, sino precisar algunas cosas porque en este lenguaje del nieto de Pinochet se deja la idea como si yo le debiera algo al gobierno de su abuelo.
No soy una persona que reniegue del gobierno militar, todo lo contrario, creo que hizo cosas muy positivas por una parte, pero por cierto otras muy negativas en materia de derechos humanos, entonces no se puede estar defendiendo a fardo cerrado como algunos exigen. Las expresiones de Rodrigo García no tienen ningún fundamento, son personas que no sé qué es lo que han hecho para descalificar de esa forma a servidores públicos.
-¿Entonces sí piensa que un ex pinochetista puede llegar a La Moneda?
-Pero por cierto, por ejemplo, Joaquín Lavín tuvo una colaboración mayor a la que yo tuve con el gobierno militar y estuvo a punto de ser Presidente de Chile. Creo que Pinochet hoy no es un tema que defina una elección. De hecho hay muchos partidarios del gobierno militar que hoy están en el gobierno y eso es una realidad. La gente sabe que Sebastián Piñera estuvo por el No, y que en el gobierno militar hizo gran parte de su fortuna y lo critican por eso, pero todo el mundo conoce que el sostén de su candidatura fue un sector político que colaboró con Pinochet. Hay gente a la que no le importa y a otra que sí, pero descalificar diciendo que tú no puedes gobernar porque fuiste partidario de Pinochet ya no es argumento, y ese fue también parte del error de la Concertación que creyó que con esa lógica politizada iba a sacar el quinto gobierno.