El 26 de abril de este año se realizará el plebiscito donde una cifra superior a los 14 millones de ciudadanos podrá pronunciarse sobre si desea o no una nueva constitución y, además, deberán determinar cuál es el órgano que estará a cargo de su redacción.
Varios temas siguen sobre la mesa sin definirse, como los escaños reservados para pueblos originarios, la paridad de género y el voto de extranjeros residentes en el país, entre otros.
Siendo este el escenario, lo que ocurra durante los próximos tres meses resultará crucial para el futuro del país. Es un tiempo suficiente para leer la actual carta fundamental y, por tanto, votar en conciencia, para que el día de mañana no le pase lo que le ocurrió al rector de la Universidad de Valparaíso y vicepresidente del Consejo de Rectores (CRUCh), Aldo Valle, quien tras ser emplazado sobre la suspensión de la PSU, solo atinó a decir: “Nunca pensé que…”.
El no pensar las cosas tiene importancia, pues usted y sus hijos vivirán con las consecuencias de sus decisiones. Dicho lo anterior, le brindo algunos argumentos a favor y en contra, para que los vaya considerando mientras se relaja en sus vacaciones.
“Sin embargo, la principal razón para tomar su decisión la conoce usted mismo, y proviene de su experiencia. Por lo pronto, le puedo indicar que según la encuesta Cadem de mediados de enero, un 74 % estaría por la opción Apruebo, no habiéndose contabilizado aún el efecto de la suspensión de la PSU”
Argumentos para votar a favor de una nueva constitución: su origen ilegítimo (elaborada durante la dictadura); la eliminación del rol subsidiario del Estado; la necesidad de crear un Estado plurinacional que reconozca a los pueblos originarios; el derecho a la salud, educación y pensiones dignas garantizadas en forma efectiva por el Estado; que el agua sea declarada bien nacional de uso público, y que se incorporen principios tales como la solidaridad y el asistencialismo del Estado.
En la vereda opuesta, entre los principales argumentos en contra está que los cambios antes referidos se pueden materializar a través de una reforma de la actual constitución; el temor ante la eventual derogación o modificación del artículo 19 Nº 24 de nuestra carta fundamental, que asegura el pago de indemnización a los particulares por la expropiación del derecho de propiedad sobre bienes raíces, fondos de capitalización individual, entre otros; el alto costo que generaría para el Estado garantizar los derechos a la educación, salud y pensiones y la “hoja en blanco” a partir de la cual solo será constitución aquello que se acuerde con un quórum de 2/3. Luego, aquellas materias que no alcancen dicha proporción de votos favorables, podrían ser modificadas cada cierto tiempo a través de simples mayorías.
Sin embargo, la principal razón para tomar su decisión la conoce usted mismo, y proviene de su experiencia. Por lo pronto, le puedo indicar que según la encuesta Cadem de mediados de enero, un 74 % estaría por la opción Apruebo, no habiéndose contabilizado aún el efecto de la suspensión de la PSU.
Queda verano y no sabemos las sorpresas que nos puedan traer los meses venideros. La buena o mala noticia es que usted es el responsable de su destino. De ahí, la importancia de informarse.