Primeros Licenciados en Bioingeniería en la UdeC: LA HISTORIA COMIENZA A ESCRIBIRSE

/ 21 de Diciembre de 2008

21 estudiantes de Bioingeniería obtuvieron el grado de licenciado en esta disciplina y están a un par de meses de alcanzar su título profesional, que los capacitará para aplicar el conocimiento biológico al desarrollo tecnológico del país.
En 2004, el profesor Nelson Carvajal Baeza, en su calidad de académico y Director del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular de la Facultad de Ciencias Biológicas de la UdeC, fue el encargado de dictar la clase inaugural del año académico de los primeros estudiantes de Bioingeniería de esa casa de estudios. Cinco años después, Nelson Carvajal, ahora como Decano de esta Facultad, fue quien presidió la graduación de 21 estudiantes de aquella  promoción que aceptó el desafío de transformarse en la pionera de un área aún no explorada en el país: la Bioingeniería.
Su papel en el campo laboral será solucionar, a través de ideas innovadoras, los problemas que hoy amenazan a la industria en las áreas ambiental, de recursos naturales, de los alimentos o incluso en el área farmacéutica o médica.
El caso de Guillermo Pozo, Licenciado en Bioingeniería y estudiante del Magíster en Microbiología, es un ejemplo de ello. Él actualmente trabaja en un proyecto para generar un polímero biodegradable a partir de los vertidos que se generan de los procesos productivos de la industria de la celulosa. Una manera creativa de solucionar un tema ambiental  y, además, entregar una materia prima para la elaboración de plástico.

INVESTIGADORES APLICADOS

Este 2008 es el último período académico para estos estudiantes que obtuvieron su grado de licenciado. 13 de ellos iniciaron, en marzo pasado, estudios de magíster de manera paralela a su quinto año, con lo que extenderán hasta 2009 su formación. Quienes no optaron por esta alternativa, ya están a pocos meses de convertirse en profesionales de la Bioingeniería y, como recalca el Decano Nelson Carvajal, serán los encargados de abrir camino a las generaciones venideras.
“Hemos procurado que durante el desarrollo de la carrera los alumnos tengan la posibilidad de elegir sus propios destinos y por eso algunos ya caminan hacia una formación académica que esperamos culmine a nivel doctoral; otros se decidieron por una aproximación más inmediata a la industria, pero cualquiera sea el camino que elijan, ellos están conscientes que son los primeros en recorrerlo y que tienen la posibilidad y la responsabilidad de dejar huellas que las generaciones venideras recorrerán en el futuro”.
La Directora de la carrera, María Victoria Hinrichs, reconoce que el desafío al que se enfrentarán los futuros bioingenieros no es fácil. Sin embargo, señala que tendrán los conocimientos y competencias que les brinda la sólida formación científica que reciben en la carrera.
“Si queremos tener crecimiento, por ejemplo, en el medio forestal, que es un sector tan importante en la zona,  hay que manejar herramientas de mejoramiento genético que nuestros estudiantes de bioingeniería han adquirido a través de una intensa formación en esta área”.
Respecto de la capacidad de estos profesionales que en cinco años deben absorber conocimientos de dos áreas que hasta el momento han circulado por carriles paralelos, como la ciencia básica y la ingeniería, el Vicedecano de la Facultad, Gerardo González, explica que el diseño curricular de Bioingeniería en la UdeC podría asemejarse al proceso de formación del ser humano que durante los primeros años de vida cimenta las bases del comportamiento. “En esta carrera es  lo mismo. Durante los 3 primeros años, que son muy intensos en ciencias básicas, los estudiantes adquieren una fortaleza respecto de otras carreras y por eso es que podemos formarlos en 5 años, porque en los dos siguientes se refuerza la parte ingenieril que les va a permitir proyectar esta formación básica hacia soluciones productivas. Esta es la principal diferencia con otros profesionales que tienen una formación parecida”, aclara.
De esta manera, añade, “estamos preparando investigadores aplicados que irrumpirán en un mercado que les abre múltiples posibilidades laborales tanto a los que quieran dedicarse a la investigación pura o a proyectar conocimiento hacia el sector productivo”.

ELISA GIUSTINIANOVICH: EN BUSCA DE SOLUCIONES PARA LA PESQUERÍA

El nombre de la estudiante de último año de Bioingeniería, Elisa Giustinianovich, se repitió varias veces durante la graduación de los bioingenieros de la UdeC. Fue quien logró el mejor rendimiento de su generación y, además, el mejor promedio de los cursos del área biológica celular y molecular. Pero también, como integrante de la Orquesta de Estudiantes de la Universidad de Concepción, subió al escenario para ejecutar algunas piezas musicales en su violín durante el intermedio de la ceremonia.
La trayectoria académica de Elisa, también estudiante de danza en Calaucán, se prolongará hasta el  próximo año, pues optó por continuar estudios de magíster. En su caso, el de Ingeniería Química, donde desarrolla una tesis dentro de un proyecto de las profesoras Marlene Roeckel  y Estrella Aspe  -del Departamento de Ingeniería Química-  sobre tratamiento de residuos pesqueros. “Siempre me gustó ese tema, desde muy pequeña sabía que me interesaba el área ambiental, de hecho estudié Biología y luego me cambié a bioingeniería cuando supe que se abría la carrera. Empecé con biorremediación y luego me enfoqué a la parte de tratamiento de residuos, que yo creo que es lo más directo para dar soluciones ambientales”, explica.
El tema que desarrolla es de vital importancia sobre todo para la industria pesquera del sur de Chile, donde los lagos de la zona corren el peligro de saturarse por el vertimiento de residuos pesqueros. “Nosotros estamos capacitados para buscar soluciones a problemas como éste, que se vive en el sur, sin afectar el rendimiento productivo, pero resguardando el medio ambiente”.

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