El contagio de esta enfermedad infecciosa es más frecuente en el verano, cuando las personas pasan más tiempo al aire libre, en zonas donde habita el ratón de cola larga, a través de cuya saliva, orina u deposiciones se transmite el virus. Por eso, al inicio de la temporada es necesario recordar las medidas para prevenirlo.
FUENTE: RedSalud
En la época de primavera y de verano es cuando más se escucha sobre casos de personas contagiadas de Virus Hanta. Una enfermedad infecciosa aguda, transmitida por el ratón de cola larga, que habita en sectores precordilleranos, zonas rurales y cerca de cursos de agua.
Por eso es en esta temporada, donde hay mayor circulación de visitantes en zonas de campos y bosques, cuando hay más exposición a la enfermedad. Se manifiesta inicialmente con síntomas parecidos a la gripe, como fiebre, mialgia, decaimiento y trastornos gastrointestinales, seguidos de manera abrupta por dificultades respiratorias y un shock profundo.
El infectólogo de RedSalud, Royfel Siso, explica que el periodo de incubación del Hanta es variable, por lo que los síntomas pueden aparecer entre cinco y 45 días, después del contagio.
“Este virus tiene una tasa de letalidad de entre 30 y 40 por ciento, por lo tanto, quienes experimenten síntomas respiratorios y hayan estado en situaciones de riesgo, deben acudir de manera temprana a un médico para realizar los exámenes necesarios que orienten el diagnóstico y permitan una hospitalización oportuna”, sostiene.
Siempre elegir lugares limpios
El principal mecanismo de transmisión del hantavirus es la inhalación de partículas virales presentes en la saliva, orina y deposiciones del ratón. Por eso, la mejor manera de prevenir su contagio es evitar el contacto directo con estos roedores y sus excreciones.
“Si se utilizan carpas, estas deben tener piso, cierre y estar libres de agujeros. Además, al salir, es clave caminar únicamente por senderos habilitados, evitando adentrarse entre matorrales y pastizales, y abstenerse de recolectar o consumir frutos silvestres”, agrega el infectólogo Royfel Siso.
Los momentos de mayor riesgo son al acampar o hacer excursiones en zonas rurales o semirurales, así como al ingresar a casas, cabañas o lugares cerrados, especialmente si han estado deshabitados por mucho tiempo. En estos casos, se debe ventilar durante 30 minutos antes de entrar a esos espacios. “También se recomienda rociar el suelo y las superficies con una solución de agua y cloro, seguido de una limpieza exhaustiva y barrido”, refuerza Siso.
Además, es necesario sellar con materiales resistentes todas las aberturas por donde puedan ingresar roedores, desratizar y mantener el exterior de las casas y bodegas libre de maleza y basura.
Para quienes gustan acampar en el campo o ir de paseo, se les recomienda elegir lugares libres de matorrales, de desperdicios y desechos cercanos.
“Si se utilizan carpas, estas deben tener piso, cierre y estar libres de agujeros. Además, al salir, es clave caminar únicamente por senderos habilitados, evitando adentrarse entre matorrales y pastizales, y abstenerse de recolectar o consumir frutos silvestres”, agrega.
Royfel Siso enfatiza que, en caso de recolectar alimentos, es imperativo lavarlos y desinfectarlos antes de consumirlos. Además, se deben almacenar en envases cerrados y no dejar restos ni utensilios sucios en áreas de acampada o en zonas rurales. Asimismo, se debe beber solo agua potable, hervida o embotellada. Por último, aconseja mantener la basura en recipientes cerrados y, si es necesario, enterrarla adecuadamente.