La presencia de un botiquín en el hogar es fundamental para atender los primeros síntomas de una enfermedad o algún accidente leve. Sobre qué elementos no pueden faltar en él para dar una atención adecuada a los miembros de la familia nos cuenta la enfermera Belén Oliva.
Más vale prevenir que curar, dice el proverbio. Y si bien no sabemos quién inventó la frase, sí podemos adivinar que no tenía un botiquín en casa. Si no, habría sabido que con su contenido era posible dar respuesta a ambas cosas: a prevenir y a curar.
Así de relevante es tener en nuestro hogar un botiquín, el que debe incluir todos los elementos necesarios para responder adecuadamente a los primeros síntomas de alguna enfermedad menor, o dar los primeros auxilios a víctimas de accidentes domésticos. Así lo señala la enfermera Belén Oliva Hulín, especialista en Cuidados Intensivos del Adulto: “El botiquín es un recurso de primera necesidad, cuyo objetivo es brindar una asistencia inmediata en caso de algún síntoma agudo leve o una urgencia, antes de trasladarse a un centro asistencial o visitar al médico, si fuera necesario”.
En este periodo de pandemia, contar con los insumos médicos necesarios en casa cobra aún más relevancia, pues contribuiría a descongestionar las Urgencias y a evitar arriesgarse a posibles contagios.
Eso sí, aclara la profesional, “el contenido del botiquín es para dar una asistencia inmediata a situaciones simples y síntomas básicos, pero no sustituye el consejo médico. Si los síntomas persisten, o la lesión es de mayor envergadura siempre se debe consultar con un médico o acudir al servicio de urgencia”.
¿Qué debe contener mi botiquín?
La enfermera Belén Oliva detalla que se debe contar con algunos insumos básicos, además de medicamentos. Por ejemplo:
*Termómetro
*Vendas, ojalá elástica para una mejor fijación.
*Tela adhesiva de uso médico, del tipo micropore o durapore.
*Gasas de diferentes tamaños.
*Algodón
*Alcohol al 70 %, idealmente. “Es bueno aclarar que solo se debe usar como desinfectante en heridas que no estén abiertas, o alrededor de ellas, para limpiar la zona y bajar la carga bacteriana, de modo de evitar que se infecte. Pero nunca dentro de la herida, como usualmente se hace, porque el alcohol desintegra las células. Eventualmente, también podría usarse para desinfectarnos las manos antes de tratar la herida”.
*Ampollas plásticas de suero fisiológico al 0,9 %. “Esto sí nos va a servir para limpiar la herida en sí, la que luego cubriremos con una gasa o algún tipo de vendaje”.
*Parches curita.
*Unidades refrigerantes. “Estas bolsitas de gel se ponen en el refrigerador y sirven para ayudar a bajar la fiebre o para desinflamar una torcedura o esguince. Hay que recordar nunca ponerlas directo sobre la piel, sino siempre envueltas en alguna tela para evitar quemaduras”, recomienda.
*Medicamentos básicos: analgésico, como paracetamol; un antiespasmódico para cólicos abdominales, como metamizol más pargeverina; un antipirético para la fiebre y medicamentos tópicos para dolores musculares, como diclofenaco en gel. “También se pueden agregar antiácidos y antigripales”.
La enfermera señala que se pueden adicionar otras cosas al botiquín, como mascarillas y guantes durante esta emergencia sanitaria; una máquina toma-presión, si en la casa hay adultos mayores, o medidores de glucosa en sangre, si alguno de los integrantes de la familia padece diabetes. “En el caso de que haya niños, se debe contar con los medicamentos recomendados por su pediatra para síntomas como cólicos o fiebre, y nunca darles remedios de adultos, pues en muchos casos se manejan distintas dosis y presentaciones”.
Algunos consejos
-Guardar todos los elementos mencionados dentro de una caja o bolso que se use solo como botiquín, de modo que los insumos estériles no se contaminen con otras cosas.
-Revisar la fecha de caducidad de los medicamentos y de las gasas, ojalá cada seis meses, eliminando lo que haya expirado.
-Informar a todos los miembros de la familia dónde se ubicará el botiquín, eligiendo un lugar que esté fuera del alcance de los niños, para evitar accidentes o intoxicaciones.
-Ubicar el botiquín en un espacio limpio, fresco, seco y alejado de la luz, pues “los medicamentos necesitan tener una temperatura y nivel de humedad adecuada para mantener su composición. Por ello, no es bueno ubicarlo en la cocina o los baños”.
-Es importante también tener en cuenta las alergias medicamentosas de los miembros de la familia, para contar con otras opciones a mano.
-Finalmente, quienes mantienen un tratamiento permanente deben cuidar de no mezclar su prescripción médica con el botiquín básico, de modo de no incurrir en errores involuntarios en la medicación. “En estos casos, se sugiere mantenerlos en un espacio distinto, y ojalá rotulados con la dosis y horarios en que se deben ingerir”.