En el último mes, Greenpeace ha hecho noticia en nuestras regiones. La osada acción de 20 voluntarios en el Complejo Forestal e Industrial Nueva Aldea que Celco tiene en Ranquil, provincia de Ñuble, y la cruzada contra la tala ilegal de Alerce en el sur del país -donde la organización interpuso una demanda contra una forestal de la zona en el Segundo Juzgado Civil de Puerto Montt- han copado páginas y noticieros de los medios de alcance nacional y regional, generando debate entre los que apoyan su causa y los que les critican su accionar. Así y todo, pocos realmente conocen exactamente cuál es exactamente el trabajo de esta ONG que tiene más de 3 décadas de vida y que se ha enfrentado a poderosas compañías, gobiernos e instituciones que, según ellos, han realizado acciones que ponen en peligro al medio ambiente. Por eso, si quiere tener su propia opinión, informada, sobre quiénes son, cómo se financian, dónde están, quiénes le dirigen y sus campañas en el sur de Chile, siga leyendo este artículo, que seguramente le servirá cuando sus integrantes nuevamente den que hablar.
Orígenes: la travesía del Phyllis Cormack
En 1971, dos canadienses, Jim Bohlen e Irwin Stolem decidieron impedir que Estados Unidos realizara pruebas nucleares en la isla de Amchitka, frente a Alaska. Arrendaron un pesquero, el “Phyllis Cormack”, y emprendieron su travesía, pero durante la navegación, el barco y toda la tripulación fue detenida por la marina estadounidense. Sin embargo, la acción tuvo tal impacto entre la opinión pública internacional, que finalmente logró que el gobierno de Richard Nixon cediera y anunciase el fin de las pruebas. Este viaje dio pie para la creación, en 1973, de Greenpeace, una organización no gubernamental con fines ecologistas, que actualmente tiene sedes en 37 países del mundo y que instaló su primera oficina en Chile en octubre de 1993.
Qué hacen
La misión de Greenpeace es proteger la diversidad de la vida en todas sus formas. Por eso actúan en todos los puntos del planeta donde consideran que empresas, gobiernos e instituciones atentan contra la naturaleza: océanos, aire, suelo y agua dulce. También se oponen a las amenazas nucleares y fomentan la paz y la no violencia. Por lo mismo, aseguran que la única orientación política de Greenpeace es la protección del medio ambiente y que tienen total independencia de cualquier organización política, económica o religiosa.
Qué defienden
Actualmente, a nivel mundial, Greenpeace realiza 6 campañas en defensa de la biodiversidad del planeta. En Chile, en cambio, las acciones se limitan a menos ámbitos: defensa de los bosques nativos y transgénicos, aunque desde este año iniciaron una campaña especial por el tema de la celulosa, dirigida específicamente contra Celco, a la que sus dirigentes acusan de “falta de responsabilidad social y ambiental”. En ella participan voluntarios de todas los grupos locales. La campaña de Océanos, que suele ser tan llamativa en el mundo por sus acciones de protesta, se trabaja a nivel nacional sólo a través de reuniones con el Gobierno y comunicaciones.
Greenpeace en Chile: dónde están
Greenpeace Chile tiene grupos de apoyo local en la segunda, quinta, octava , novena y duodécima regiones. Estos grupos de voluntarios trabajan principalmente haciendo difusión de las campañas de Greenpeace, en programas de educación y en algunos casos en el desarrollo de proyectos locales. Los equipos los conforman grupos de entre 10 y 30 personas. Concepción es el más numeroso (25 voluntarios) seguido por Valparaíso (23) y Temuco (20). Cada grupo local es dirigido por un coordinador que responde a la oficina de Santiago.
Acciones de protesta
Las acciones de protesta de Greenpeace son audaces, espectaculares, pero ante todo mediáticas. Ejemplo de ello fue el bloqueo del acceso principal de Celulosa Nueva Aldea y la escalada que 5 voluntarios de la ONG hicieron al edificio de la caldera principal de la industria, -de 100 metros de altura aproximadamente- para desplegar un lienzo que rezaba: “Celco basta de contaminar”. Algo similar hicieron hace algún tiempo en el Cerro San Cristóbal, donde colgaron una tela desde la virgen que decía: “No matarás”, en alusión a los problemas de contaminación sufridos en el Gran Santiago. Para qué hablar del revuelo causado por una activista argentina que, con un diminuto bikini, protestó ante un grupo de mandatarios en la Cumbre Eurolatinoamericana de Viena para reclamar por la instalación de una celulosa en Uruguay: “No Pulpmill Polution” les pidió la modelo Evangelina Carrozo. Y es que, debido a la protesta de su génesis, en Greenpeace sostienen que estas acciones forman parte de “la resistencia no violenta” de la organización y que ellos operan “bajo el convencimiento que la presión pública, la acción directa no violenta y el lobby político producen cambios para un ambiente mejor”.
Quiénes componen Greenpeace
El staff de Greenpeace está conformado por un grupo de profesionales que trabajan formalmente en la organización y reciben un sueldo por el trabajo que hacen. Las campañas son lideradas por profesionales especializados. También tienen un departamento de comunicaciones y fundraising (recaudación de fondos), donde se desempeñan profesionales de las áreas de las comunicaciones, marketing y publicidad. Los voluntarios o activistas son personas que han decidido trabajar en la organización durante su tiempo libre en forma voluntaria. La mayoría son estudiantes universitarios, y el único requisito para participar es tener algo de tiempo para trabajar por la organización y suscribir con la base de sus principios. Todos ellos reciben entrenamiento en las diferentes áreas en que participan, según sus capacidades e intereses. Hay equipos de escalada, de botes (para las campañas de los océanos) de difusión y de educación, entre otros. Además, reciben capacitaciones de No Violencia y Pacifismo activo. En total cuentan con 160 voluntarios y 6 mil socios en todo Chile.
¿Y el financiamiento?
Una de las críticas más recurrentes hacia los grupos ecologistas apunta a su financiamiento y a muchos de ellos se les acusa de defender desconocidos intereses particulares. En la página web de Greenpeace aseguran que todo el financiamiento sale del aporte de personas naturales y del monto que cada socio (4 millones en todo el mundo) entrega voluntariamente. Se apuran en asegurar que no reciben aportes de empresas, partidos políticos, gobiernos ni grupos religiosos.