Roger Sepúlveda CarrascoRector Universidad Santo TomásRegión del Biobío.
En medio de un panorama de desafíos y transformaciones, este inicio de 2024 encuentra a Chile en un momento crucial que demanda una reflexión profunda: ¿Estamos a tiempo de recuperar la confianza que hemos perdido en diversos ámbitos de nuestra sociedad?
La respuesta no solo radica en la voluntad individual, sino que, también, en la capacidad colectiva de reconstruir los lazos que han sido debilitados en áreas clave como la economía, la política, la inversión y la convivencia social.
La necesidad de una economía sólida en Chile es imperativa para sustentar políticas públicas esenciales en áreas como educación, salud y seguridad ciudadana. No obstante, en las últimas décadas, se observa una desaceleración preocupante en la inversión fija. Mientras que en el periodo que concluyó en 2012, esta crecía a una tasa promedio anual del 11% en términos reales, la última década, culminada en 2022, evidencia un preocupante estancamiento con un crecimiento promedio anual de apenas el 1%. A esto se suma el desafío adicional del manejo de la inflación y el persistente desempleo, factores que indudablemente complican el panorama económico y social del país.
Asimismo, la credibilidad en las instituciones políticas se ha visto erosionada en los últimos años, generando un desencanto generalizado. Recuperarla implica un cambio en la forma en que se ejerce el poder, promoviendo la transparencia, el diálogo y la participación ciudadana.
La construcción de consensos y la búsqueda de soluciones conjuntas son clave para superar las divisiones y sentar las bases de una política representativa y comprometida.
“El llamado es claro: estamos a tiempo de revertir la desconfianza que amenaza con dividirnos aún más. Los chilenos necesitamos volver a trabajar juntos, superando diferencias y construyendo un futuro compartido. Pero esta recuperación no es solo responsabilidad de unos pocos, sino que es un esfuerzo común”.
La inversión, a su vez, motor del desarrollo, requiere un entorno propicio que inspire a los inversionistas a venir o quedarse en Chile. La seguridad jurídica, la estabilidad política y la claridad en las regulaciones son elementos esenciales para atraer inversiones y fomentar el crecimiento económico. Restaurar la certidumbre en este ámbito implica trabajar en conjunto, gobierno, empresarios y sociedad, para construir un ambiente de negocios que beneficie a todos.
La pérdida de confianza también se refleja en la convivencia social, donde la polarización y la falta de empatía han generado fisuras en el tejido comunitario. Es fundamental reconstruir los lazos sociales a través del diálogo, la tolerancia y el respeto.
La cooperación de la sociedad civil, la promoción de la diversidad y la construcción de espacios inclusivos son pilares para fortalecer nuestra convivencia y prevenir el deterioro del tejido social.
El llamado es claro: estamos a tiempo de revertir la desconfianza que amenaza con dividirnos aún más. Los chilenos necesitamos volver a trabajar juntos, superando diferencias y construyendo un futuro compartido. Pero esta recuperación no es solo responsabilidad de unos pocos, sino que es un esfuerzo común. En un momento crucial la pregunta persiste: ¿Estamos a tiempo?
La respuesta yace en la acción colectiva y en la voluntad de construir un Chile más fuerte, inclusivo y confiable. El desafío es unirnos para seguir cimentando el país que queremos entregarles a las generaciones futuras.