Está disponible para ser congresista, y entusiasma con su visión para producir “el despegue” de la Región y retener a sus cerebros. Dos cosas se necesitan: Un liderazgo no excluyente y una inversión de US$ 400 millones en ciencia y tecnología, tal como hizo Singapur en 2002, cuando Chile gastó apenas 2.000.000 de dólares en el humilde Centro de Biotecnología en Concepción. En la piscicultura, acuicultura y la agroindustria está la llave maestra del “gran salto”, asegura.
El médico y académico Martín Zilic Hrepic se ríe de buena gana de la serie de postulaciones, con subidas y bajadas incluidas, que la prensa le ha atribuido en su carrera política. “Nunca he sido candidato a nada, pero siempre se hacía circular mi nombre, siendo yo el más sorprendido con esas versiones” confiesa.
Ahora, en cambio, sí dice estar dispuesto a jugársela por una opción senatorial, tras recibir el apoyo de importantes sectores de su partido, aunque advierte que cualquier designación suya debe hacerse por primarias abiertas, ya que la gente está cansada de nominaciones de las cúpulas de las colectividades.
Zilic (63) recuerda como uno de sus logros mientras fue intendente de la ex administración de Eduardo Frei Ruiz Tagle (1994-2000) el proyecto Costanera, porque en vez de segregar a las 3 mil familias que vivían en ese sector de pobreza dura en Concepción, se les buscó una solución habitacional de buena calidad en el mismo lugar y de integración social.
“Ese proyecto significó ingresar al concurso de Hábitat de las Naciones Unidas como una de las 50 experiencias más exitosas en el mundo y la única de Chile. Es la más grande de su tipo que hizo el país”, cuenta con orgullo.
La educación le apasiona, y señala que volvería a ser ministro si se lo pidieran, pero con un titular de Hacienda distinto. Acaba de retornar de México, donde expuso ante unos diez mil directivos educacionales sobre la realidad de la enseñanza en América Latina, para lo cual preparó su intervención durante tres meses. “Pensaba que que tenía exponer ante unas 250 personas y me encuentro con un recinto más grande que La Tortuga repleto y con gente interesada por el tema que me causó mucha admiración. Es algo que todavía nos falta en Chile”.
En el campo político, valora el diálogo como mejor herramienta para lograr consensos; confiesa sentir aprecio por el Presidente Piñera, aunque le preocupa el nivel de rechazo creciente de su gestión: no es bueno para la gobernabilidad de un sistema democrático que esa situación se mantenga en el tiempo.
A la arena política
-El senador Hosain Sabag no iría a la reelección y sectores de la DC apoyan una postulación suya a la Cámara Alta. ¿Está disponible para enfrentar ese desafío?
“No es bueno adelantar la campaña senatorial. Siempre he dicho que no busco cargos, pero si tengo que asumir esa responsabilidad, esta vez estoy disponible, porque me encuentro en una etapa de mi vida profesional en que puedo dedicarme al servicio público más intensamente. Lo digo con mucha propiedad, porque muchas veces me han atribuido candidaturas -con subidas y bajadas- que más bien respondían a versiones periodísticas”.
-¿Le favorece ser el presidente regional del PDC electo por las bases?
“Creo tener un gran apoyo, pero hay que definir el mecanismo de cómo se designarán los candidatos. Soy partidario de primarias abiertas. Sé que otras figuras han manifestado su intención de postular a la Cámara Alta, como el alcalde PPD de Hualpén Marcelo Rivera. Lo primordial es generar las designaciones de cara a la gente con una participación muy amplia, porque la ciudadanía está cansada que las cúpulas les impongan nombres. La experiencia de la DC en Talcahuano fue catastrófica, en más de una oportunidad perdimos ese distrito, porque no supimos elegir en la Región un buena carta que nos asegurara un triunfo. En segundo lugar, tanto la DC como la Concertación deben contar con propuestas claras para enfrentar los problemas y necesidades de la zona. El tema de un posible acuerdo con el senador del MAS, Alejandro Navarro, para mantener el doblaje acá, tendrá que discutirse en su oportunidad, luego de llegar a un consenso al interior de nuestra coalición”.
– ¿Sería Ministro de Educación, pese a su salida abrupta en medio de la llamada “revolución pingüina” durante el gobierno de Michelle Bachelet, en julio de 2006?
“Volvería a ser titular de la cartera de Educación, pero con otro ministro de Hacienda. Mi conflicto no fue con los pingüinos, sino por dejar en claro que la gestión de mi cartera tenía que ser transparente. No lo era. El ex Seremi de Educación en la Región Metropolitana, Alejandro Traverso, no tenía sus cuentas claras y había muchos problemas que después fueron aclarándose. Lo que se hizo, luego de mi salida del cargo fue lo que siempre postulé: transparentar y tener una gestión de eficiencia en educación. Ser de regiones pudo perjudicarme un poco, porque los embates en Santiago son tremendos. Si uno preguntaba a los periodistas en La Moneda dónde se haría una reunión, era motejado como el ministro desubicado y provinciano. Mi gran preocupación fue y será cómo hacemos la mejor reforma a la educación: se han hecho muchas, pero todas de parches. Una seria implica definir claramente los parámetros por los cuáles nos vamos a comparar como país; realizar la inversión en recursos humanos y hacer cambios en la actual organización del sistema educativo. Si esos tres aspectos se abordan por separado de nada servirá”.
-¿La DC hizo la reflexión necesaria de la derrota de la Concertación como para aspirar a ser nuevamente el principal partido del país?
“A todos nos falta una autocrítica. En Chile tenemos cierto pudor de reconocer que nos equivocamos. Cometimos muchos errores, que la gente nos dijera “no más” no es algo fortuito. Nos sintió lejanos y que habíamos sido ineficientes en algunas aspectos y en otros poco transparentes y honestos. Pero nadie puede desconocer sí que entregamos un país distinto al de los años 90, porque hicimos una tarea gigantesca por cambiarlo, la que incluso es reconocida hoy por el Presidente Piñera en muchas oportunidades. Un ejemplo fue aumentar en 500% las salas cunas”.
– ¿Qué opinión tiene de la gestión del actual Mandatario y el rechazo del 49% en las encuestas a un año de haber asumido?
“El gobierno de Piñera tiene una percepción equivocada; hay una excesiva tendencia a creer que todo lo puede solucionar con criterios tecnocráticos. Con la comunidad de Magallanes, por el gas, intentaron darse un gusto que les salió tremendamente caro: desconocer lo que pensaban sus habitantes. Optaron por subir el precio del gas para validar la supremacía del mercado, pero no esperaban una reacción popular tan masiva y unitaria.
En la Región del Bíobío ocurre algo similar. Cuando la intendenta Jacqueline van Rysselberghe le plantea a los pobladores de Aurora de Chile que mintió, la reacción es simple: ¿lo hizo realmente para ayudar a esos vecinos?. Esa no es una manera de hacer política con principios y valores, ya que la gente quiere que se le diga la verdad.
Muchas veces como intendente me reuní con pobladores durante horas y tuve que decirles que lo que solicitaban no era factible, pero que siempre estaría dispuesto al diálogo. Yo he ido tres veces a hablar con Jacqueline a su oficina, no tengo problemas con ella. Sin embargo, muchos empresarios se quejan de ser marginados, es larga la lista de quienes sufren esta exclusión. Localmente, RN dice que no es su gobierno ni tampoco su intendenta e incluso parlamentarios, alcaldes y concejales de la UDI la sienten lejana y lamentan el uso de encargados territoriales u operadores políticos como referentes válidos. No hay que ser adivino para saber qué está provocando un rechazo tan generalizado al Ejecutivo en esta zona…”
-¿Complica la estabilidad del sistema democrático el tener un gobierno con un rechazo ciudadano creciente?
“Le tengo aprecio al Presidente Piñera, pero tiene que dar un golpe de timón, especialmente en la Región del Biobío. No es posible que su gestión tenga tal rechazo, porque genera un sistema de ingobernabilidad. Lo peor para un país es no tener una conducción clara. Es preferible equivocarse y reconocerlo con claridad que andar sin rumbo. A mí me interesa que al Ejecutivo le vaya bien, y en lo personal estoy disponible para dar lo mejor de mí y de nuestro partido para avanzar en la Región. Nuestra tarea como oposición constructiva y fiscalizadora es mostrar caminos alternativos de propuestas y de futuro distintas. No estamos por una actitud cerrada, ni de obstrucción, pero se requiere acá un liderazgo que convoque y no excluya hasta quienes son parte de la propia coalición oficialista”.
-¿Es una ventaja para la Concertación el conflicto que mantiene marginado del gobierno regional a RN?
“Las recientes encuestas, pese a ser ellas una fotografías del momento, revelan que hay un aumento progresivo de la sensación en la gente que el gobierno del Presidente Piñera no está haciendo lo que corresponde. De hecho, frente al tema de la reconstrucción más del 50% estima que no se hace con la celeridad y las medidas que respondan a las necesidades locales. La Concertación debe ser muy responsable en su rol opositor, porque la ciudadanía no quiere vernos peleando. Por eso, en los meses que me tocó ser vocero del conglomerado en la zona evité -junto a los presidentes de los partidos- los conflictos internos y aunamos esfuerzos para entregar propuestas claras a los problemas y a los grandes desafíos de la Región. Para ello pedimos el aporte técnico, científico y de financiamiento, en las distintas materias, a nuestros especialistas de las universidades de Concepción y del Bío-Bío”.
Al respecto, advierte que tras el terremoto del 27-F, el sector pesquero de la Región enfrenta un crítico problema pues sufrió pérdidas gigantescas (500 millones de dólares). A ello se suma una disminución de las cuotas de captura que sólo alcanzan 250 a 300 mil toneladas de jurel anuales. Esa cantidad representa el 5% de lo que se extraía en la década del 90, cuando se alcanzó un récord de 5 millones de toneladas.
De su punto de vista esta realidad implica: incrementar las áreas de manejo y de cultivos para que la pesca artesanal funcione con un criterio más empresarial que de organizaciones sindicales e impulsar su asociatividad con los más grandes, en una estrategia a largo plazo para el desarrollo de la acuicultura y piscicultura en la Región.
Otra recomendación de los expertos y científicos del conglomerado opositor consultado para el sector pesquero industrial: entregar productos con mayor valor agregado para darle un plus -en calidad y precio- a la reducida biomasa que se puede extraer. Hay ejemplos simples considerando que el valor de tonelada de aceite de pescado históricamente ha fluctuado entre 800 y 1.500 dólares, en los mercados internacionales. “Si le extraemos los ácidos grasos como el Omega 3, que es extraordinariamente importante para la salud humana, podemos obtener hasta 15.000 dólares por una tonelada bajo esa formulación, es decir, 10 veces más que el actual valor máximo. La otra gran opción para los recursos pelágicos son los productos congelados para consumo humano, con ello habrían retornos de hasta 150 mil dólares por cada una”, precisa.
-¿Qué gestión falta para impulsar esos desafíos y potenciar un acelerado crecimiento de la zona?
“Necesitamos tranquilidad y una autoridad regional que convoque y asegure la asistencia de todos los actores necesarios y representativos. Hace mucho tiempo que no veo una mesa de diálogo con empresarios, universitarios, alcaldes, consejeros regionales, partidos políticos, gremios y organizaciones sociales y vecinales. Un intendente debe integrarlos a todos, de lo contrario no tendrá éxito. Para mí fue una gran satisfacción que el senador de la UDI, Víctor Pérez Varela, dijera en un programa de TV que como autoridad regional siempre lo invité a la intendencia. Esta Región vive todavía un momento difícil, porque tiene una tasa de desocupación mayor y un crecimiento menor que el promedio nacional; además, su nivel de pobreza es superior a la media de Chile. Estas realidades requieren una estrategia regional. Eso se hizo en mi período (1994 y 2000), con importantes saltos cuantitativos y cualitativos en infraestructura, educación y equidad social que ha sido el norte de la Concertación y del PDC. Excluyendo y sólo potenciando los conflictos no saldremos adelante”.
-¿Qué autocrítica hace de la gestión de la Concertación en la zona, ya que todavía esos grandes problemas no se han superado?
“No se reforzaron inversiones en ciencia y tecnología, educación, salud y otros orientados al desarrollo productivo. Hoy es más dificultoso dar el gran salto de crecimiento y exportando materias primas no lo lograremos. La competitividad del modelo exportador, tal como se aplica en la zona, no está funcionando, no tiene la capacidad para romper el problema del desempleo que se está tornando estructural y tampoco de hacernos crecer igual y por sobre la media nacional”.
Fuga de cerebros
Matín Zilic advierte que hay problemas con la retención del recurso humano calificado que es primordial para potenciar el crecimiento de la zona. Un estudio de la Organización para Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) sobre el impacto de universidades e institutos en el desarrollo regional, que eligió a la del Bíobío como pionera en Chile, reveló que los profesionales emigran al resto del país porque el campo laboral “no es digno” para su calificación. Eso priva a la Región del aporte intelectual vital para su desarrollo.
-A su juicio ¿cuál es el gran salto para mejorar la competitividad de la economía regional y hacerla despegar definitivamente?
“Hacer las cosas bien y que el Estado invierta los 400 millones de dólares en ciencia y tecnología, como hizo Singapur en 2002, cuando Chile gastó 2 millones de dólares en un humilde Centro de Biotecnología en Concepción. Me dirán que la cifra no está disponible para esta Región, pero estamos hablando del gran salto de todo el país. Los recursos están, se gastaron más de 1.000 millones de dólares en un plan de recuperación y expansión de Ferrocarriles del Estado (EFE), pero no tenemos ningún tren para el sur. Hoy nos gastamos 70.000.000 dólares al mes en el Transantiago. ¿Por qué no apostamos en serio para dar el gran salto con los empresarios, sector laboral e intelectuales que tenemos en las universidades e institutos de la zona? Las áreas son muchas -piscicultura por ejemplo- pero no para producir más ostiones y choritos, sino que aplicar biotecnología en serio en nuevas especies y mejorar las que tenemos. En la agroindustria tenemos la misma posibilidad.
Otro ejemplo concreto es participar en la industria de los fármacos, que en el mundo mueve 700.000 millones de dólares. Hay posibilidades en los fitofármacos, los nutrasépticos y los productos naturales, donde tenemos muchos principios activos. Sólo estos últimos mueven más de 270.000 millones de dólares. El maqui, que está en toda la zona sur, lo están extrayendo los italianos con algunas empresas de Santiago. Todo eso lo podemos hacer y sólo nos falta un liderazgo regional; empresarios capaces de asumir el desafío y que el Fisco aporte los recursos necesarios”.