Poco se sabe que las patologías cardiovasculares matan prácticamente a 10 mil chilenas al año. Mientras, este riesgo se sigue focalizando prioritariamente como de la población masculina. Pero la nueva realidad epidemiológica nacional está entregando información que vale la pena conocer.
La evidencia epidemiológica actual muestra que las enfermedades cardiovasculares hoy se alzan como el principal motivo de muerte entre las mujeres chilenas. Superando a los cánceres de mama y cérvico uterino, hoy irrumpen en el primer lugar entre sus causalidades de muerte, el infarto agudo del miocardio o el accidente vascular cerebral, dejando atrás aquella errónea creencia que las patologías del corazón sólo debían ser un tema de preocupación para los hombres.
En 2005, las enfermedades cerebrovasculares, las isquémicas del corazón y otras patologías relacionadas con este órgano ocasionaron la muerte de 9.313 chilenas (ver detalle en tabla). Sin embargo, muchas de las campañas públicas y privadas siguen destinando recursos exclusivamente a la prevención del cáncer de mama y el cérvico uterino, alzándolos como la amenaza más importante para las mujeres del país ¿La razón? El cardiólogo del Hospital del Trabajador, Eduardo Lecannelier, sostiene que esto ocurre porque “la comunidad ha visto la salud de las mujeres con un enfoque bikini, es decir, mirando sólo los senos y el aparato reproductivo e ignorando el resto como parte de su salud”.
Por qué se mueren del corazón
El especialista explica que existen varias razones para esta impactante y progresiva realidad que está afectando a las chilenas. “Las mujeres dejan menos de fumar que los hombres y no tienen internalizado que el problema cardiovascular también es de ellas”, señala.
Agrega que cuando ya se produce un evento, principalmente un infarto agudo del miocardio, consultan 1 ó 2 horas después que los hombres.
A lo anterior se añade que el sedentarismo en Chile alcanza al 90% de la población y este porcentaje sería levemente superior en la mujer.
Ante este panorama, el cardiólogo Eduardo Lecannelier argumenta que la principal estrategia para combatir esta epidemia femenina silenciosa debe partir con la entrega de información hacia las mujeres sobre esta nueva realidad epidemiológica. Así también, se debería estimular a que conozcan su riesgo cardiovascular y para ello, agrega, existen simples tablas que permiten calcular su propio riesgo y la manera de disminuirlo.
“Estas tablas usan los datos de sexo, edad, colesterol total, colesterol HDL, si fuma o no y la presión arterial”.
Otra información, literalmente de vital importancia, tiene que ver con que ellas conozcan los signos y síntomas de un infarto de manera que puedan consultar precozmente y así cambiar significativamente su pronóstico vital.
“Pero ante todo, la recomendación que cualquier médico les daría será comer sano, no fumar y hacer ejercicio para evitar que estas enfermedades sigan acabando con las vidas de más chilenas”.