La crisis subprime en Estados Unidos dejó en evidencia la necesidad que tienen las empresas o ciertos rubros de tener una ágil gestión comercial que sepa esquivar los vaivenes de la economía mundial. Atreverse en nuevos mercados es una de las alternativas.
Los temores por el real impacto que tendría la crisis de créditos hipotecarios en Estados Unidos, también llamada “crisis subprime”, vienen y van. El fantasma del enfriamiento de la economía mundial por el deterioro de proyecciones en EE.UU. está asustando hasta a los que hace algunas semanas se ponían en el bando de los optimistas.
A pesar de ello, en el país todavía se mantiene la idea de que tal como se están dando las cosas, sus efectos reales en Chile serían menores.
El Gerente de Asesorías Financieras de Tanner y docente de la UDD, Roberto Darrigrandi, avala estas afirmaciones. Sostiene que más allá de situaciones generales como inestabilidad de las bolsas o caídas en el precio del dólar, a nivel local ésta no debiera sentirse mayormente, porque los resultados de todas las compañías en el país siguen siendo bastante buenos.
“Si dejamos fuera el sector eléctrico, que ha sido más golpeado por el tema energético, en general los resultados en Chile han sido positivos – pese a que también ha caído el tipo de cambio- y por lo tanto tenemos una solidez importante en la economía y en las empresas que permite soportar estos niveles de precios que estamos viendo hoy en la bolsa”.
Argumenta que la crisis tendría que ser más profunda y más generalizada para que nos perjudicara, mientras tanto dice “estamos inmunizados”.
-¿Cuánto nos podría afectar esta anunciada reducción de las proyecciones de crecimiento en Estados Unidos?
-Nos podría afectar marginalmente. Si EE.UU crece 2,3 % versus 2,8, obviamente eso nos va a afectar. Pero esto se reflejará más bien en algunos sectores, como el sector forestal que, por ejemplo, ya ha tenido que desviar envíos desde Estados Unidos hacia países europeos o al Asia. Efectivamente en el futuro ciertas exportaciones hacia ese país podrían disminuir. Pero como hay una demanda internacional tan importante de muchos de estos productos, lo que básicamente estamos viendo es un cambio de mercado. Pero hay que hacer una gestión comercial rápida y ágil para desviar esos despachos, por ejemplo a China o India, que están absorbiendo mucha demanda. Más bien se está hablando de sustituir un mercado por otro y por eso los efectos reales sobre Chile son menores. Por qué, porque aún así el mundo está creciendo muy fuerte. Efectivamente hay una desaceleración de 0,3 ó 0,4 puntos porcentuales. Pero aún así los niveles que estamos viendo son muy altos y por lo tanto tenemos un espacio importante para seguir creciendo.
-¿Hasta cuándo?
-Se prevé que el 2008, a menos que la crisis se agudizara, será bastante bueno y por lo tanto no se ve un espacio de mayor deterioro.
El rol del Banco Central
Los distintos actores del mercado elevaron sus pronósticos para la inflación de Chile en el 2007 a un porcentaje muy superior al estimado por el Banco Central. La entidad no sólo ha recibido críticas por haber subestimado los niveles de inflación sistemáticamente. De paso han surgido voces que también exigen que la institución emisora extienda su accionar hacia el control de otras variables como el crecimiento y el empleo.
-¿Qué opina de este debate?
-El rol del Banco Central está claramente definido en la Constitución y, por lo tanto, no se puede pretender que haga más cosas de lo que le corresponde por su rol, además, tampoco tiene las herramientas para hacerlo. El que tiene que preocuparse del empleo y del crecimiento es el Ministerio de Hacienda, es el Gobierno.
El Banco Central es autónomo y por eso debe seguir operando con la lógica actual, que es concentrarse en control de la inflación, donde efectivamente no ha sido muy exitoso por elementos coyunturales y también por elementos que, a mi juicio, merecen una mejor revisión.
-¿Como cuáles?
-El Banco Central subestimó en su oportunidad los efectos inflacionarios de los commodities, de los productos alimenticios, etc; por ejemplo, fue un poco audaz a comienzos de año cuando bajó la tasa de interés, pues la debiera haber mantenido. Incluso a mi juicio debió haber sido más agresivo en aumentar las tasas de interés en los meses anteriores. Si bien efectivamente no puede controlar el precio mundial de la harina o de la leche, sí podría haber sido un poquito más contractivo con las tasas de interés y así habría ayudado a amortiguar un poco este efecto inflacionario.
-¿Estos efectos inflacionarios se van a notar realmente en la inversión y en el desarrollo de nuevos proyectos?
-Insisto en que el Banco Central ha subestimado los niveles de inflación sistemáticamente. Yo creo que se ha confiado en que se van a revertir los precios de los commodities, cosa que va a ocurrir algún día, pero que hoy no está sucediendo. Ahora, el otro punto en el tema de la inflación es que afecta por un lado a las personas, porque resiente su poder adquisitivo, especialmente el de los sectores de menores ingresos; y por el lado empresarial, obviamente, estas mayores tasas de inflación se están reflejando en mayores tasas de interés que aumentarán el costo de financiamiento de las empresas y encarecerá la inversión.
Descansar en los expertos
Como Gerente de Asesorías Financieras de Tanner, Roberto Darrigrandi sabe muy bien cómo crear valor en una empresa a través de la gestión financiera. La búsqueda de socios estratégicos, el roce internacional y la necesidad de ofrecer un proyecto de expansión interesante son, a su juicio, tres alternativas muy importantes a considerar.
-¿Qué es lo que valoran los inversionistas a la hora de decidirse a poner su capital en una empresa?
-Primero, que tenga la gente para poder administrarla de forma adecuada y segundo, que sea un negocio con alto potencial de crecimiento. Hoy los inversionistas tienen muchas alternativas para invertir en cualquier lugar en el mundo. Hay mercados bursátiles que tienen rentabilidadades muy atractivas. Si inviertes en Asia puedes tener rentabilidades del 20 ó 25 % anual en dólares. Además, tienes que pensar que otro tema que preocupa a los inversionistas es la liquidez, vale decir, saber cuándo podrán sacar la plata que invirtieron. Porque si yo compro el 20% de una compañía mediana la pregunta es cuánto tiempo me voy a quedar en ella. El inversionista no quiere estar 50 años, porque no es el controlador, quiere entrar, salir y tener una buena ganancia de capital. En general los inversionistas no quieren entrar a una empresa que esté simplemente dando vuelta la plata, sino a una que tenga un proyecto de expansión interesante, que tenga buen management, que tenga ojalá ciertos productos y servicios que sean diferenciados, no commodities. Yo creo que al final lo que tú compras es un potencial de crecimiento de una compañía bien gestionada.
-¿Qué recomienda a los empresarios de regiones que se quejan de falta de oportunidades para acceder a financiamiento?
-Hay financiamiento estatal, como el de CORFO, que trae misiones de negocios de otros países a Chile. También está ProChile, pero en general yo creo que el reto está en atreverse a salir. No podemos seguir pensando que nuestro mercado es la región, Santiago o Chile. Debemos reconocer que nuestro mercado es el mundo. Entonces sería muy bueno que los empresarios, ojalá con apoyos estatales o si no los hay con recursos propios, viajen a las ferias mundiales que se organizan por rubros. Uno tiene que estar en contacto con los mejores del mundo, ir a ver lo que están haciendo y quizás a alguno de ellos le puede gustar tener socios estratégicos locales para desarrollar un mercado en Latinoamérica.
Otra opción es buscar la ayuda de asesores financieros, bancos de inversiones que son personas que pueden juntar a una empresa con socios estratégicos. Yo creo que también hay que descansar en los expertos.
Roberto Darrigrandi: “Debemos estar en contacto con los mejores del mundo”
NOS / 14 de Noviembre de 2007