30 integrantes tiene la agrupación Concepcion Runners que nació hace un año para integrar a fanáticos de este deporte, quienes, poco a poco, fueron incentivando a otros menos expertos para adoptar este estilo de vida que a nivel nacional congrega a miles de seguidores.
Sábado, 8:15 AM. Alejandro Reyman se estaciona en la Universidad de Concepción para comenzar una de sus rutinas semanales de running, bordeando las áreas verdes del campus. Poco a poco se le unen otras 30 personas, todos ellas integrantes de Concepción Runners. Ataviados con las poleras del club, shorts y zapatillas, antes de comenzar su entrenamiento oyen atentos las instrucciones del maratonista Felipe Aravena, su entrenador, quien los orienta en la preparación física y en la elaboración de planes individuales para cada corredor.
El grupo es heterogéneo, no sólo en edad (desde los 15 hasta los 58 años), sino también en experiencia, aptitudes físicas, contexturas, profesiones e intereses. Sin embargo, hay algo que los une íntimamente y esas son sus ganas de correr y su desafío de alguna vez cruzar la meta de una maratón internacional.
Algunos, como Alejandro Reyman (traumatólogo) ya lo lograron (en Nueva York el año pasado), pero siguen en el grupo porque su nuevo objetivo es mejorar la marca anterior. Otros se preparan para correr, en octubre próximo, la Maratón de Buenos Aires, mientras que la mayoría de las mujeres entrenaba para alcanzar la etapa de 21 kilómetros de la Maratón de Santiago, la reunión deportiva que el 5 de abril pasado congregó a cerca de 22 mil corredores.
El grupo Concepción Runners cumple este mes un año de existencia. Nació producto de la inquietud de un grupo penquistas con interés en este deporte que de tanto encontrarse trotando por las calles de Concepción decidieron unirse para sistematizar sus entrenamientos y asesorarse por un experto. Confeccionaron camisetas para la agrupación y ese símbolo luego se transformó en un gancho para atraer a nuevos integrantes, con y sin experiencia en maratones, que necesitaban un referente local.
“Somos un grupo que se generó en Concepción, para la gente de Concepción, porque aunque a nivel nacional hay varias agrupaciones, nosotros quisimos hacer algo de la ciudad”, argumenta Esteban Díaz, traumatólogo, quien ya ha bajado 13 kilos desde que se decidió por el running, en enero del 2008.
La mayoría de los Concepción Runners es gente aficionada al deporte, pero otros integrantes lno realizaban ninguna actividad física previa. “Algunos de nosotros no corríamos ni para ir a comprar el pan”, dice uno de ellos en broma, aunque reconoce que es cierto que varios se acercaron con muchos kilos y pocos kilómetros encima, y que hoy, a punta de entrenamiento, han revertido esta proporción.
Tienen dos tipos de entrenamiento: uno masivo, dos veces a la semana, a las 8:30 (los sábado) y otro a las 6 de la mañana (los miércoles). El primero en la Universidad de Concepción, y el segundo, en un improvisado circuito entre los puentes Viejo y Llacolén, en San Pedro de la Paz. El resto de la semana cada uno entrena según sus motivaciones y sus metas. Otros combinan el trote con spinning, gimnasio u otro deporte.
Todos son muy metódicos y cumplen al pie de la letra los planes indicados por su entrenador. “Debes tener paciencia, ser metódico, ponerte metas, porque correr duele, te duelen los pies, las piernas y sabes que al día siguiente debes hacer más kilómetros de los que hiciste hoy. Entonces debes superar eso, tal como ocurre cuando te enfrentas a un problema en tu vida, siempre sabes que puedes dar un poco más, entonces con correr también entrenas la paciencia, la voluntad y la perseverancia”, explica Marcelo Manzano, (arquitecto), otro corredor de esta agrupación que por estos días entrena a full para la Maratón de Buenos Aires.
MÁS QUE UNA MODA
A los integrantes de Concepción Runners no les gusta relacionar el running con una moda. Para ellos es un hobbie y una forma de vida que incluso -sostienen- les ayuda a sobrellevar las preocupaciones diarias. “A veces tienes que correr 45 ó 60 minutos, a cierta intensidad, y saber que tú, sin ayuda de nadie, logras ese objetivo te da confianza para pensar que cualquier meta que te plantees en la vida la puedas lograr”, asegura Marcela Rubio, (ingeniero comercial), quien llegó al grupo motivada por su afición por los deportes. “O al menos te da energía para alcanzar tus objetivos”, agrega Alejandro Reyman, el mayor del grupo, pero también uno de los que tiene más experiencia. Él asegura que el hecho de que marcas deportivas reconocidas organicen maratones en distintas ciudades del país ha motivado a más personas a optar por esta disciplina que sólo necesita un par de zapatillas y las ganas de superarse día a día.
En la pasada Maratón de Santiago solamente uno de los corredores del grupo no alcanzó la meta. Sufrió algunos malestares físicos que le obligaron a dejar la carrera, pero los demás regresaron con una nueva medalla para agregar a sus logros. Con un nuevo estímulo para seguir madrugando y recorriendo calles -porque en Concepción no hay pistas acondicionadas para los corredores- para batir sus propias marcas y seguir gritando: ¡se puede!
ESTO NO ES PARA CORRER
En Santiago ya hay varias pistas acondicionadas para los corredores. Tal como los ciclistas pelearon por las ciclovías, los corredores hicieron lo propio para que les construyeran sus “trotavías” y así dejar de correr por los calles haciendo el quite a los automovilistas. Alicia Madriaza y Catalina Moore saben de esto. Ambas viven en Schaub y deben ingeniárselas para buscar un circuido apropiado en una zona de alto tránsito vehicular. “Una vez troté por el bandejón central, pero fue peor que por la calle. Los conductores no tienen ningún respeto por los corredores”, sostiene Alicia Madriaza, estudiante de odontología.
Catalina Moore, (psicóloga), y la más rápida de las mujeres de Concepción Runners explica que “más que temor de que nos puedan asaltar mientras corremos, nos preocupa el tema de no sufrir un accidente, porque tampoco puedes usar las ciclovías, pues ahí nos retan las ciclistas”.