No acercarse a menos de un metro de un animal enfermo, menos aún tocarlo o trasladarlo, son algunas de las recomendaciones que entrega el infectólogo, el Dr. Álvaro Llancaqueo, para cuidarnos de esta enfermedad, que ha probado tener una letalidad de más del 50% en humanos.
Con la reciente declaración del Gobierno de Estado de Emergencia Agrícola para la provincia de Concepción, debido a la gripe aviar presente en tres de los cinco planteles avícolas de la zona, crecen las dudas respecto de los principales aspectos de este virus. Cómo se transmite, pueden contagiarse las personas y a qué síntomas deberíamos estar atentos son algunas de las inquietudes que surgen a raíz de la creciente detección de focos de influenza aviar en Chile, y en todo el mundo.
El Dr. Álvaro Llancaqueo, infectólogo de la Clínica Andes Salud Concepción, da respuesta a algunas de estas interrogantes, relevando la importancia de conocer detalles de esta enfermedad, para la que a principios de 2023 la Organización Panamericana de la Salud (OPS/OMS) levantó una alerta epidemiológica, buscando controlar su propagación en la región.
Ante esto, el especialista llama a entender la gravedad que puede implicar un cuadro de influenza, sea cual sea la cepa que lo provoque. “La influenza es una enfermedad más severa que la simple gripe, que provoca principalmente fiebre alta y dolores musculares, pero que en determinados pacientes –como adultos mayores o personas con patologías respiratorias, cardíacas, diabetes u otros factores de riesgo- tiene una morbilidad importante. Puede llevar a hospitalizaciones, requerimiento de Unidades de Cuidado Intensivo o, incluso, ser fatal”, explica.
Añade que dentro de la influenza (general) está la H5N1, conocida como influenza o gripe aviar, una enfermedad infecciosa que principalmente afecta a aves acuáticas, como patos o cisnes, aunque también puede extenderse a aves de corral, o afectar a mamíferos y, con mucha menor frecuencia, a seres humanos.
“Este virus tiene pocas posibilidades de establecerse en las personas. Sin embargo, los virus cambian, se adaptan, por lo que siempre existe el riesgo de que logre asentarse bien como patógeno humano y provoque una enfermedad que, por lo que se ha visto hasta ahora, puede ser muy grave”.
Para minimizar las posibilidades de transmisión de esta enfermedad a seres humanos, en las últimas semanas, las autoridades sanitarias han reforzado el llamado a no acercarse a animales (principalmente aves o mamíferos marinos) que se vean enfermos o que estén muertos.
-En el caso de animales, ¿a qué síntomas deberíamos estar atentos?
-“Si un animal tiene un comportamiento extraño, descoordinado, o se le ve desorientado y con mal aspecto, o si derechamente ya está muerto, la recomendación es pensar que puede deberse a gripe aviar. Por tanto, es imperativo no tocarlos ni moverlos, y ojalá dar aviso al SAG (Servicio Agrícola y Ganadero), que hará las evaluaciones y estudios correspondientes para determinar si se trata o no de esta enfermedad”.
-¿Cómo se transmite esta enfermedad?
-“En general, es un virus que requiere un contacto respiratorio. Por ello, la recomendación es a no acercarse a menos de un metro de donde el animal emite secreciones, que fundamentalmente son respiratorias. El contagio puede producirse cuando hay suficiente cantidad de virus que ingresa a los ojos, la nariz o la boca de una persona”.
-¿Podrían contagiarse nuestras mascotas al llevarlas, por ejemplo, a la playa?
-“Es una posibilidad. Por lo mismo, debemos tomar precauciones que, evidentemente, ellas no van a tomar, y evitar que se acerquen a animales marinos”.
-Pero, ¿podrían contagiarse solo por entrar en contacto con la arena donde estuvo un animal enfermo?
-“Es poco probable. Los virus no se multiplican solos. Necesitan estar dentro de una célula, la cual parasitan. Por lo tanto, la única forma de multiplicarse y seguir vivos es que estén dentro de un animal. No se quedan permanentemente en el ambiente… Al morir el animal enfermo habrá procesos de descomposición que también afectarán al virus. Así que, si un animal muere en la arena, ese virus puede quedar ahí, pero no se va a multiplicar ni a permanecer por mucho tiempo”.
Alta letalidad
A fines de marzo se detectó el primer contagio humano de gripe aviar en el norte de Chile. Se trató de un hombre de 53 años que llegó hasta un centro asistencial con un cuadro de infección respiratoria aguda grave. Al practicársele algunos exámenes, se confirmó que estaba infectado con gripe aviar.
-¿Qué tan factible es que el virus comience a transmitirse de persona a persona?
-“Es difícil, porque este virus está adaptado para transmitirse y enfermar a las aves, aunque siempre existe la posibilidad de que ingrese al ser humano, que allí sufra modificaciones que lo hagan adaptarse a nosotros y que entonces se genere una transmisión de persona a persona. Ese es el riesgo: que logre adaptarse, pero eso aún no ha ocurrido”.
-A la fecha, unas mil personas se habrían contagiado en todo el mundo con esta enfermedad, de las cuales más del 50% ha fallecido. ¿Tan grave resulta en el ser humano?
-“Así de grave es. Lo que pasa es que solo conocemos la punta del iceberg de esta enfermedad. No sabemos cuál es el potencial de mutación y de adaptación de este virus, o en cuánto tiempo puede ocurrir. Por eso, controlarlo es muy relevante, hay que cortar la cadena epidemiológica. Eso quiere decir: si hay aves infectadas, sacrificarlas. Si hay animales infectados, aislarlos, estudiarlos y si están contagiados, sacrificarlos, y evitar que tengan contacto con seres humanos”.
-¿Qué síntomas presentarían las personas contagiadas?
-“Al igual que en cualquier cuadro de influenza los síntomas más característicos son fiebre y dolores musculares, señales que también pueden asociarse a otras causas. Por ello, es fundamental al concurrir a un centro hospitalario entregar el antecedente epidemiológico de que se estuvo en contacto con algún animal que podría haber estado enfermo”.
Establecido ese antecedente, la confirmación de la presencia o no de la enfermedad se hará a través de técnicas moleculares, de la que la más conocida es la reacción de polimerasa en cadena (PCR), que es específica para cada agente microbiológico.
“Debemos seguir atentos”
Hace pocos días se dio a conocer un informe proveniente de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EEUU, que habría estudiado el virus presente en el chileno contagiado en el norte del país. El documento informa que las muestras revisadas evidenciaron la ocurrencia de dos mutaciones, dato que inmediatamente encendió las alarmas respecto de una posible adaptación del virus al ser humano.
Al respecto, el Dr. Llancaqueo aclara que -si bien los virus mutan para sobrevivir en el huésped que los está albergando- no toda mutación significa una adaptación, habiendo, incluso, algunas que resultan letales para el propio virus. “Una mutación es un cambio en el material genético, que muchas veces ocurre porque hay una presión selectiva. Es como cuando uno toma antibióticos: a la larga, las bacterias se adaptan y empiezan a desarrollar resistencia a ese medicamento. En este caso, puede ser que el virus mute para adaptarse mejor a los humanos y transmitirse más fácilmente, pero que se hayan descubierto estas mutaciones no necesariamente implica eso. Aunque hay que seguir atentos”, advierte el médico.
Finalmente, el especialista hace hincapié en que si bien la vacuna contra la influenza estacional “no nos protegería ni atenuaría los síntomas ante un posible contagio de influenza aviar, sí es necesaria para protegernos a nosotros mismos y, sobre todo, a quienes tienen mayor riesgo de enfermedad grave o complicaciones ante un cuadro de influenza”.