Tres horas haciéndolo. No menos. Multiorgasmos, estados más placenteros que el clímax. Estos conceptos se repiten en las 130 páginas de “El buen sexo”, libro que escribió un amante no sólo del cuerpo sino de la naturaleza. El científico y ambientalista Carlos Prosser quiere revolucionar su cama, su espacio, su pareja, llevándolo en un viaje tan entretenido como el lugar de destino. Provóquese y ábrase. Le contamos cómo.
Una mesa. Muchos comensales que apenas se conocen. Se presentan, ríen, hablan de la vida, del año que se fue, del terremoto… y de pronto un silencio tras el siguiente comentario post aperitivo: “Es que ella leyó el libro El Buen Sexo”. Pupilas dilatadas, cambio postural, demasiado interés y todos los ojos hacia mí. Sin entrar en detalles la recomendación es sincera: “Disfruten del libro, no esperen la película”.
Lo que propone Carlos Prosser González, consultor ambiental, educador holístico y autor de El Buen Sexo, es conducir a las personas hacia el descubrimiento de una nueva dimensión en las relaciones. Una sexualidad plena, armoniosa y que dista mucho de los mitos occidentales sobre la intimidad. Sexo amoroso y bondadoso. Sabroso. Independientemente que brote de un encuentro fugaz o de una relación permanente.
Dónde tocar
¿Cuánto duró su momento más feliz en la intimidad? ¿10… 31 minutos? ¿Ni siquiera lo recuerda? Tome nota que El Buen Sexo le propone un goce extendido, una hora 15 minutos, mínimo, sin eyacular, porque como lo expresa una cita textual del libro: “Menos de mil penetraciones durante el encuentro es francamente insatisfactorio”. Es que la prolongación del clímax y orgasmo es una de las claves de esta forma de amar. La apuesta es que el camino hacia la explosión orgásmica es tanto o más placentera que aquel momento y por ello el libro se dedica a argumentar el sentido de esta actitud de espera. Prosser, un ex eyaculador precoz, fundamenta que sólo haciendo consciente la relación se puede llegar a estados de sexo bendito donde hay plenitud en cada detalle de la comunicación, el juego y complicidad de la pareja.
Y el texto es tremendamente explicativo. Desde cómo y dónde tocar (con dibujitos incluidos) hasta las posturas a trabajar dentro de la meditación oriental para hacer más eficaz nuestra energía. Quienes ya han hecho los talleres coinciden en que la experiencia de poner en práctica el Método Holam, es hermosísima.
Carlos Prosser asume que su texto, sus talleres son una forma de entregar cariño a personas que no han tenido la oportunidad de descubrir las enseñanzas orientales que llevan siglos practicándose. En una sociedad como la nuestra, donde prevalece la hipocresía y los mitos, donde se aplaude a los machos y se reprime a las mujeres que quieren gozar, resulta perturbador decir que no es necesario eyacular, tener orgasmos o que a veces sólo es posible hacer el amor con caricias y sintiendo al otro como una persona igual, del que no vas a sacar provecho. Y así Prosser comenta cómo surgió esta edición y las implicancias que va a tener en quien decida hojearlo.
-Me impresionan muchas cosas pero lo principal es ¿cómo una persona que está dedicada a las ciencias ambientales deriva en una temática como el sexo?
“Lo que ocurre es que yo estoy ligado a un movimiento que tiene una visión cultural más amplia que la ciencia tradicional. Es un espacio en el cual yo he conocido una gama de recursos culturales más allá del sesgo occidental, racional y tradicional. Eso me permitió conocer un montón de posibilidades movimientos y recursos para una vida sexual más feliz y más plena. Lo apliqué en mi vida personal, luego lo empecé a enseñar por amor y cariño a la gente cercana a mí y, de alguna forma, como yo trabajo en educación, hago talleres y tengo un método que genera mucho cambio con quienes trabajan, lo volqué responsablemente en un libro para mostrar a la comunidad en Chile, lo que se dispone para que las personas puedan tener referencias para gozar de una mejor vida sexual”.
-Pero Ud. ha dicho que no es un simple manual, y que el libro es como una puerta a una nueva dimensión del amar ¿Con qué se va a encontrar el lector?
“Se va encontrar con una síntesis cultural de una importante cantidad de conocimientos, enseñanzas de técnicas y recursos que la humanidad ha generado en su evolución y que hoy están disponibles, pero aún se desconocen masivamente. Algunos son conocimientos que por años estuvieron vedados para Occidente y otros se han generado en los últimos tiempos de desarrollo humano, en la psicología y la sexología contemporánea de los últimos 50 años. El libro se pone a disposición de una persona que sinceramente se plantea la posibilidad de tener una mejor vida sexual y lo vincula a su proceso de desarrollo personal. Es mucho más que un libro para acrecentar poderes sexuales. Es un libro para crecer, para sentir que el sexo también puede ser parte de un ser humano, que aumenta su capacidad amorosa, su conciencia y su sentido pacífico de la vida”.
-¿El libro es para las personas que buscan sentimientos dentro de una relación o es también para quienes asumen el sexo de una forma más libre?
“Yo creo que las tres palabras funcionan mucho mejor cuando están integradas: Sexo, amor y libertad. No son palabras antónimas, se pueden vivir en forma absolutamente armónicas y creo, y planteo en el libro, que lo máximo en el placer sexual ha sido cuando ha existido una genuina experiencia amorosa compartiendo comunicación y goce erótico. Que eso tenga relación con un compromiso largo, corto o fugaz no es lo esencial. Lo esencial es que exista una actitud cuidadosa, delicada en la que realmente te fijas en el otro y no lo usas como un elemento o una fuente de placer que sólo te provee o te da una experiencia gozosa. Uno invierte el polo, porque lo que uno hace es dedicarse amar al otro”.
-¿Cómo toman sus enseñanzas las personas con quienes comparte sus métodos? Da la sensación que aún hay una visión machista, pues para los hombres es difícil plantearles sexo sin “terminar”.
“Creo que el machismo es una tendencia en declinación y como tal hay un tremendo cambio, estamos frente a una sociedad que revindica la igualdad como lo justo y lo adecuado. Estamos todos adaptándonos. La mujer está en una etapa de revancha y le recomiendo a los hombres estar tranquilos, como cuando vives un temporal en un barco… Las cosas se ponen difíciles, en algún momento más la síntesis cultural de esta igualdad va a ser más clarita. Todos vamos a estar más acostumbrados a que no hay que pelear por el poder, ni tratar de imponerlo en términos machistas tradicionales. La mujer en términos de revanchas está en estos momentos diciendo: ‘Oh, ya sé lo que es el poder, por lo tanto, hago en definitiva lo que en algún momento hizo el hombre’. Ese cambio sigue transformando la forma de vincularnos entre los hombres y las mujeres. Por eso el libro se produjo y se trabajó mucho, reflexioné antes de escribirlo como cinco años. Soy una persona bastante ocupada por mi trabajo como consultor ambiental. Comprenderás que por la situación del planeta hay mucho que hacer. Para decidirme a escribir, como me pedían las personas, tuve que pasar un tiempo de reflexión interno para ver cómo lo hacía. Luego de tomar la decisión pasé 4 años escribiéndolo. Después vino un año de perfeccionamiento y recién el 2010 lo sacamos a la luz pública. Hay muchos focus group, hay mucho trabajo previo de reflexión y quedó súper en claro lo que la realidad demuestra hoy: el 75% por ciento de las personas que ha comprado el libro son mujeres, que lo compran para sí mismas, pero también lo buscan para sus parejas. Una de las sorpresas que mostraban los focus es el efecto que el libro produce en parejas y en matrimonios, pues es un puente de comunicación realmente sorpresivo para ellos que se dan cuenta que sí tienen oportunidades de mejorar, de embellecer y poner más entretenida la vida sexual.
No lo habíamos calculado… Porque el sexo amoroso es posible a pesar de que no exista una proyección en la vida. A veces existen encuentros que no pueden ser muy largos, pero eso no quita que exista amor, no le quita belleza o pureza al encuentro”.
La ecuación actual
Las redes sociales lo han puesto en boga, donde se mencione la propuesta es fenómeno y tiende a tornar una mirada nueva sobre la sexualidad. ¿Lo advirtieron en algún momento?
“Lo tenía todo fríamente calculado… Realmente sabía a lo que me exponía, pero lo tenía completamente asumido como una de mis misiones culturales. La cultura del ser humano tiene un montón de miradas de belleza, de datos útiles que no están al alcance de la mayoría. Si me pides una ecuación para reflejar lo que sucede en Chile respecto de la sexualidad creo que la ecuación es ignorancia + frustración. La mayoría de la gente se bate en algo que no le funciona mucho, que le causa problemas y no tiene mucha referencia dónde poder aprender o dónde poder tener una visión diferente. En mis talleres lo primero que hago es preguntar quién les enseñó a ustedes a tener una habilidad o tener un mejor sexo, y en el 99 por ciento de los casos nunca nadie les enseñó a hacer mejor el amor, a ser más amorosos, más delicados y más comprensivos. Era una clave entre los que trabajamos inicialmente y el que ahora está llevando a cabo esta segunda parte de exposición pública. Siempre estuvimos conscientes que despertaría mucho interés.
-Pero la gente sigue viendo el sexo utilitariamente. ¿Cree que hay interés por cambiar la forma de amar sexualmente?
“La gente no está tan consciente, pero el sexo no les resulta y no les pone contento, no los deja satisfechos ni tranquilos. Entonces su movimiento es más intuitivo que consciente. Yo no engaño a nadie en el libro y en la introducción lo digo: son bienvenidos todos los que crean que este libro es para aumentar poderes sexuales, porque yo pretendo encantarlos y demostrarles que el mejor sexo es aquel que se hace con amor, con delicadeza, con intensidad cuando corresponde, pero por sobre todo consciente. La propuesta es que a diferencia del sexo vulgar o tradicional donde lo máximo es llegar a un grado de inconciencia en que explotan y que todo se acaba de golpe, yo les planteo algo diferente: un sexo alerta y consciente, que no se agota en una explosión, sino que tiene muchos matices de placer y esos matices son muchos más poderosos que la sola explosión que llega con el clímax tradicional. No son excluyentes, lo que sucede es que todos los momentos previos y los momentos posteriores pueden llegar a ser tan o más placenteros que la explosión. Y la explosión no es la gran cosa como ha sido promovida insistentemente en la sexualidad tradicional. Lo importante es disfrutar desde el primer guiño. Planteo a quienes viven matrimonios o relaciones prolongadas que es mucho mejor hacer el amor bien, física y anímicamente, que hacerlo en todo momento por cumplir. Si no, ocurre lo que pasa frecuentemente, que las personas tienen malas experiencias, las repiten y después el sexo se hace esporádico. Vemos con espanto cómo personas pueden vivir meses o años sin hacer el amor y cuando vuelven a hacerlo lo hacen igual de mal.
-Y se generan condiciones para buscar otros rumbos…
Claro. En este ambiente la infidelidad está a la salida de la casa. Si tú andas insatisfecho, tu vida te va a pedir en cualquier momento que te vuelques y le des una oportunidad a tu sexualidad. Como no la tienes en el matrimonio y como la vida actual está llena de provocación, tenemos los índices de infidelidad mundial y nacional increíbles. Hoy las mujeres han equiparado a los hombres en ser infieles. Los hombres son mucho más sorprendidos que las mujeres, porque son más secas (ríe).
-Según su diagnóstico, ¿cuáles son las trancas que se repiten en nuestro sexo?
“Yo trabajo transversalmente. Mi visión es bien amplia, porque trabajo en sectores altos, medios y también populares. Mi impresión es que lo peor que hay es la hipocresía, es fingir que el hombre chileno es un hombre increíble sexualmente hablando. La mujer no expresa su insatisfacción. Es la típica imagen de la mujer que cuenta a las amigas en un café que no pasa na’ con el marido, que está aburrida, que ni quiere que se le acerque, pero en la reunión social ella dice: ‘Mi gordi es fantástico, estupendo, extraordinario’. El hombre chileno tiene un miedo extraordinario a darse cuenta de lo que es un secreto a voces, tiene muy mala performance sexual. No es un hombre que sea hábil. Es más bien bastante brusco, torpe y no sabe elegir el momento adecuado. Tiene un montón de dificultades que son pura ignorancia. La mujer por su lado, diferentes estudios lo demuestran, está casi tan mal como el hombre chileno. La mujer chilena cree que con dar la pasada, como se dice vulgarmente o darle el acceso al hombre, está todo listo. Un periodista me decía en otro momento, ‘pero si las mujeres chilenas son mancas’, en alusión a que no hacen cariño, es desastroso. Hay una frustración muy mal disimulada. La sociedad chilena tiene esas dificultades que se expresan en esta frustración. Pero que además es dolorosa, en cuanto a lo mal que le hacen a las relaciones de pareja, en la presión que genera para desarrollar el sexo pervertido. Basta ir a Concepción, darse una vuelta por los cafés y ver la imagen de hombres que se conforman con mirar y que les den un besito. Qué patético”.
Carlos Prosser seguirá impartiendo sus talleres también en Concepción. Hay bastante información sobre todo lo que se refiere al libro en www.elbuensexo.cl Échele una mirada. Ayuda, sorprende y complementa lo que se sabe o lo que intuye. La clave en esto es dejarse seducir por la idea de que siempre hay oportunidades para mejorar y superar las marcas. La práctica hace al maestro ¿o no?