Nos propusimos soñar con el futuro y con cómo sería la Octava Región en 20 años más. Y como imaginar es un ejercicio libre, gratuito y con un buen componente de fantasía, pusimos nuestros ojos en la experiencia de Shanghái, la ciudad más poblada de China, que en dos décadas experimentó un espectacular crecimiento que hoy la posiciona como uno de los centros comerciales y financieros más importantes del mundo. Las reformas económicas de inicios de los 90 y una inversión sostenida la llevaron a ese sitial.
¿Qué deberíamos hacer nosotros en Biobío? nos preguntamos. Cómo lograr una transformación -claramente no en la dimensión de aquella gigante china- que nos permitiese lograr ese “despegue” del que todos hablan, pero que tanto ha costado iniciar.
Y en esa búsqueda decidimos invitar a un grupo de personajes, representantes de diversos ámbitos de la sociedad, para conocer cuál sería su sueño de Región para las próximas dos décadas.
Sorprendentemente, más que megaobras, rascacielos, monumentos o súpercarreteras, sus propuestas se centraron en el bienestar de las personas. Una Región unida, más feliz y menos desigual, propuso el Intendente; medicina basada en la justicia, en la honestidad y en la prudencia, fue el anhelo del Presidente del Colegio Médico; justicia pronta, de calidad, transparente y con el usuario como centro de su preocupación nos refirió el Presidente de la Corte de Apelaciones de Concepción; una mejor y más prudente distribución (de la riqueza), que refleje el trabajo y el riesgo que asume cada uno, fue el sueño del Presidente de Empresas Valmar, por mencionar algunas de las ideas de nuestros convocados.
Si hoy tuviéramos que definir en pocas palabras este sueño colectivo para nuestra Región, tal vez podríamos sintetizarlo en lo que el Alcalde de Tirúa llamó el Küme Mongen, o buen vivir -para todos, respetándose a uno mismo y, por supuesto, al otro-, porque a pesar de las diferencias que hoy parecen separar “tanto” a los chilenos, al menos en esta experiencia descubrimos que hay un anhelo común, y que una buena receta para alcanzar el desarrollo tendría como primer objetivo el buen vivir de las personas, basado en relaciones más honestas, con ciudadanos conscientes de sus derechos, pero, ante todo, de sus deberes, y de una correcta vida en comunidad. Ése sería el punto de partida; ahora, el desafío es buscar las formas, consensuarlas y avanzar.
Ministro Carlos Aldana Presidente Corte Apelaciones de Concepción
Una Corte descentralizada, cercana y abierta a la comunidad
El Poder Judicial de Chile ha experimentado en la última década una serie de cambios, que han tendido hacia una creciente apertura y mayor transparencia en todos sus procesos. Es en ese sentido, que espero que dentro de los próximos 20 años esas modificaciones se acentúen con una Corte de Apelaciones de Concepción más descentralizada, cercana y abierta a la comunidad, que incluso algunos días del mes atienda en otras comunas de la jurisdicción, como ya lo estamos planificando efectuar en Los Ángeles.
Bajo ese mismo tenor, sueño con que la provincia de Biobío cuente con una Corte de Apelaciones en Los Ángeles, lo que evitaría los largos desplazamientos hasta la capital regional que deben realizar las partes al momento de revisar sus causas, lo que facilitaría la tramitación de las mismas.
Aspiro a que se continúe con la permanente capacitación a nuestros funcionarios, para que cuenten con herramientas para desarrollar diferentes tareas, con el objetivo de que puedan prestar un mejor servicio a nuestros usuarios.
En el plano de la infraestructura, imagino un Poder Judicial con tribunales concentrados en modernos centros de justicia en las ciudades más pobladas de la Región. Junto con eso, el levantamiento de nuevas estructuras para los juzgados que arriendan u ocupan inmuebles en regulares condiciones, para dotarlos de edificios amigables con el medio ambiente y con las personas con capacidades diferentes.
Además, me gustaría que los edificios judiciales se abrieran permanentemente para que se desarrollen actos culturales y de difusión.
Asimismo, deseo que se concentren las audiencias de control de detención durante los sábado, domingo y festivos (de los Juzgados de Garantía de Concepción, Talcahuano, Chiguayante, San Pedro de la Paz y Tomé) en un solo tribunal. También en Los Ángeles, Cañete y Arauco, lo que permitiría dar un mejor servicio y que haya menores traslados y disgregación de Gendarmería y los intervinientes.
En suma, una justicia pronta, de calidad, transparente y con el usuario como centro de nuestra preocupación.
Olimpia Riveros Presidenta Regional Colegio de Profesores
Que la educación gratuita sea una realidad
Soñando con el futuro del sector educación de aquí a 20 años, veo que a esas alturas ya debería estar resuelto el tema de la Constitución de Chile, una Carta Magna que después de un plebiscito se hubiese conformado por la vía de una Asamblea Constituyente. Allí se habrá cambiado el rol del Estado, de subsidiario a garante y responsable de los derechos de los ciudadanos.
Ello será determinante para que con políticas públicas de Estado, el derecho a la educación, a la salud, a la vivienda, al trabajo decente, a los salarios justos, al medio ambiente, a la cultura, a la previsión social y otros se hayan consolidado como tales.
Por tanto, el magisterio nacional contaría con un respaldo no sólo jurídico en su condición de servidores públicos, también recobraría el respeto de la sociedad por su quehacer. Con un número reducido de alumnos en el aula, con una población escolar no segregada, sin selección, la discriminación habrá retrocedido a su mínima expresión.
La construcción de un currículum nacional, debatido y propuesto desde los maestros, se abrirá paso, permitiendo dar un sentido de vinculación real del sistema educativo, ligado al desarrollo social, económico y cultural de Chile.
El desarrollo de fuentes de trabajo, tanto privadas como estatales, debe dar fin a las altas tasas de desempleo de la Región que, sin duda, inciden en el quehacer docente. La educación gratuita será una realidad y las familias podrán orientar sus esfuerzos hacia un mejor bienestar que implique gozar de tiempos para compartir, y no trabajar en jornadas agotadoras, para pagar la educación, que estará garantizada para todos desde un Estado responsable.
El mundo político se habrá vuelto menor en número, más discreto en su accionar y el pueblo soberano tendrá la facultad de revocarlos en sus cargos al no cumplir con sus promesas. No debe haber campañas electorales. Bastarán foros, debates y argumentos para tomar la decisión.
No sé si estoy pasando por una fuerte racha de optimismo, pero ustedes me pidieron soñar.
Rodrigo Díaz Intendente del Biobío
Una Región unida, más feliz y menos desigual
El trabajo que estamos realizando desde la intendencia, elaborando una Estrategia Regional de Desarrollo, apunta precisamente a construir una Región que pueda disminuir considerablemente sus niveles de pobreza y desigualdad; donde hayamos promovido el crecimiento del Biobío respaldándonos en las grandes reformas que hoy el gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet está impulsando en el país.
En 20 años estaremos viendo los resultados de la educación pública, de calidad y gratuita que hoy estamos promoviendo. Además, estaremos observando los frutos que traerá el hecho de que las empresas tributen en los territorios donde operan, proyecto que también está desarrollando la administración de la Presidenta. Asimismo, seremos testigos de los beneficios de las diversas medidas que este gobierno tiene como hoja de ruta en materia legislativa, para conformar un país menos desigual y con mayores oportunidades para todos.
Tal como señalé a Revista Nos en marzo de este año, es fundamental que para la concreción de un Biobío más desarrollado, seamos capaces de recuperar el capital social. Debemos dejar de vivir en trincheras, con pretensiones mezquinas que velan por el provecho de grupos pequeños y volcarnos a generar una mejor Región. Tenemos la obligación de generar instancias de diálogo y promover el trabajo mancomunado entre el mundo público, privado y social.
Finalmente me gustaría que nuestra Región en 20 años sea más feliz y que hayamos aprovechado sus potencialidades. Tenemos fortalezas en infraestructura industrial, vial y logística, que permiten al Biobío conectarse con los mercados internacionales y ser la plataforma de negocios y servicios de la macro zona centro sur. Finalmente debemos consolidarnos como potencia en cuanto a industrias creativas, investigación, desarrollo e innovación. Así, en dos décadas estaremos hablando de nuestra zona con nuevos desafíos, pero habiendo mejorado la calidad de vida de millones de ciudadanos.
Nicolás Imschenetzky Presidente de Empresas Valmar
Estar en la élite de los países desarrollados
Cuando se participa de la actividad empresarial es imposible desentenderse de la coyuntura política, más aún con los hechos ocurridos en los últimos meses, donde está fuertemente cuestionada la relación dinero-política. Pero creo que éste no debiera ser el único tema para nuestro sector; también es importante revisar lo que ocurre con el centralismo político y económico, así como con la transparencia en estos mismos ámbitos. La cantidad de recursos que se manejan centralizadamente hace que todo gire ahí, “donde las papas queman”, y que las decisiones económicas que se toman en regiones sean “despreciables”, lo que lleva a que nuestro destino dependa de determinaciones tomadas por personas que no viven acá.
Hoy elegimos senadores y diputados que velan por el país y, gracias a Dios, estamos bien representados, pero estamos impedidos de escoger a quienes trabajan y gobiernan localmente. No comprendo qué lógica tiene esto.
Por otro lado, y más importante, no podemos permitir que la delincuencia siga creciendo. Somos un país de gente honesta y ya está bueno: “La delincuencia no va más”. Debemos concentrar nuestros esfuerzos hacia el crecimiento económico, mejorando la productividad y la competitividad, sin despreocuparnos por el cuidado del medio ambiente, y con una mejor y más prudente distribución, que refleje el trabajo y el riesgo que asume cada uno.
Los cambios también pasan por incorporar regulaciones más acordes con la realidad actual. Un profesional independiente no puede tener un vehículo o casa que no pueda descontar de su base imponible: “No son ejemplos de activos necesarios para producir su renta”. En Chile no, pero en muchos otros países sí. Parece que acá cobrar impuestos es más importante que crecer.
Por último, pienso que todos nuestros esfuerzos para hacer más competitivo a nuestro país, a la Región y al sector económico del cual participo no llegarán a ningún lado si no son acompañados de la oferta de una educación de calidad. Siento que la discusión en este punto perdió su norte. Hoy es más importante si alguien gana o no dinero con la educación, que si lo hace bien o mal. Nuestro país tiene excelentes profesionales, la gran mayoría de la población es honesta y trabajadora, por eso sostengo que todo esto, sumado a pocos cambios, pero de fondo, nos pondrán en la élite de los países desarrollados. Estoy convencido de que ése es nuestro lugar.
Adolfo Millabur Alcalde de Tirúa
Un Estado plurinacional
En 20 años más espero vivir en un territorio más inclusivo, con una nueva Constitución política que reconozca la existencia de un Estado plurinacional, con relaciones fluidas y de respeto entre las nacionalidades que cohabitan dentro de él y, ojalá, con los conflictos sociales con el pueblo mapuche resueltos, no sé si ciento por ciento, pero sí despejados en sus temas más importantes, como los relacionados con su autonomía, con la redistribución de la riqueza y con el buen uso de los recursos naturales que aseguren el Küme Mongen, o buen vivir, de nuestras comunidades y del país en general.
Sueño vivir dentro de un Estado que refleje lo que somos, pues a los mapuche se nos impuso una cultura que renegó de nuestras costumbres, de nuestro idioma, de nuestra estructura política y organizacional, de nuestras creencias y del conocimiento acumulado por siglos.
No pido, y con eso pienso estar representando a la mayoría de mi pueblo, crear un Estado dentro de otro Estado, porque eso es independencia. Anhelamos tener autonomía para resguardar nuestra cultura y, sobre todo, para garantizar derechos que son inviolables, como el derecho al territorio y a que las riquezas que allí se generan, vuelvan, al menos en forma de inversión, para el bienestar de nuestra gente. ¿Si las municipalidades son autónomas, si las regiones pretenden serlo, entonces por qué nuestro pueblo no puede tener reglas que le permitan tener relaciones de autonomía?
Los conflictos se generan por la incomprensión de una de las partes. Y los pueblos originarios nos sentimos incomprendidos y avasallados en nuestra institucionalidad. Por eso sueño con que se nos reconozca y valore, que se entienda que tenemos reglas y códigos propios, que son distintos, pero que no son superiores ni inferiores a los de la cultura occidental.
Espero que las generaciones que estén gobernándonos en esos tiempos hayan asimilado el concepto del Itrofil Mogen, de respetar todas las formas de vida y entender que el ser humano no es el que conduce a la naturaleza, sino que ella lo hace por sí sola, y que el hombre es uno más en ella. Las catástrofes del último tiempo nos han alertado de que no debemos intervenir sus ciclos naturales y que debemos usar de manera respetuosa los recursos que nos ofrece, ya no para acumular por acumular, sino para resguardar el buen vivir.
Patricia Parra Abogada
Programa de DD.HH Ministerio del Interior: “Que las personas asuman su dignidad como un derecho inalienable”
Varios son los aspectos que, espero, no sean temas pendientes en 20 años más, de tal manera que ello permita, por una parte, volver a poner a la persona y el respeto de los derechos humanos como centro de todo el accionar del Estado y, por otra, tener esperanza de que en nuestro país no vuelva a imperar el horror de lo vivido tras el golpe de Estado de septiembre de 1973, que dio paso a una oscura noche que se prolongó demasiado.
En ese sentido, quisiera vislumbrar, primero, una legislación nacional adecuada a los estándares internacionales, que exigen de nuestra normativa interna concordancia con los tratados suscritos y ratificados por nuestro país en materia de derechos humanos, especialmente, en lo que dice relación con el cuestionamiento a la vigencia de la Ley de Amnistía del año 1978, la incorporación de la definición y castigo de la tortura como delito en el Código Penal chileno, y el establecimiento de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad ocurridos con anterioridad a la entrada en vigencia de la ley 20.357. Algunas de estas iniciativas legislativas, desde el año 2009 están siendo tramitadas en el Congreso Nacional, tras haber sido formuladas como recomendaciones por el Comité contra la Tortura de las Naciones Unidas, en el mismo año.
Un segundo punto es la consagración como Estado de la permanente necesidad de la memoria, no sólo como una forma de reparación perpetua a las víctimas y sus familias, sino como una manera de asegurarnos como país un “Nunca Más”. Las generaciones futuras deben saber lo que pasó, tener acceso a los antecedentes e información, conocer el contexto en que se dio y vivió tanto dolor, a fin de formarse su propia opinión: lo contrario es esconder bajo la alfombra lo que ocurrió en nuestro país, y que causó tantas heridas y sufrimientos.
Un tercer punto, sino el más importante, es la inclusión definitiva de la educación en Derechos Humanos, en el más amplio sentido de la temática, en todos los niveles de escolaridad. Me imagino un ramo obligatorio de Derechos Fundamentales. Sólo a través de ello se garantizará que las personas asuman su dignidad como un derecho inalienable, se formarán personas comprometidas, solidarias, respetuosas, y conscientes de sus deberes, para con los demás, y el suelo que los vio nacer o los ha acogido en su seno.
Juan Enríquez Guzmán, Presidente Regional del Colegio Médico de Chile
Medicina basada en la justicia, en la honestidad y en la prudencia
Como médicos asistenciales, gremiales y docentes ejercemos un Ars Liberalis, siendo la Medicina, ciencia y arte, aceptamos, desde el siglo V (aC), el Juramento Hipocrático contrayendo un compromiso ético con la sociedad. Al cumplir aquello, como estipula dicho juramento, merecemos como médicos, “los frutos de este arte”. Estos frutos eran un honor (honorarios) que se rendía al médico por su labor profesional. La relación médico-paciente era directa y basada en la confianza mutua.
En el sistema de salud actual existen las instituciones de salud pública y privada (hospitales públicos, institucionales y clínicas), los aseguradores (Fonasa, Isapres), los prestadores de salud (médicos y equipo de salud) y los reguladores (autoridades de Salud). Juramos por Hipócrates, pero estamos ligados al triángulo helénico de economía, ética y educación.
Este complejo escenario, de coexistencia de actores públicos y privados, el aumento de la población y la escasa inversión en recursos dan como resultado una salud pública insuficiente para solventar las expectativas de la sociedad, produciéndose la insatisfacción y el aumento de la judicialización de la Medicina, y médicos con incentivos que no honran la dignidad propia ni la del paciente. Como Colegio Médico de Chile, trabajamos con convicción y pasión por una orden médica unida, por una Medicina resolutiva, idónea, actualizada y respetuosa del paciente y del trabajo médico. Nuestro desafío diario es lograr que nuestra visión, de una Medicina de excelencia, sea basada en la justicia (derecho de equidad), honestidad (diseñada e implementada de forma idónea, por un bien mayor) y prudencia (realizando cambios objetivos y concretos, prontos y graduales), donde el médico decida, con su objeción de conciencia profunda y respetable guiada por altos principios, su actuar, rescatando lo perdido y engrandeciendo lo logrado, en una Medicina que deseamos para hoy y para 20 años más.
Gustavo Alcázar Presidente de Irade
Una Región exitosa en gestionar prosperidad para sus habitantes
Desde Irade soñamos con una Región capaz de recuperar protagonismo en todas sus dimensiones: conectada al mundo, con calidad de vida, con fuerza industrial, con desarrollo creativo de economía de servicios y como una reserva de biodiversidad.
Concepción, como capital regional, se ha transformado en una pequeña metrópoli de relevancia secundaria en el continente. Urge dejar atrás nuestro aislamiento e incorporarnos como una Región emergente, aprovechando estratégicamente nuestro sello identitario, nuestro valor histórico y nuestro pasado y presente multicultural, para interactuar en la sociedad global.
También queremos que esa incorporación al mundo se desarrolle manteniendo y mejorando nuestra calidad de vida: una Región amable y con buenos servicios de hospitales, universidades, colegios, teatro, música, restaurantes y contacto con la naturaleza.
En Irade soñamos con una Región exitosa en gestionar prosperidad para todos sus habitantes. Lamentablemente nuestra Región sufre de fallas estructurales en su capacidad para lograrlo. Los indicadores de los últimos 30 años muestran una sostenida brecha de crecimiento respecto del promedio nacional, pese a nuestra importante base industrial. Necesitamos aplicar nuevas buenas ideas para el desarrollo económico y social para así lograr mejores indicadores de inversión, educación, desarrollo tecnológico, innovación, comercio exterior, entre otros. Y tenemos sólo una generación para abordar este desafío.
Tampoco podemos olvidar que tenemos una naturaleza privilegiada, que concentra una alta biodiversidad y sustenta gran parte de nuestra actual actividad productiva. Nuestro sueño es que en 20 años logremos un profundo cambio cultural hacia la protección y conservación de nuestro patrimonio natural. Esto, en armonía con nuestro desarrollo productivo, venciendo las tensiones entre el desarrollo industrial y urbano y la comunidad, a través de una inteligente planificación del territorio.
Para todo lo anterior necesitamos un Estado que apoye el desarrollo regional, autonomía política que permita manejar recursos propios, líderes capaces de articular y movilizar a los actores relevantes, y mucho diálogo y consenso para administrar legítimas diferencias.
Sabemos que los sueños se construyen entre todos. Desde nuestra posición, en Irade, continuaremos fieles a nuestra misión de avanzar en la construcción del capital social que requiere la Región para su despegue.
Pablo Gaete Director Regional de Balmaceda Arte Joven, sede Bío Bío:
“Que vuelva el arte a la escuela”
Agradezco a revista Nos esta invitación a soñar nuestro futuro para la Región. Y los felicito por estos 20 años de periodismo regional con contenido. Para el mundo del arte y la cultura, el sector donde me corresponde aportar profesionalmente, existen muchos sueños pendientes. En primer lugar, esperamos que dentro de los próximos 20 años y ojalá mucho antes, se encuentre en pleno funcionamiento el Ministerio de la Cultura, Arte y Patrimonio, ojalá descentralizado, con su respectiva expresión regional, donde el Estado le asigne un presupuesto cercano al 3,0 % del Producto Interno Bruto como ocurre en otros países de América Latina. Eso sería un gran sueño y un verdadero salto al desarrollo.
Por supuesto también soñamos con nuestro Teatro Regional ya construido y en plena actividad, con una programación atractiva, con acceso a todo público, con espectáculos de gran calidad artística y programas de formación de audiencias y mediación artística donde participen estudiantes de las comunas más apartadas de la Región del Biobío.
Un hermoso sueño sería ver incluida en la Reforma Educacional la formación artística con todo su aporte a la creatividad, innovación e integración de los niños y jóvenes de la Región y del país, incorporada activamente en los planes y programas de todas las escuelas y liceos. Que vuelva el arte a la escuela, a sembrar y descubrir talentos, sería un gran sueño.