Distintas campañas orientadas a prevenir la propagación del coronavirus han apelado a la responsabilidad compartida y a la necesidad de cuidarnos entre todos.
Un mensaje que debiera hacer más sentido que nunca por estos días en la provincia de Concepción, luego de que en las últimas semanas se registraran aumentos históricos de casos positivos por Covid que la autoridad sanitaria ha calificado como “preocupantes”.
De las tres provincias pertenecientes al Biobío, la de Concepción es la que concentra aproximadamente el 77 % de los contagios regionales que día a día reporta el ministerio de Salud. Aquella situación, hizo que algunas de sus comunas tuvieran que retroceder en la estrategia del Paso Paso, desde la etapa 3 (Preparación) hacia las fases 1 y 2, Cuarentena y Transición, respectivamente, alejando toda posibilidad de que la región pudiese avanzar en bloque hacia una Apertura Inicial, como se llegó a pensar en algún momento.
Prácticamente, dos de cada ocho casos positivos están en esta zona que se caracteriza por tener una alta densidad poblacional (289,8 hab/km²) y por poseer una potente matriz productiva y de servicios. Ambos son factores que dificultan limitar la reunión o restringir las actividades y los desplazamientos de sus habitantes.
Los alcaldes de las principales comunas han solicitado medidas más restrictivas para enfrentar los peaks de contagios que la provincia viene registrando desde la segunda semana de agosto. Se quejan de la “libertad” que tienen sobre todo los centros comerciales para funcionar sin cumplir absolutamente los aforos determinados por la seremi de Salud, que es la llamada a fiscalizar aquella medida. Aseguran que tienen las manos atadas, pues la propia Contraloría estableció que los municipios no tenían atribuciones para abrir ni para cerrar este tipo de comercio en época de pandemia.
Por su parte, las autoridades regionales también han alertado de cierto relajo en las conductas de las personas, que se traduce en que siete de cada diez contagios provienen de brotes familiares que surgen en reuniones o celebraciones con cercanos ocurridas preferentemente los fines de semana.
El autocuidado que tanto se ha pedido a la población no está siendo considerado por todos, y en ello cada uno debe reconocer y asumir sus responsabilidades.
También hay que entender que nuestro descuido o imprudencia puede afectar a otros. A personas que tal vez pertenecen a grupos de riesgo y que, de contagiarse, seguro requerirán una hospitalización, o que viven situaciones de vulnerabilidad que las dejan en evidente desventaja de quienes poseen más recursos. Acceder a un examen PCR apenas alguien se entera de que es un contacto estrecho de un caso positivo (incluso antes de ser notificado), para descartar rápidamente un contagio o iniciar un monitoreo y aislamiento, es un privilegio. Y no todos lo tienen. Por ello se apela a la responsabilidad compartida que pide ponerse en el lugar de otros.
Sin embargo, para crear esta conciencia, la población debe estar bien informada. Necesita conocer cifras locales de positividad, trazabilidad, casos activos y otros factores que permiten hacerse una idea de su realidad inmediata y comprender los eventuales peligros a los que se expone con conductas descuidadas.
Lo que suceda con la pandemia en la región Metropolitana no es un indicador de lo que se vive en Biobío, así como lo que acontece en la octava región, tampoco representa la realidad de la provincia de Concepción.
La mirada local a partir de números claros, precisos y oportunos puede hacer diferencias en las conductas de la población. Y los encargados de entregar esa información son las autoridades, pero tomar conciencia frente a lo que reflejen esos datos, es un deber de la gente.