A lo largo de este periodo, UNAB ha sido parte del crecimiento de la Región del Biobío, respondiendo a sus demandas e integrándose de manera efectiva en la sociedad mediante iniciativas de educación, extensión, vinculación con el entorno, atención clínica e investigación.
Este mes, la Universidad Andrés Bello (UNAB) está conmemorando sus 15 años de presencia en la Región del Biobío, periodo en el que se ha consolidado como un actor clave en el desarrollo educativo, social y económico de la zona, impactando la vida de miles de personas.
Hoy, la sede cuenta con más de siete mil estudiantes, distribuidos en casi 30 carreras. Su sello apunta a la innovación, la efectividad del aprendizaje y la vinculación con el medio y la investigación en áreas como la astronomía, las ciencias exactas y el área de la salud, donde -por ejemplo- se estudia el tratamiento de enfermedades como la artrosis a través de videojuegos, metodología que ya es una prestación en centros de salud familiar de Concepción.
El aporte UNAB se ha fortalecido a través de sus diversas clínicas. En el área jurídica, por ejemplo, ha brindado apoyo gratuito a múltiples instituciones, como el Cuerpo de Bomberos de San Pedro de la Paz, ayudando a actualizar sus normativas con un enfoque en la inclusión y el género. “Muchos de nuestros reglamentos databan de los años 60”, resalta Sebastián Matamala, superintendente de Bomberos de la comuna. La Clínica Odontológica, en tanto, ha atendido a más de 15 mil pacientes, brindando servicios como rehabilitación oral y odontopediatría, con tecnología de vanguardia a precios accesibles.
Desde la economía, el rol descentralizador de la información se expresa -entre otras instancias- en el Observatorio Económico e Industrial del Biobío y en el Índice de Percepción Empresarial Regional (IPER), herramienta creada hace 13 años en colaboración con CPC Biobío y EY. El índice posibilita a los ejecutivos de la zona tener una visión clara sobre el estado de la economía local, consolidándose como un referente para la toma de decisiones. “El IPER es un espacio de reflexión entre empresas, Estado y academia”, explica Ricardo Fuentes, director de Ingeniería Comercial UNAB.
El compromiso con la inclusión y la equidad es también parte del sello de la casa de estudios. El Diploma en Habilidades Laborales, que ha permitido a personas con discapacidad acceder a formación superior, es solo muestra de un trabajo mucho más amplio, orientado a la accesibilidad universal. El testimonio de Andrés Boré, padre de Javier, exestudiante con discapacidad visual, refleja el impacto de esta labor: “Le cambió la vida, y estamos maravillados con la calidad del programa”.
Desde la cultura, UNAB ha sido un motor en la región, organizando actividades de alto nivel, como conciertos y obras de teatro, en colaboración con entidades como Teatro Bío Bío y el Goethe Institut. Un hito reciente fue el Concierto Aniversario, realizado en la principal sala del Teatro, en una celebración pensada para toda la comunidad.
Carlos González, vicerrector de la sede, destaca: “La UNAB ha cumplido un rol esencial en la región, no solo desde lo académico, sino también como un agente de cambio para la sociedad. Hemos formado a miles de profesionales de excelencia en estos 15 años, contribuyendo al progreso de la región y del país”.