URGE TRABAJAR EN LA MITIGACIÓN DE RIESGOS DE INCENDIOS

/ 1 de Marzo de 2023

 

26 personas fallecidas y una devastación que al cierre de esta edición superaba las 458 mil hectáreas, son parte del balance sobre las consecuencias de los incendios forestales que han afectado a Biobío, Ñuble y La Araucanía que el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) evacuó durante la última semana de febrero

Y esas no son las únicas cifras que develan la dramática situación que dejará esta tragedia: 7.558 damnificados, 2.410 viviendas destruidas y 13 establecimientos educacionales y uno de salud arrasados por el fuego también son parte del conteo. Otros datos cuantifican en 6.500 los productores agrícolas afectados y se menciona que un poco más de 20 mil animales habrían muerto por acción de los siniestros. Eso, cuando se siguen combatiendo incendios activos en el país. Son menos, muchos menos que hace una semana, pero todavía se necesita el despliegue de brigadistas y bomberos para controlarlos y extinguirlos.

Mientras eso ocurre, en la esfera política, la polémica se centra en la discusión sobre la intencionalidad de estos incendios. En los momentos más graves de la catástrofe, la aparición de focos simultáneos de fuego comenzó a alimentar las teorías de que tras ellos habría una acción intencionada e, incluso, coordinada. Una hipótesis que de todas maneras deberá ser contrastada en una investigación por el Ministerio Público, y así dar con el paradero de los responsables, si los hubiese.

Según dio a conocer Carabineros, a fines de febrero existirían 50 personas detenidas por supuestas responsabilidades en estos incendios: el 98% son chilenos y mayores de edad. El 2% son extranjeros.

Sin embargo, esta misión, que está en manos del órgano persecutor de delitos y de las policías, no debe distraer del trabajo de planificación que se debería comenzar a idear, a fin de evitar que en temporadas estivales venideras estas tragedias se repitan.

Por eso es importante planificar, consensuar y ejecutar medidas de mitigación de situaciones de riesgo, sobre todo aquellas que permitan establecer, a tiempo, alertas y recursos en aquellas zonas donde el peligro es mayor. Una de las que se ha mencionado es el uso de modelos de inteligencia artificial para la identificación de los territorios donde se concentra mayor cantidad de variables que inciden en la ocurrencia de siniestros.

Existe una proyección de un escenario de cambio climático que hará cada vez más frecuentes olas de calor que, con creces, superarán los 30 grados de temperatura, lo que en época de verano seguirá favoreciendo las condiciones para desatar una catástrofe como la recientemente vista en Santa Juana o en Coronel.

Por eso es importante planificar, consensuar y ejecutar medidas de mitigación de situaciones de riesgo, sobre todo aquellas que permitan establecer, a tiempo, alertas y recursos en aquellas zonas donde el peligro es mayor. Una de las que se ha mencionado es el uso de modelos de inteligencia artificial para la identificación de los territorios donde se concentra mayor cantidad de variables que inciden en la ocurrencia de siniestros.

Por otro lado, la evidencia de catástrofes como las vividas en enero del 2017 y por supuesto de la que aún no culmina, son una base para considerar en esta planificación. Los cambios en la cobertura vegetacional -pasando de superficies donde otrora predominó el bosque nativo, a una donde ahora los protagonistas son pastizales y plantaciones forestales- que ha tenido la zona centro sur en las últimas cinco décadas, “ha creado paisajes homogéneos y con una alta carga de combustible de gran inflamabilidad”, según han indicado los expertos. Por eso la prevención también requeriría trabajar en la diversificación del paisaje para incorporar también otras plantaciones “menos combustibles”.

Asimismo, poner especial atención en aquellas zonas de interfaz urbano-rural para, a través de protocolos, reducir los factores de riesgos. No obstante, nada de esto servirá si no se trabaja en educar efectivamente a la población sobre la necesidad de tener conductas responsables con su entorno, no solamente en contextos de alertas climáticas, sino que en todo momento. Y el principal argumento es que en Chile, el 99% de los incendios son causados por acción humana, lo que a todas luces da cuenta que de prevención no hemos aprendido nada.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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