Tras una sentida partida de TVN, el canal donde trabajó por más de 25 años, el director de “Pampa Ilusión” y “La Quintrala” se apresta a seguir la guerra de las teleseries desde Chilevisión. Respetado, pero también temido, Vicente Sabatini representa para algunos a la televisión tradicional, la de vieja escuela; para otros, es uno de los últimos garantes de la televisión “con contenidos” en plena era de la denominada “Programación Flexible”. Él, por su parte, fiel a su estilo, afina los detalles para Manuel Rodríguez, la teleserie.
Desde su nueva y pequeña oficina en Chilevisión, Vicente Sabatini asegura que ya pasó el trago amargo. Es que para este destacado director no fue fácil cambiar el switch tras veinticinco años de exitosa y respetada carrera en Televisión Nacional. Una época de oro en que consolidó el área dramática y dirigió alrededor de diecinueve producciones, algunas tan icónicas como “Marta a las ocho”, “La Quintrala”, “La Fiera”, “Oro Verde” y “El circo de las Montini”.
Por ello es que la trastienda de su salida como Director de Programación fue polémica y ampliamente difundida por la prensa y medios de comunicación: desde un lado, el cambio se argumentó por apuestas fallidas y la baja sostenida en resultados de rating promedio que desde hacía meses arrastraba su gestión (que durante el verano cedió el liderazgo a Canal 13 y Megavisión), además de la poca coordinación con Pablo Ávila (ex Director de Contenidos y ex mano derecha suya, también cesado en sus funciones); desde otro, Sabatini, herido, alegó haber sido despedido abruptamente en medio de un proceso y acusó a Daniel Fernández, Director Ejecutivo de la casa estatal, de “traición de confianzas”. Confianzas que aún ahora confiesa no repuestas. “Con Fernández tengo un tema personal: algún día lo resolveré, me da lo mismo; con TVN no tengo ningún problema, todo lo contrario. Creo que es un proyecto absolutamente válido y muy necesario para este país. Daría todo lo que puedo hacer yo para contribuir a que siga y que no se pierda”, confiesa.
Hoy está más tranquilo. Nunca le acomodó demasiado el trabajo ejecutivo, por ello, vuelve a lo suyo: la producción y dirección de series y teleseries de ficción. Un área en la que Chilevisión ha colocado sus apuestas, y donde la pareja de Claudia di Girólamo ya maneja diversos proyectos en carpeta, entre ellos, una teleserie histórica basada en la vida y aventuras de Manuel Rodríguez, ambientada en el período de La Reconquista. Las grabaciones se iniciarían en diciembre, y se sondea a Benjamín Vicuña para el papel principal. “A él le interesaba mucho el proyecto y me encantaría tenerlo”, asegura. La franja en que se transmitirá aún está en discusión, pues cuenta que “la estructura de la audiencia de las ocho está alterada, cambiada”. “Hay una intención manifiesta del canal de instalar un know how en la producción de ficción, de teleseries específicamente, por lo tanto hay una intención de crecer en el volumen de producción de telenovelas. Ahora somos tres directores -está Ricardo Vicuña, Pato González y yo- que vamos a hacer proyectos tanto para las ocho como para las diez. Y en estos días empieza a grabarse la primera producción nocturna”, anuncia.
-¿Le gustaron las anteriores teleseries que realizó Chilevisión (“Mala Conducta” y “Vivir con 10”? ¿Cuál es su propuesta respecto a ellas?
-Vi el principio de “Mala Conducta”, me pareció una oferta muy bien construida para un segmento; pienso que cuando se apunta a un segmento en las telenovelas uno toma un riesgo, porque ahí hay un porcentaje importante que no es la audiencia principal; hay una jugada de este canal por atender las audiencias más juveniles que tienen que ver con Yingo, con los programas de la tarde, y “Mala Conducta” me pareció un producto súper atractivo para un segmento más específico.
-Esas teleseries son bastante distintas a lo que Ud. venía haciendo en TVN ¿Qué línea y estilo comenzará a desarrollar ahora?
-Yo llegué a proponer un proyecto, y que era el que tenía y el que encajó perfectamente con lo que el canal quería, y el camino para adelante está por hacerse, digamos.
-Es decir, mantendrá su línea de incorporar el “Chile real” en los contenidos, generar conversación con la trama…
-Lo que pasa es que eso es parte de mi estilo. Yo creo firmemente en la entretención con valor. Esto es un género de entretención, pero que puede aportar valor, esa es la mirada que yo tengo, es la única forma en que lo puedo hacer, por lo tanto pretendo seguir en esa línea. Lo que está por verse y hay que descubrir, es qué es lo nuevo que hay que proponerle a las audiencias, porque el país ha cambiado, no es el mismo de hace diez años.
-Ud. ha señalado que no le atrae mayormente la mirada “historicista” del Bicentenario, cuando justamente sus actuales proyectos van en esa línea…
-Eso es bastante común, porque son lugares conocidos adonde ir. Igual son parte importante y, además, están en el inconsciente colectivo, son personajes que pertenecen a todos como Manuel Rodríguez, la propia serie de Canal 13. Pero cubre una parte del tema, que es la parte de la mirada regresiva con la intención de explicar cómo éramos y de dónde venimos; pero yo diría que lo más interesante de mirar para atrás es cómo se encuentra uno con cuadros de la sociedad que son perfectamente reproducibles hoy. Por ejemplo, la situación en el tiempo de Manuel Rodríguez en La Reconquista, gobernada por una autoridad tiránica entre comillas, con los patriotas todos en el exilio, familias fraccionadas. Es como la foto del Chile de los años 70, en el Gobierno de Pinochet.
-Algunos interpretaron esa analogía en la teleserie Pampa Ilusión…
-Había un símil. Nosotros sentíamos que el autoritarismo y la manera de ejercer el poder del señor Clark tenía algo que ver.
Parrilla flexible: “pan para hoy, hambre para mañana”
-Señaló en su momento que el 40% de la cultura que se exhibía en la TV abierta del país provenía de TVN. Algunos críticos refutaron este dato argumentando los horarios tardíos en que programas como “Hora 25” y “Una belleza nueva” se exhibían… ¿Tiene la programación cultural alguna posibilidad de volver al horario prime en la TV abierta, como alguna vez lo tuvieron “El Mirador”, “El Show de los Libros” o “Patiperros?
-Mira, es un asunto que tiene bastante que ver con cosas prácticas. Los horarios más competitivos de la televisión están en el prime. Son horarios en que por una parte es necesario generar audiencias y, por lo tanto obtener recursos, donde se construye el sustento económico de los canales, que se autofinancian completamente. Entonces, es muy difícil competir en esos horarios con contenidos que son de segmentos, y por eso se les ubica en otros horarios además, como para protegerlos. Porque si tiras un programa de valor cultural a un horario a las diez de la noche donde hay realities, show en vivo y la oferta de entretención es muy sólida, les das poca oportunidad al programa también. Entonces, hay un dilema permanente ahí.
-¿Influyen en este nuevo contexto, además, tendencias más actuales como la “programación flexible” que venía siguiendo Canal 13 bajo la administración de Vasco Moulián?
-Lo que pasa es que esa sensación proviene más bien de la caída del mercado publicitario, que es otra cosa. Hay menos recursos para los canales, que tienden a optar por aquellas cosas que son más eficientes. Y, porque además, los productos culturales tienden a ser más caros. (…) La mayor parte de la programación está subsidiada, en el sentido que el ejercicio concreto de un programa genera pérdidas, pero la relación completa da ganancias. Hay programas que generan mucho ingreso, pero la mayor parte de los contenidos culturales -y no se me ocurre ninguna excepción, por eso no te la digo- van a pérdidas. Y no tienen que ser necesariamente negocios; los que trabajan en gestión de los canales postulan que no tendrían por qué, pero la verdad es que los resultados son rojos. Son inversiones. No me cabe la menor duda que “Héroes” fue un desastre económico, a esos costos tiene que haberlo sido. En series que hizo TVN como “Paz” (la mini serie de ficción exhibida el año pasado, ambientada en la Guerra del Pacífico), por ejemplo, no se recuperó la inversión, ni mucho menos. Toda esa programación está subsidiada, por eso que al modelo de TVN hay que mirarlo con mucha atención, porque tener esos lugares que son rendimientos de sintonía y esos resultados económicos, con ese tipo de televisión es un mérito muy grande.
-La doctrina de la “programación flexible” postula que la gente ya no espera la TV como antaño (porque llega tarde, mal o nunca a su casa), que los horarios y los hábitos cambiaron y que se la debe sorprender todos los días, adaptando y adelantando permanentemente la parrilla a sus estados de ánimo y preferencias ¿Comparte estos criterios? Dieron cifras azules a canal 13…
-No los comparto, en absoluto. El resultado es pan para hoy y hambre para mañana. En esto tú tienes que generar lazos estables, lazos permanentes con las audiencias. Lo que tú quieres es tener alguien que te vea todos los días, y que va a ver tus mensajes. Eso otro es efectivo a corto plazo, puedes generar resultados de un día, eventos, pero no genera adhesiones, no genera complicidad a largo plazo.
-¿Y no se puede argumentar que para allá va la televisión, donde el telespectador toma las decisiones y formula sus propios menús programáticos?
-Con mayor razón. En la medida que tú les ofreces horarios estables, puedes conectarte con los hábitos y con los usos del tiempo libre de la gente, precisamente por lo que tú me estás diciendo: es mejor para ti saber que las noticias van a ser siempre a las nueve ¿cierto? Tú programas tu día: puedes optar por no ver las noticias, pero tú sabes que si quieres noticias, a las nueve están las noticias en el central. Qué pasa si el noticiario un día empieza a las nueve y cuarto, otro a las nueve veinte, otro cinco para las nueve: no te permite entrar en el ciclo de vida de la audiencia.
-Sinceramente, ¿No cree que el alza que experimentó Canal 13 en sintonía y rentabilidad bajo la administración de Moulián durante el verano hizo que a TVN le entrara el pánico y opte por cambiar sus criterios programáticos?
-No, son cuestiones tácticas no más, no hay un cambio ni opción de cambiar de política, ni de convertir todo en parrillas flexibles (…) Claramente, los movimientos que uno ve ahora persiguen recuperar rating, recuperar las audiencias. Está claro, estamos en un momento de crisis. Ahora, lo que yo no quisiera que ocurriera es que en esa búsqueda de rating (en TVN) perdiera importancia o peso la proporción de contenidos de valor cultural, porque ahí perdería completamente su perfil diferenciador; (sería) un proyecto de televisión que no se justifica si va a ser otro canal comercial, ahí pierde sentido. Probablemente esos proyectos tengan menos oportunidades hoy dada la crisis, la situación de estrechez económica; no he visto ni oído ninguna declaración de ningún ejecutivo de allá que diga “abandonamos esa línea para siempre”. Lo veo difícil que ocurra.
-Durante los últimos años, las teleseries en horario vespertino han experimentado una continua baja de rating y expectativas del público. Según el sociólogo Juan Carlos Altamirano, el género pasaría por una fase de agotamiento, debido principalmente “al abuso que los canales habrían hecho de él” ¿Comparte este diagnóstico?
-En absoluto, no puedo estar más en desacuerdo con esa afirmación. No me consta que sea de Juan Carlos, pero parece que está echando de menos allí a las telenovelas más clásicas. Lo que él señala es un periodo en que ha habido más ofertas que búsquedas, porque también la composición de la audiencia ha ido cambiando, hay más cabros jóvenes y, por lo tanto, hay una búsqueda por incluir a otros públicos. Volver a la telenovela tradicional es ir a la dueña de casa.
-“Los Exitosos Pells” lideran el rating y parece justamente de trama más liviana que “Cuenta conmigo”, que reunió a la clásica pareja de Bastián Bodenhofer y Carolina Arregui como dupla protagónica…
-Sí, pero “Los Exitosos Pells” es un experimento, un formato que es más bien una tira que una telenovela, son historias muy rápidas, con poca profundidad, más anécdotas, con un fin evidente: buscar audiencias más jóvenes. Pero no es “el género” de la telenovela el que está agotado, por Dios
-¿No considera que exista una crisis de creatividad, en el sentido de que cada vez se utiliza más la franquicia y compra de formatos y productos extranjeros, en lugar de optar por ideas propias y originales?
– Yo te diría que la creatividad siempre está en crisis, en el buen sentido de la palabra. Y vive en permanente crisis, vive buscando encontrar soluciones que claro, hablen de nosotros, sean de nosotros, ésa es la idea. Pero este es un fenómeno absolutamente mundial, en todo el mundo el fenómeno creativo, por lo menos en ficción, se vive así, tomando franquicias extranjeras, generando productos propios, haciendo remakes. Pasa la vista por todas las industrias, incluso el cine, está haciendo remakes del pasado. No tiene absolutamente nada de malo. Lo malo sería que se dejara de producir. Aparecieron en un momento como más valorizados los públicos más juveniles, diría que “Lola” es un ejemplo, “Los Pells…” también: lo que pasa es que se junta con un tema estructural del horario, la gente llega más tarde a la casa. Y no por el tema del Transantiago, es un fenómeno anterior, nosotros empezamos a mirar las cifras dos años antes del Transantiago; hay más alternativas. Es decir, los happy hours, los cabros utilizan el messenger, tienen más uso del tiempo libre.
-¿Donde estará el principal negocio de la televisión? ¿En la web o la televisión digital?
-La televisión abierta nunca dejará de tener el lugar que tiene. Y lo demuestran lugares como EE.UU, que es la esencia de las multimedias, y resulta que la televisión no sólo cobra importancia, sino que está más valorada que nunca. En un país donde hay miles de canales de televisión.