Vitamina D: el súper nutriente que estará en la leche y en la harina

/ 10 de Agosto de 2022

A partir del 2024, las leches y la harina que se elaboren y comercialicen en Chile estarán suplementadas con esta vitamina que se caracteriza por los múltiples beneficios que trae a la salud de las personas. Previene enfermedades y, además, asegura el adecuado funcionamiento de procesos biológicos. La mineralización de los huesos y la regulación del sistema inmunológico serían algunos de ellos.

El decreto que hace obligatoria esta medida para la harina y las leches que se elaboren y comercialicen en el país se publicó en julio de este año. Sin embargo, entrará en vigencia 24 meses después. Así, el primer trimestre del 2024 ambos productos ya contendrían este nutriente, para suplementar, a través de alimentos muy consumidos por los chilenos, la deficiencia de vitamina D pesquisada en los últimos años.

“Se ha comprobado que con la fortificación de alimentos se beneficia a toda la población. En Chile tenemos el ejemplo del yodo en la sal, que disminuyó de manera significativa el bocio en el país, y el enriquecimiento de la harina de trigo con ácido fólico, que redujo de manera importante la probabilidad de malformaciones del tubo neural, como la espina bífida, por ejemplo”, explica Rinat Ratner, magíster en Nutrición Clínica y directora de Nutrición y Dietética de la UDD. Hoy, agrega, estamos viendo que hay una especie de pandemia de déficit de vitamina D, que hace necesario tomar esta medida, sostiene.

Causas de su déficit

En el decreto del Ministerio de Salud que establece la suplementación de vitamina D para la harina y leches se especifica que los resultados de la Encuesta Nacional de Salud del 2017 evidenciaron que casi el 60 % de las mujeres en edad fértil y de los adultos mayores del país presentaban deficiencia de esa vitamina. En el primer caso, 15,9% tuvo deficiencia severa, 36% deficiencia, y 37,1%, insuficiencia. En el grupo de las personas mayores, 20,9% arrojó deficiencia severa, 37,6%, deficiencia y 29,6%, insuficiencia. Las razones, según destaca el documento, estarían relacionadas fundamentalmente con los bajos niveles de exposición solar a esa fecha. Una situación que se incrementó con el confinamiento que exigió, sobre todo en su primera etapa, la pandemia. Asimismo, este déficit también obedecería a su baja ingesta dietética: “Son pocos los alimentos que la contienen. Básicamente, los pescados grasos, como el jurel, el salmón, las sardinas o las anchoas, que no son de tan alto consumo en la población”, agrega Rinat Ratner.

Otra de las causas de la falta de vitamina D estaría relacionada con el sedentarismo y la elevada prevalencia de obesidad, que hacen que sus niveles se encuentran menos disponibles en la sangre. “Eso sucede porque esta es una vitamina liposoluble, es decir, que se disuelve en la grasa, por ello, en personas con sobrepeso u obesidad, esta se queda atrapada en el tejido adiposo”, añade la académica de la UDD.

Beneficios

El principal beneficio que se asocia a la vitamina D es su contribución a la salud ósea, porque facilita la absorción de calcio y fósforo. “También actúa directamente sobre el hueso para sintetizar tejido”, indica Ratner. Cuando hay bajos niveles, la persona no tendrá la cantidad de calcio suficiente, lo que podría provocar raquitismo en los niños (baja mineralización ósea) y, en adultos, osteomalacia o reblandecimientos de los huesos).

En el último tiempo se ha descubierto su relación con otras funciones biológicas, entre ellas, la regulación del sistema inmunológico, la síntesis de insulina y su capacidad para contrarrestar el daño producido en el páncreas por acción de la diabetes.

 “Todo lo anterior la convierte en una súper vitamina, porque trae muchos beneficios para la salud de las personas”. De hecho, añade, durante la pandemia se comprobó que aquellos pacientes contagiados de coronavirus que se complicaban más gravemente presentaban déficit de vitamina D, lo que hizo poner aún más atención sobre su importancia.

Requerimientos en sangre

Un examen de sangre puede determinar los niveles de vitamina D en el organismo. Su unidad de medida son los nanogramos por mililitro en sangre. Algunos expertos recomiendan un nivel entre 20 y 40 nanogramos por mililitro, mientras que, otros, entre 30 y 50. Resultados inferiores a esos rangos demuestran que existe deficiencia de vitamina D. “La cantidad diaria que una persona necesita se mide en Unidades Internacionales (UI). Lo ideal para lograr el óptimo para que esta vitamina pueda cumplir sus funciones es de 600 a 800 UI diarias”, dice Rinat Ratner. Indica que con una exposición al sol diaria de 10 a 15 minutos sin protector solar se logra sintetizar alrededor del 90% de ese requerimiento. En personas mayores se necesita un mayor tiempo de exposición, porque con la edad, su capacidad de síntesis de vitamina D a través de la piel se ve disminuida. Lo mismo, en población vegetariana y vegana y en personas con obesidad.

Quienes tienen la piel más oscura, necesitan mayor exposición al sol para generar la misma cantidad de vitamina D que otra persona de tez más clara, pues la melanina atrapa los fotones que ayudan a sintetizar esta vitamina.

Rinat Ratner enfatiza que a la hora de pensar en buscar suplementos de vitamina D, es importante conocer los niveles que cada organismo tiene. Si este nutriente está en cantidades muy bajas, es necesaria una vitaminoterapia de alrededor de 50 mil a 10 mil UI por semana durante dos meses para poder mejorar este déficit. “Si te automedicas probablemente no va a resultar, por lo que es importante que se evaluarse y solo ahí saber en qué cantidades administrarla”, finaliza.

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