A la cama con Grey

/ 19 de Febrero de 2013

La escritora británica E.L. James logró meterse en el dormitorio de 31 millones de personas. Las lectoras en general aman su novela, las menos la critican, pero todas la comentan. Con ella, el género erótico volvió en gloria y majestad de la mano de ciertas formas no convencionales de sexo. Ésa es su mejor arma de seducción, que tiene a su público pidiendo más, más, más.


“Dime. No te gusta imaginar que estás es un balcón mirando el horizonte, de pronto él viene, se pone detrás, te sube el vestido y te…”.
Complete la oración. A mí, al menos, me lleva a pensar en Anastasia Steele, la mujer que se pasea por la mente de más de 30 millones de personas en el mundo. Escucho al sexólogo Edgardo Quiroz hablar del porqué la trilogía de las Sombras de Grey es un éxito en ventas, y no hace más que reafirmar mi prejuicio del libro. Es la historia clásica de La Cenicienta, que encuentra a su príncipe azul. Sólo hay un detallito, esta vez el héroe del cuento es un pervertido. Y eso encanta.
La escritora Erika Leonard James, hija de un matrimonio chileno-escocés, logró meterse en el dormitorio de lectores en 37 países con su libro Cincuenta sombras de Grey. En él y sus dos partes siguientes, Cincuenta sombras más oscuras y Cincuenta sombras liberadas, relata la iniciación de “Ana”, una muchacha virgen que cae rendida a la seducción del joven, rico y famoso, Christian Grey.
Pone en la boca de sus lectores términos como bondage, fisting, cunnilingus, sodomía, azote, sumisión y dominación, pues lejos del interés que provoca leer su novela, lo mejor es comentarla.
El doctor Quiroz levanta las cejas y dice: “El libro básicamente ahonda en los aspectos de la sexualidad no convencional. No anormal, sino no convencional. Esto en la literatura médica es considerado dentro de las parafilias y cae en lo patológico. Narra situaciones que estimo tienen relación con lo psicosexual de la escritora, pues hay que preguntarse por qué ella elige hablar de bondage, dominación, sadismo y masoquismo”.
Y hace recordar la fotografía de la carátula del libro de Grey. Allí donde su autora, E.L. James, aparece sonriente y translúcida, como una mujer normal de su edad, 48 años, mamá y esposa. Al googlearla llegan más imágenes donde se deja ver sencilla y gordita, hasta con un aspecto chilensis. Ella, sí ella, es la que nos está hablando de amos y sumisas…
“Yo quiero ser sumisa”, dice Pamela a María Olivia y Fernanda en la mesa de un restobar. “Lo leí, me encantó y le pedí a mi marido el otro, pero está agotado”, contesta Fernanda. “Pa´mí que a los hombres también les gustó, aunque sea libro de minas, contesta la última. Y así, entre el pisco sour y la champaña, desnudan el centro de lo que estos libros generan. Sea la creadora de Grey, Corín Tellado o Raine Miller (autora de Desnudas, la próxima entrega en el género erótico). Todas las lectoras quieren tener sexo orgásmico, intenso, divertido y sentirse conquistadoras de una historia apasionante. Todas, en cierta forma, quieren ser “Ana”.
“Anastasia es una niña boba, inexperta”, arremete el doctor Quiroz, pero proyecta el deseo de las féminas. En Chile, la sexualidad es muy parecida a la del resto del mundo, en lo general. Casi todas las chilenas tienen sexo premarital y en el 80 por ciento tiene metido en la cabeza la infidelidad. Que la practiquen o no eso es otra cosa y estos libros le permiten pensar en sexo, fantasear con un hombre que no es su pareja. Es chistoso, pero este experto da en el clavo de los comentarios literarios y críticas a la obra de E.L. James: “Ha escrito porno para mamás”.
Cristóbal Palma y Mauricio Sánchez, en el Sex Shop Freya de Concepción, ubicado en el segundo nivel del edificio Amanecer, miran con una sonrisa de oreja a oreja  mientras se abre la puerta de su tienda. Luego de conversar y preguntar precios, tendencias y tips de su rubro, termino con cuatro películas del género “masoca” en las manos. No es muy bonito lo que se ve y creo que esa pinza le debe doler mucho a ese señor de la carátula, que tiene sus partes moradas por el afán.  Otra cartulina, sencillamente no se comprende. Llego a doblar la cabeza  en pose “es muy tonto lo que estoy diciendo”,  como para entender. Pero nada.
Hay que quedarse con lo que Mauricio ha mostrado y que tiene disponible para un juego y algo más de amos y sumisos.
“Si te amarran con esto no sales nunca”, explica mientras extiende un grillete de cuello, manos y pies. Luego agrega un fuste que tiene carácter de juguete y otro que “es de verdad”. “Éste sí que duele”, comenta sonriente, precisando que hay personas que les gusta armar sus show y fantasear y otra que va con todo para conseguir la completa dominación. “También hay otras cosas con las que puedes inventar historias y jugar roles, como los trajes de látex, los disfraces de dominatrix, policía, militar y muchas que hacen que las personas se imaginen situaciones especiales”. Confiesa que hay gente que pregunta por artilugios temáticos en forma muy  tímida y otra es un poco más directa. Incluso, consultan por material que no disponen en tienda y que se tiene que mandar a pedir en forma puntual. “Otras simplemente no se trabajan, pero uno tiene que reaccionar con toda naturalidad”.

Nos falta de eso…

La mujer en Chile piensa en el placer, pero no hace mucho para conseguirlo. He ahí la clave del éxito de este libro. ¿Por qué Grey es atractivo para las mujeres de todo el mundo? Por lo trasgresor y lo perverso que es caldo de cultivo para el morbo. “Sin morbo, no se tiene una relación sexual y la morbosidad comienza desde cuando el órgano sexual que está pulcro, jamás tocado, desea ser tocado, que se lubrique, que se penetre. Ése es morbo del bueno, que facilita la excitación y el contacto con la pareja, pues al hombre también le encanta que la mujer le permita ser poseída. Esto hace que tenga una erección que busca abrir, romper barreras. En general, las relaciones sexuales se gozan más cuando son prohibidas, escondidas, porque el efecto que se logra imaginando lo que quisieras hacer con esa persona prohibida es tremendamente morbosa. Pero ojo. El señor Grey cae en lo patológico”, dice Eduardo Quiroz.
Si hablamos de enfermedades, una suerte de fiebre es la que se vive por estos días en las librerías. No sólo la novela de E.L. James, sino que en general toda la novela erótica está prendiendo. Patricio Vidal, en Librería Antártica, revisa el stock y dice que quedan dos ejemplares disponibles, de 100 que le llegaron hace 15 días. “Ha sido un verdadero éxito. No ha parado de venderse y la gente sigue entusiasmada. Tanto así que hasta los hombres lo encargan, las parejas se llevan de dos ejemplares para leerlos en forma simultánea. Es cómo lo que pasó con la saga de Crepúsculo, pero mucho más intenso”, argumenta.
Y adelanta que a raíz del éxito de “Grey” están puestas las expectativas en lo nuevo del género erótico, perteneciente a la autora norteamericana Raine Miller, que lanza ahora en marzo su libro en Chile, titulado Desnudas.
Pamela, María Olivia y Fernanda siguen comentando. “A mí lo que me gustó es que el libro tiene una forma muy especial de relatar. ¡Te fijas que hay como harto preámbulo y harta descripción! Hasta la página 100 no pasa nada. Es como si la autora también quisiera jugar a ser Grey con el lector…”, resume Fernanda.
“Sí, pero de ahí para adelante, la cosa cambia. Yo no tenía idea lo qué era bondage… Ahora le cuento las corbatas a mi marido”, dice Pamela mientras suelta una carcajada.
Simple. El bondage viene del inglés “to bind”, maniatar, y es una práctica sexual sadomasoquista en la que uno de los participantes permanece atado. Aclara el doctor Quiroz que el bondage implica que hay un dominador, hay un sumiso y, lo fundamental, hay un contrato. “Es decir, está consensuado que van a tener una relación así para beneficio de los dos. No solamente es el dominador el que goza con tener una persona sumisa, sino que el sumiso goza con toda la sumisión que le trae una suerte de apertura, liberación que le provee la relación. El símbolo de este tipo de la relación es el collar con la argolla y el látigo”.
Pero ¿Puede el dolor ser aliado del placer como se vocifera permanentemente? “El dolor físico no es amigo de la relación sexual ni del placer”, recalca el sexólogo. De hecho las primeras consultas de las mujeres son cuando están teniendo molestias en las relaciones. Y las disfunciones están definidas: el vaginismo, que es el dolor a la penetración, o el dolor por infecciones o por malformaciones que se denomina dispareunia. “Por lo tanto, el dolor no está relacionado con el placer en la sexualidad. Definitivamente el dolor socava la relación de pareja, tanto como la infidelidad o las agresiones a la autoestima que deterioran y transgreden la salud del amor. El asunto es que si el dolor se pone al centro de la relación ésta pasa a ser no convencional y, según se agudice, se cae en la patología.
En el libro estamos frente a una persona que no puede sentir placer si no es haciendo sufrir, si es que no pega en el cuerpo y en la mente. Mal”, define Quiroz.
Tanto para éste como para otros especialistas la saga de Grey prendió, porque la mujer tiene una avidez de erotismo y porque culturalmente se le permitió leer estos libros abiertamente, porque millones de mujeres lo están haciendo.
”Sin embargo, las mujeres ven y leen peores cosas de las que hace Grey, desde sus computadoras. No hay que ser ilusos, aquí hay un marketing importante tras la obra, pues las opiniones no son tan buenas literariamente hablando. Aquí lo potente es hablar del sexo”, acota el doctor.
Chile es un país muy sexual y es un gran consumidor de porno. Y las mujeres también lo consumen y harto. No hay que extrañarse con la literatura. Claro que en estos momentos las Cincuentas Sombras de Grey viene a ser como un bálsamo, una vitamina para quienes están fuera de training. ”El matrimonio y el embarazo echan a perder la sexualidad de los chilenos, eso es categórico en todo tipo de parejas, en las más bonitas, las más inteligentes, con los mejores físicos, todas se echan a perder. Antes se juntaban para hacer el amor. Después viven juntos y no lo hacen”, enfatiza el sexólogo.
Pero lo que más mata a las mujeres es que el hombre no sabe cómo amar físicamente. Ellos están resentidos por distintos factores, el trabajo, los remordimientos de su infidelidad, la situación económica, en fin. Entonces las mujeres se enamoran de este Grey y lo quisieran en la casa. “Imagínate un seductor en su velador, cuando muchas se quejan de que sus parejas terminan la relación tirándose un…” ¡Ohhhh! No lo diga, doctor, por favor. Sí, eso es último de matapasiones.
Entonces vale la pena pensar en Grey citando a Anastasia que lo describe en su primer encuentro: “Muy joven, y atractivo, muy atractivo. Alto, con un elegantísimo traje gris, camisa blanca y corbata negra, con un pelo rebelde de color cobrizo y brillantes ojos grises”. Súmele soltero, súmele adinerado y exitoso. Nada que hacer, como para llevárselo a la cama. El libro, claro. Y como para pensar que sí sería emocionante mirar el horizonte en un balcón esperando que alguien como Grey nos trajera un poquito de sus sombras.

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