¿Afectarán las lluvias el precio de las hortalizas?

/ 7 de Julio de 2023

Denis Muñoz Figueroa
Académico Ingeniería Comercial UNAB Concepción
Magíster en Economía Aplicada.

El impacto de las fuertes lluvias e inundaciones en la producción agrícola aumentó la preocupación por los precios en los productos hortícolas. Si bien el peso que ponderan las hortalizas en la canasta total del IPC es relativamente bajo, ubicándose alrededor de un 3%, es importante considerar que la categoría Alimentos representa cerca de un 19% del IPC.

El efecto alcista, aunque acotado, podría evidenciarse en las ferias libres en el precio de algunas hortalizas, particularmente lechugas, acelgas y aquellas verduras que se plantan a ras de suelo. Esto se debería a que en el mercado los stocks disponibles son un determinante del precio. Por ello, al reducirse la oferta de aquellos productos cuyos cultivos se ubicaban en lugares donde las plantaciones fueron más afectadas (o, simplemente, destruidas) efectivamente podría generarse un mayor efecto inflacionario.

Y así como en este tema pueden incidir -como ahora- las lluvias extremas, también hay otros factores que pueden provocar el mismo resultado, como las bajas temperaturas. Este elemento, también podría implicar alzas, pero en otro tipo de productos, quizás verduras como el tomate o el zapallo italiano, cuyos precios podrían verse incrementados, aunque de manera más restringida.

De todos modos -como ya dijimos- dado que el peso de este tipo de productos es menor en la canasta total del IPC, este indicador solo se vería afectado con una leve alza por este ítem, particularmente en julio. Sin embargo, no debemos olvidar que el invierno recién comienza y que este tipo de situaciones, provocadas por condiciones climáticas adversas para los cultivos, pueden presentarse más extremas durante esta temporada.

¿Y qué pasa con la especulación? Bueno, en este caso, si los mercados se comportan en forma eficiente en la determinación de precios, los efectos no debieran ser generalizados para todas las verduras disponibles, ya que un porcentaje importante de las hortalizas, como la cebolla o el zapallo, ya se encontraban cosechadas antes de las lluvias. No obstante, los mercados no siempre se comportan de manera eficiente y las noticias de desastres que podrían afectar el stock de productos, pueden -a su vez- motivar la especulación de precios, moviéndolos por sobre el valor que realmente deberían tener.

Entendemos por especular el adquirir un determinado producto no con el objetivo de disfrutarlo, sino de venderlo nuevamente, aprovechando las fluctuaciones de su precio. Y es eso precisamente lo que podría suceder en el mercado de hortalizas. En este caso, el alza desmedida de precio es buscada por el empresario especulador, que logra convertir su objetivo en una realidad.

La especulación alimentaria se produce por la falta de valores éticos y humanos de los inversores, así como por la ausencia de regulación. Por lo tanto, puede tener efectos a futuro, ya que es un proceso que se nutre de múltiples informaciones que validan el alza de precios. Esta, a corto plazo puede tener efectos acotados, pero a largo plazo podría generar otros más notorios en el poder de compra de los consumidores.

Así se vio, por ejemplo, a lo largo de la pandemia, periodo en que muchos productos básicos subieron de precio, lo que tuvo su origen en múltiples noticias, como el alza del dólar, la guerra de Ucrania, problemas logísticos, aumentos de demanda, entre otras. Toda esta información se convirtió en un caldo de cultivo para la especulación, socavando el poder de compra de los consumidores lentamente, pero sin cesar.

En cuanto a posibles acciones remediales, cuando suceden eventos climáticos con consecuencias negativas para un área de la economía, el Estado puede entregar ayudas al sector afectado, ya sea en forma de subsidios –en este caso- para los agricultores; impulsar programas de apoyo para pequeños y medianos empresarios, subsidios de retención de mano de obra, de vivienda y de infraestructura. Además, puede aplicar medidas que consideren a organismos dependientes o vinculados al ministerio de Hacienda, como el Servicio de Impuestos Internos, la Tesorería de la República y el Banco Estado. Es decir, el Estado tiene una amplia gama de mecanismos para apoyar a los empresarios afectados por las últimas lluvias. En este sentido, el rol estatal es de vital importancia, pues tiene las capacidades para entregar recursos rápidamente en situaciones de catástrofe, los que muchas veces son más difíciles de conseguir en el mercado financiero. A su vez, en su rol regulador, debe ser capaz de fijar precios para evitar que la especulación se vuelva un problema serio, sobre todo en estos casos en que se trata del consumo de bienes básicos.

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