Los latidos desordenados, rápidos e intensos se denominan arritmias o palpitaciones, y según explican los especialistas, son la primera causa de consulta cardiológica.
Si bien la mayoría de las veces éstas son benignas y tienen un fuerte componente emocional, es necesario buscar un diagnóstico que aclare si es de origen tensional en corazón sano o si corresponde a una manifestación más de una enfermedad cardíaca estructural.
El cardiólogo Rolando González explica que el cuerpo tiene “memoria”, por lo tanto, se manifiesta meses después de haber sufrido un desagrado, a través de un lumbago, cefaleas, colon irritable, temblor del párpado e, incluso, palpitaciones.
“Si una persona no padece de enfermedad cardíaca crónica, como por ejemplo, infarto previo, angina, soplos cardíacos, disminución de capacidad física permanente por falla cardíaca, entre otros, lo más probable es que estas arritmias sean benignas”, asevera.
De todos modos, aconseja analizar las características de las arritmias, ya que éstas pueden ser permanentes, intermitentes, regulares y rápidas o irregulares; también se debe considerar la forma de inicio y de término. “Es importante evaluar si se acompañan de deterioro de la función cardíaca manifestada por inesperado cansancio, que no guarda relación con la magnitud del esfuerzo realizado ni con el lento y esperado deterioro de la capacidad física producto del envejecimiento”, advierte.
El doctor González señala cuatro malos hábitos que causan palpitaciones y que aconseja evitar: exceso de café y cualquier otro estimulante (mate, té, bebidas energéticas, inhibidores del apetito, anfetaminas y sus derivados para mantenerse alerta), exceso de alcohol, falta de horas de sueño y perpetuar estados de frustración y angustia emocional.