Nació con el propósito de ofrecer soluciones ambientales para responder a los desafíos de sustentabilidad de las industrias en Chile. Hoy cuenta con una multiplataforma de servicios en agua, residuos y en proyectos relacionados con la gestión de biosólidos.
En sus 10 años de vida, Biodiversa ha generado una plataforma que provee de servicios de análisis de calidad de agua, de gestión de biosólidos y de manejo de residuos industriales líquidos para empresas que requieren satisfacer necesidades de sustentabilidad.
“Hemos trabajado para ofrecer soluciones integrales, innovadoras y confiables, para requerimientos que son clave en los procesos de industrias que priorizan la sustentabilidad en sus operaciones”, explica Gonzalo Etcheberry, gerente general de Biodiversa.
La compañía inició su quehacer a través de contratos con el sector sanitario, pero con el tiempo fue incorporando clientes de distintos rubros. “Hoy prestamos servicios al sector forestal, a las industrias petroquímica, agrícola, pesquera y minera, con lo que estamos cubriendo casi todas las áreas de la actividad productiva que se desarrolla en nuestro país”, añade el ejecutivo.
Así lo avalan las cifras, por ejemplo, del Laboratorio Ambiental de Biodiversa, con 700 clientes, una red de muestreo presente en Coquimbo, Valparaíso, O’Higgins, Maule, Biobío y Ñuble, y laboratorios acreditados que realizan cerca de 60 mil análisis mensuales.
Joaquín Morales, gerente de Laboratorios de Biodiversa, atribuye este crecimiento al compromiso de sus colaboradores “y a la convicción de estar haciendo las cosas bien para construir la empresa que queremos”. Asimismo, indica que han trabajado para la estandarización de los procesos en las unidades de negocio de la compañía, que se encuentran distribuidas en seis regiones del país. “Tenemos el apoyo de un equipo transversal de aseguramiento de la calidad y mantenemos monitoreos constantes de nuestros procesos a través de herramientas tecnológicas”, agrega.
Asimismo, cuentan con acreditaciones de laboratorios de ensayos y calibración del Instituto Nacional de Normalización, y están autorizados como Entidad Técnica de Fiscalización Ambiental por la SMA. A esto se suman certificaciones de la Gestión de la Calidad, Medio Ambiente y Seguridad Laboral (ISO 9001, 14001 y OHSHAS 18001), todo lo cual está bajo un Sistema Integrado de Gestión.
Entre los desafíos para esta área, sostiene Gonzalo Etcheberry, está la incorporación de mejoras operacionales, como la ampliación de las matrices de laboratorio para abarcar suelo, aire, área alimentaria y gases, y la pronta implementación de un sistema de gestión de información de estándares mundiales.
Segunda oportunidad para los biosólidos
La incorporación de la gestión de biosólidos a los servicios de Biodiversa surgió para satisfacer una necesidad del saneamiento urbano que realizan las sanitarias.
Como subproducto de dicho proceso, el destino de los biosólidos eran los escasos monorellenos y rellenos sanitarios existentes en el país.
En atención al alto contenido en materia orgánica y nutrientes que tienen dichos biosólidos, a nivel país se promulgó una normativa para su manejo que estableció la posibilidad de realizar su disposición benéfica para mejorar el rendimiento de suelos agrícolas y forestales, práctica que se hizo intensiva en la Región del Biobío a partir del 2005.
“En Biodiversa hemos realizado importantes avances en el manejo y gestión integral de biosólidos para convertirlos en un activo, bajo la mirada de que estamos convencidos que este subproducto es un recurso y no un residuo, y que se les debe dar una segunda oportunidad, especialmente al considerar todos los efectos climáticos evidentes sobre la degradación del suelo”, explica Paola Nelson, gerente de Sustentabilidad de Biodiversa.
Así, la compañía ha ido incorporando el concepto de economía circular, a través de una práctica sustentable que prioriza la aplicación benéfica de aproximadamente el 80 % de la producción de biosólidos de la Región. Algo que solo entre 2014 y 2018 se ha traducido en operaciones de aplicación de biosólidos de más de 1.500 hectáreas.