Ceremonia de titulación en sede Concepción – Talcahuano Nuevos profesionales de INACAP: listos para aportar a la Región y al país

/ 25 de Julio de 2013

Un modelo de empleabilidad que vincula fuertemente a la institución con el sector productivo, la metodología del Aprender Haciendo, y una titulación gradual son las claves del éxito de esta casa de estudios.Junto a sus familias y en emotivas ceremonias de titulación, los 668 egresados del Centro de Formación Técnica (CFT), Instituto Profesional (IP) y Universidad Tecnológica de Chile INACAP (UTC) dieron término a una etapa formativa que les entregó las herramientas necesarias para            desenvolverse en el competitivo mundo laboral. Los alumnos correspondían a las áreas de Mecánica, Construcción, Diseño, Informática y Telecomunicaciones, Administración y Negocios, Salud, Procesos Industriales y Agroindustriales, Electricidad y Electrónica, Humanidades y Educación, y Hotelería, Turismo y Gastronomía.
El Vicerrector de la sede Concepción-Talcahuano, Andrés López Avaria, destacó la motivación personal de cada uno de los estudiantes y el trabajo realizado para lograr esta meta. “Sin duda estamos muy orgullosos de cada uno de los titulados, pues conocemos su esfuerzo, compromiso y dedicación. Les hemos entregado las competencias técnicas, y confiamos que el camino que emprendan será exitoso”, señaló.
El directivo agregó que la clave del éxito en INACAP se basa en tres pilares fundamentales: un modelo de empleabilidad que vincula fuertemente a la institución con el sector productivo, logrando que los egresados rápidamente obtengan puestos de trabajo con buenas remuneraciones; el modelo educativo del Aprender Haciendo, enfoque pedagógico que combina la teoría con la práctica, que permite adquirir los conocimientos y habilidades de manera más eficiente; y una titulación gradual o articulación de estudios, que permite a los alumnos ir descubriendo sus potencialidades, despertar su vocación y avanzar desde un título técnico hacia uno profesional.

Edison Salazar junto a familiares.

Testimonios de vida
Edison Salazar Salazar (41) fue ovacionado en la ceremonia. Hoy es Técnico de Nivel Superior en Mecánica Automotriz, aunque ya a los 17 años se acercaba a la mecánica como aprendiz del taller Automotriz Valdivia, en Talcahuano, donde hasta hoy trabaja. “Ingresé a INACAP porque quería actualizarme, sobre todo en lo que a tecnología se refiere”, cuenta emocionado al recibir su diploma, pues no ha sido fácil. “Empecé de cero; sin embargo, nuestro curso fue muy unido y entre todos nos apoyamos. Había ramos que me eran más fáciles, y otros en los que pasé susto, pero todo valió la pena”.
Michel Fontalba Castro (23) también es un ejemplo a seguir. Se tituló como Técnico de Nivel Superior en Mecánica Automotriz y está orgulloso de su logro. “Provengo de una comuna de esfuerzo, Curanilahue. Mi padre, ligado al mundo forestal como operador de maquinaria pesada, siempre se ha sacrificado, al igual que mi madre, dedicada a las costuras, por eso yo quise dar el salto, salir y estudiar. Sin embargo, acá en INACAP me encontré con el Aprender Haciendo, me sirvió para adquirir destrezas y habilidades que no imaginé, aprendí además acerca de la responsabilidad y el compromiso, me dieron la posibilidad de estudiar y trabajar y así ayudar a mis padres”. Hoy ya está feliz trabajando en la empresa donde realizó su práctica y aspira a cumplir su próxima meta: estudiar Ingeniería Mecánica.
Daniela Parra Gamboa

Se tituló como Ingeniero en Telecomunicaciones, Conectividad y Redes. “Ha sido un bonito desafío, pues el camino que escogí no es simple para las mujeres. Estoy muy orgullosa de haber logrado la meta. Espero seguir trabajando y desarrollarme en el área de proyectos, en especial aquellos que busquen beneficiar a las personas. Me gustaría decirle a los jóvenes que se atrevan, que es muy enriquecedor estudiar, te demuestra que nada es imposible”.

Katherin Latin Muñoz (22) es Técnico de Nivel Superior en Edificación. Cuenta que se fue encantando con las prácticas que, desde un comienzo, fueron parte de la malla curricular. “Martillar y hacer hormigón me gustó, fue difícil al principio, pero fue una buena forma de descubrir de lo que soy capaz”. En segundo año comenzó a trabajar y la posibilidad de estudiar en horario vespertino solucionó sus problemas de tiempo. Hoy trabaja en una inmobiliaria y decidió sacar una Ingeniería. “He aprendido a desarrollar mis capacidades y a ir por más, sé que se puede, gracias al apoyo de quienes me quieren y confían en mí”.
Sergio Gutiérrez Durán (29), Técnico de Nivel Superior en Mantenimiento Industrial, cuenta que compatibilizar el trabajo, los estudios y la familia fue difícil. Trabaja en Nueva Aldea para una empresa contratista y su idea siempre fue superarse, por eso asumió el desafío. “Me quedaba dormido preparando pruebas y reconozco que le quité mucho tiempo a Valeska, mi pareja, y a mi pequeña hija Emilia, pero esto es por ellas”.
Francisca Rothen Reyes (25) descubrió en Diseño Gráfico Profesional que lo suyo era la creación. “Uno no sabe el mundo de posibilidades que una carrera puede tener hasta que la estudias. Yo quiero encaminar mi trabajo hacia el mundo social, crear material ‘amigable’ para comunicar mejor, una herramienta útil para ayudar a quienes no pueden hacerlo”. Cuenta que gracias a la formación recibida, hoy es capaz de elaborar propuestas y soluciones que sean un aporte al mundo de la comunicación.
Humberto Hidalgo Villalobos (21) es Técnico de Nivel Superior en Mecánica Automotriz en Sistemas Electrónicos. A diario viajaba desde Florida a cursar sus estudios y siempre cumplió con su asistencia. “Fue complejo pasar del liceo, en donde me formé en contabilidad, a tener ramos distintos, más difíciles; sin embargo, lo hice porque siempre me han gustado las tuercas y sé que tengo futuro desarrollándome en ese campo. Ahora, iré por la Ingeniería”.

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