En el 25º aniversario del plantel, la máxima autoridad indicó que para lograr posicionar a la UCSC como referente de educación superior potenciará cuatro áreas de investigación institucional.
La Universidad Católica de la Santísima Concepción cumplió 25 años de vida autónoma, y su Rector, el abogado Christian Schmitz Vaccaro, analizó la situación actual, y los desafíos y proyecciones de esta casa de estudios.
El 10 de julio de 1991 fue creada la UCSC, como continuación de la sede Talcahuano que mantenía desde 1970 la Pontificia Universidad Católica de Chile en la Región. Desde esa fecha, se ha consolidado como una institución regional, valórica, y con marcado rol público, logrando, además, un importante crecimiento en todos sus áreas. Schmitz es fiel testigo de estos cambios, primero como académico y luego asumiendo cargos de relevancia. “La universidad está consolidada como ente regional, y es visualizada como un plantel presente en la zona, con una visión regionalista y un fuerte quehacer social. Además, ha crecido de manera exponencial, tanto en el número de estudiantes como en el de docentes, programas, carreras e infraestructura”, detalla.
Frente a esta actual visión de la UCSC, su primer objetivo es lograr consolidarse a nivel nacional, para lo que buscará potenciar cuatro áreas de investigación. “Nos proyectamos como una universidad fuertemente posicionada en el escenario nacional, no sólo regional. En ese sentido, estamos potenciando determinadas áreas, para lograr ser referente de ellas. Es el caso de dos áreas que hemos definido como de investigación prioritaria, que son Desarrollo costero sustentable y Educación en contexto de vulnerabilidad. Asociadas a ellas, se crearon los Centros de Investigación Avanzada en Biodiversidad y Ambientes Sustentables, y en Educación y Desarrollo -próximo a inaugurarse-. A ellos se suma el Centro de Investigación Marítimo Portuario, y el Centro de Estudios Asia Pacífico”.
Agrega que la consolidación del Modelo Formativo Educacional, basado en principios y valores éticos y católicos, es otro de los desafíos, destacando que “ya hay avances en esta materia gracias al perfeccionamiento de este modelo, que no sólo orienta la enseñanza de estos jóvenes a la entrega de conocimientos, habilidades y competencias técnicas, sino que también incorpora el compromiso social y la innovación social como competencias genéricas institucionales de los egresados”.
Reconoce también que para conseguir el posicionamiento a nivel nacional es importante el fortalecimiento de las distintas áreas y unidades de la casa de estudios superiores, y adaptarse al crecimiento que experimenta el plantel.
Comunicación interdisciplinaria
Desde el comienzo de su gestión, Christian Schmitz ha trabajado para fomentar un buen clima laboral dentro de la UCSC, mejorando las comunicaciones entre todos los estamentos de la universidad, como parte de los objetivos prioritarios para proyectarla hacia el futuro. “Es importante trabajar el clima laboral, para que tanto académicos como funcionarios administrativos perciban a la Universidad como un lugar agradable para desempeñarse. Además, es necesario el mejoramiento de las comunicaciones entre las autoridades superiores y las distintas unidades, y entre docentes en sus propias áreas. Es la única forma de generar la tan anhelada comunicación interdisciplinaria, a fin de compartir ideas, proyectos e iniciativas, trabajando de manera colaborativa”, puntualizó.
Rol público
La Universidad Católica de la Santísima Concepción forma parte de la Red del G9, que reúne a nueve instituciones públicas no estatales, ocho de éstas regionales y que se distinguen por presentar una gran calidad en diferentes ámbitos del quehacer académico.
“Somos una Universidad de vocación, compromiso y fines públicos, lo que no significa que seamos de propiedad estatal. Lo público se refleja más bien en el quehacer universitario dirigido hacia la sociedad, el desarrollo de las personas y al bien común. No sólo buscamos beneficiar a nuestra comunidad universitaria, sino también a la Región y al país”.
Sobre la reforma a la educación superior, Schmitz señala que “existe una discusión de financiamiento que se concreta a través de la interrogante: ¿Debe el Estado financiar universidades no estatales? Si la respuesta es sí, entonces en qué medida, con qué criterios, a qué universidades. El criterio que hasta ahora ha regido: universidades tradicionales versus universidades privadas creadas con posterioridad a 1981, está siendo cuestionado. Hoy se ha instalado la clasificación: universidad estatal y universidad no estatal. Este cambio de paradigma ha sido llevado adelante principalmente por el Ministerio de Educación”.
La Universidad está a la espera de concluir el proceso de acreditación institucional. Así lo adelantó Schmitz, quien afirmó: “Nos hemos preparado arduamente desde 2015 para lograr este objetivo, esperando una certificación de, idealmente, cinco años. Sabemos que la acreditación es el medio para demostrar los mecanismos de aseguramiento de la calidad y que es de vital importancia para el futuro de nuestro proyecto educativo”.