Los servidores de la Armada de Chile desplegados entre la desembocadura de la laguna Boyeruca, en la Región del Maule, y la desembocadura del Río Bueno, en la Región de Los Ríos, se desempeñan en los ámbitos naval, marítimo y guarnicional.
En las costas de nuestra Región han tenido lugar acontecimientos que recuerdan los orígenes marítimos de hitos independentistas, y de otros que han marcado el desarrollo de Chile como nación, como es la captura de la fragata española Reina María Isabel, el 28 de octubre de 1818, en la bahía de Concepción; o, 30 años después, la creación de la Gobernación Marítima de Concepción, que en 1870 pasó a llamarse Gobernación Marítima de Talcahuano.
Del mismo modo, la bitácora regional da cuenta del nacimiento del Apostadero Naval de Talcahuano en 1895 y, al año siguiente, de la inauguración del primer dique seco en este lugar. “Sin embargo, a poco andar, se hizo necesaria la construcción de un segundo dique, con mayor capacidad, el que comenzó a funcionar en 1924. Esto, unido a una serie de maestranzas, en 1960 dio origen a ASMAR Talcahuano”, detalla el Comandante en Jefe de la Segunda Zona Naval, contraalmirante Marcelo Gómez García.
Agrega que la misión de la Zona Naval que lidera, heredera de las antiguas instalaciones del Apostadero de Talcahuano, y que nació como organización operativa en 1945, se enfoca en tres ámbitos de acción: “el naval, que centra sus principales tareas en el apoyo logístico a las fuerzas operativas; el marítimo, que vela por la seguridad de la navegación y la protección de la vida humana en el mar, y el guarnicional, que coordina el apoyo a la comunidad de la zona geográfica delimitada entre la desembocadura de la laguna Boyeruca, en la Región del Maule, y la desembocadura del Río Bueno, en la Región de Los Ríos”.
El contraalmirante Gómez señala que estos límites abarcan 334 millas náuticas de borde costero, en el que se encuentran 15 lagos, 11 lagunas y más de 500 mil millas náuticas cuadradas de océano. “Se trata de espacios terrestres, lacustres y marítimos que demandan el permanente control y presencia de los recursos humanos y materiales que poseemos como Zona”.
Añade que la mayor cantidad de reparticiones y medios dependientes de la Segunda Zona Naval se concentran en la Base Naval Talcahuano, la que considera 30 reparticiones terrestres, 10 unidades a flote y más de cinco mil hombres y mujeres “con capacitación técnica de alto nivel, que los califica para desempeñarse en las diferentes actividades que realiza la Armada en la jurisdicción”.
La Seguna Zona Naval también incluye la Guarnición Naval de Valdivia, ubicada en esa ciudad. De ella dependen las Capitanías de Puerto de Carahue, Corral, Lago Ranco, Panguipulli, Valdivia y Villarrica.
Otros Mandos
En la Base Naval Talcahuano también están asentados otras reparticiones, como la Fuerza de Submarinos, el Comando Anfibio de Transportes Navales y el personal de Infantería de Marina. Asimismo, allí se encuentran entidades educacionales, como la Escuela de Grumetes Alejandro Navarrete Cisterna, la Escuela de Submarinos y los centros de instrucción, donde los jóvenes cumplen con su Servicio Militar.
Ámbito cultural
El contraalmirante Gómez también comenta que, bajo su jurisdicción, se custodian dos monumentos: la Hacienda San Agustín de Puñual, en la comuna de Ninhue, y el museo flotante Huáscar, en Talcahuano, lugares que señalan el nacimiento y muerte de Arturo Prat Chacón, santuarios que el oficial invita a visitar. “Extendemos a toda la comunidad esta invitación para revivir la historia y celebrar el bicentenario de la Armada de Chile y, como es tradicional, el Mes del Mar.
En estos actos conmemorativos destacamos los valores y principios de hombres como Prat y Aldea, que sobresalieron al cumplir con su deber el 21 de Mayo de 1879, fecha que este año recordamos con más fuerza y corazón, al estar dentro de las actividades del bicentenario de nuestra Armada”.
Reconstrucción
Los acontecimientos del 27 de febrero de 2010 dejaron profundas huellas en la historia de la Segunda Zona Naval. El movimiento telúrico derrumbó antiguas estructuras y, luego, el mar arrasó y destruyó lo que encontró a su paso.
La Armada de Chile rápidamente se puso de pie para recuperar las capacidades logísticas y, paralelamente, ayudar a la comunidad damnificada. “Han sido seis años de arduo trabajo, en los que cada uno de los servidores navales ha puesto su mejor esfuerzo y capacidad profesional para superar la emergencia y colaborar en las innumerables tareas que requirió recuperar las condiciones básicas de sobrevivencia, además de la reconstrucción, dejando de manifiesto su total compromiso de servicio hacia la Patria y sus ciudadanos”, indicó el contraalmirante Gómez.
“Ya nos encontramos en la fase final de la reconstrucción, con un 95 % de los trabajos finalizados. Quedan pendiente y en ejecución sólo dos edificaciones, entre ellas el edificio de la Comandancia en Jefe de la Segunda Zona Naval, obra que se proyecta concluya hacia fines del presente año y será el hito que dé término a la reconstrucción de la Base Naval”.