• No abusar del uso de reproductores de música durante más de una hora al día y con un volumen por debajo del 60 % del máximo posible.
• Abandonar un lugar cuando el sonido sea muy alto. Si se trabaja con equipos ruidosos, usar protección auditiva.
• Tener especial cuidado con los oídos cuando se presenten gripes o infecciones. Éstas últimas son consideradas como la segunda causa de pérdida de la audición.
• No introducir objetos en el oído, ni siquiera los bastoncillos de algodón, ya que se puede dañar la membrana, el interior o provocar tapones con el cerumen acumulado.