De estrellas, planetas y otros cuerpos celestes

/ 25 de Julio de 2013

Publican en revistas científicas sus descubrimientos, tienen contactos con la NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio) y algunos desarrollan proyectos de difusión para el público en general. Son los científicos de la Región, la gran mayoría extranjeros, pero asentados hace unos buenos años en la ciudad. Dicen que Concepción, en poco tiempo, será un centro astronómico de gran nivel. Y claro, dada la cantidad de publicaciones por año y los proyectos a futuro, parecen tener razón, esto a pesar de que la gran mayoría de los observatorios se encuentra en el norte de Chile, pero como ellos mismos advierten: “Mucho del conocimiento astronómico se construye desde aquí”.
Chile, capital mundial de la astronomía, centro de atracción para científicos que ven en nuestros cielos la posibilidad de investigar y desarrollar mega-proyectos como el recién inaugurado ALMA (Atacama Large Millimeter Array) o el VLT (Very Large Telescope), ambos ubicados en la zona norte de nuestro país. No se queda atrás la Región del Biobío, donde abundan ojos curiosos que forman parte de una generación que resurge y busca, en palabras de T.H. Huxley: “recuperar algo más de tierra (conocimiento) en un océano ilimitable de inexplicabilidad, llamado universo”.
Wolfgang Gieren.
La Astronomía en Concepción parece avanzar con pasos de gigante; ha sido vertiginosa, como señala el Dr. Wolfgang Gieren, quien ha publicado varias veces en la reconocida revista Nature, y quien además no duda en pronosticar que Concepción en un par de años más será un centro astronómico en el ámbito nacional, donde se realizará investigación de alto nivel y se difundirá el conocimiento al público en general.
Concuerda con ello el primer Doctor en Astronomía en Chile, Ronald Mennickent Cid, penquista, quien también valora el recurso humano (científicos) con el que cuenta la Región y, particularmente, el Departamento de Astronomía de la Universidad de Concepción (UdeC), creado en el 2008, y que publica alrededor de 70 artículos científicos por año en diversas revistas internacionales. “No hay otra institución comparable a la nuestra que haya desarrollado la Astronomía profesional como lo ha hecho la UdeC”, dice el Dr. Mennickent.
Los astrónomos consultados lo confirman: Concepción ejerce un liderazgo en materia astronómica. Destaca la investigación y la difusión que hacen de estas materias algunos científicos de la zona.
Uno que ve liderazgo en la Astronomía local es el Dr. Sandro Villanova. Llegó desde la ciudad flotante, Venecia, a estudiar poblaciones estelares y a ser parte de un equipo en la UdeC que se encarga de desarrollar software y publicar artículos científicos, entre otras cosas. El científico estudia las estrellas agrupadas en cúmulos abiertos y globulares para obtener un resultado más detallado de la historia del universo.
Y a pesar de que el liderazgo parece ser reciente, dado que la carrera de Astronomía en la UdeC lleva poco tiempo formando astrónomos, Concepción -como demuestra la historia regional- sí ha tenido observadores “aficionados” en nuestros límpidos cielos. Edmundo Larenas Guzmán -a quien en la actualidad se recuerda con el nombre de una calle- fue un curioso de la Astronomía. Hizo publicaciones y dio conferencias sobre estas temáticas científicas; en su tiempo dio que hablar.

Ronald Mennickent.
Sus aportes
Para saber si Chile o Concepción ejercen liderazgo en Astronomía hay que recurrir al viejo proverbio de los “hechos, no palabras”. En ese aspecto, científicos como Wolfgang Gieren, Ronald Mennickent o Sandro Villanova tienen experiencia de sobra para demostrarlo.
Los aciertos del científico alemán Wolfgang Gieren lo hicieron merecedor del reconocimiento mundial. En noviembre de 2010 la revista Nature publicó un artículo en donde se resuelve un problema histórico de la astronomía estelar. La investigación, liderada  por los doctores Gieren y Grzegorz Pietrzynski, logró medir, con una precisión de 1 por ciento, la masa de una estrella variable Cefeida (clase particular de estrella), corroborando las predicciones de la teoría de la Pulsación. “Este trabajo nos ha dado la posibilidad de entender las razones físicas, porque las teorías de la Pulsación y de la Evolución estelar daban resultados discrepantes y ha llevado a refinar, muy significativamente, ambas teorías”, explica Gieren.
El doctor en Astronomía de la prestigiosa Universidad de Bonn volvió a publicar en la revista británica en abril del 2012. Esta vez se trató sobre estrellas pulsantes RR Lyrae. El hallazgo de estas estrellas abrió una ventana a la investigación de galaxias, pues permitió saber que la detección de una estrella pulsante RR Lyrae no necesariamente guarda relación con la edad de la galaxia en la que se encuentra.
Su último acierto lo hizo en marzo de este año, cuando Nature volvió a publicar su más reciente trabajo. Incluso acaparó la atención de medios internacionales, como la revista alemana Der Spiegel, pues la investigación dio con la medición más exacta, hasta el día de hoy, de la distancia entre la Gran Nube de Magallanes y la Vía Láctea. Al respecto, el Dr. Gieren señala: “El resultado es de fundamental importancia y ha logrado inmediatamente aumentar la precisión de la constante de Hubble por un factor de dos”. La constante de Hubble es el rango que describe la aceleración del universo, por tanto, con los resultados de la investigación se podrá estudiar mejor la expansión del universo y la naturaleza de la “materia oscura”, misteriosa forma de energía que puso al universo en la fase de expansión acelerada.
Un descubrimiento que cumple años es el realizado en 2003 por el Dr. Ronald Mennickent con sus “estrellas variables doble-periódicas”. El astro-físico buscó estrellas variables en nuestra galaxia más próxima, la Gran Nube de Magallanes. Estas estrellas cambian de brillo e intensidad y, para este caso, se buscaron estrellas más grandes y muy calientes que rotan de manera rápida en la galaxia cercana. El descubrimiento dio con un grupo de estrellas muy particulares en su luminosidad, donde se distinguían dos ciclos (uno corto y uno largo). “Hoy conocemos 250 de esas estrellas, no sólo de esa galaxia, sino también en la nuestra. Gracias al estudio se originó la pregunta científica sobre qué son y cómo se explica esa periodicidad corta y el cambio de luz”, cuenta Mennickent. El descubrimiento del científico abrió paso a proyectos Fondecyt que tratan  sobre dichos objetos y, además, ha permitido involucrar a jóvenes de la zona al estudio de esta fenomenología.
Otra investigación que ha dado frutos, y que partió hace 15 años en Italia, es la que lleva a cabo el Dr. Sandro Villanova. El astrónomo ya dio a conocer un artículo en 2012 y se alista para publicar otro este año. Su trabajo se centra en buscar excepciones en las poblaciones estelares, divididas entre cúmulos abiertos y globulares (ambas categorías tienen características propias en edad, masa y composición química). Villanova y su grupo encontraron un cúmulo abierto con diferencias  químicas y un cúmulo globular sin diferencias químicas, lo opuesto a lo que debiese ser. “El cuadro sigue siendo válido, pero es importante encontrar excepciones, para ver que el universo no es tan sencillo”, dice el astrónomo, quien además advierte la dificultad de romper paradigmas en el área científica. Por eso, reitera: “Hay que convencer a los científicos de que hay otras excepciones”.
Neil Nagar
Estudiando las ondas espaciales
Otra forma de estudiar objetos celestes es a través de la emisión de las ondas de radio. Esto se denomina Radioastronomía y permite analizar fenómenos astronómicos imperceptibles en otras regiones del espectro electromagnético. En Concepción, el Departamento de Astronomía de la UdeC hace lo suyo con el laboratorio de Radioastronomía, a cargo del Dr. Neil Nagar, y, por su parte, el Dr. en Ingeniería, Ricardo Bustos Placencia, hace observaciones con un grupo de alumnos del Colegio Concepción Pedro de Valdivia, y que ya por sus méritos han viajado dos veces a EE.UU.
Neil Nagar es oriundo de la India. Actualmente es Director del Laboratorio de Radioastronomía de la UdeC. El experto en “ondas de radio espaciales” se encuentra desarrollando un instrumento para instalar en ALMA. La investigación ya cuenta con dos fondos (Alma- Conicyt y fondo Quimal, especialmente dedicado a la Astronomía) y la idea es juntar los datos del  telescopio en tiempo real, permitiendo que estos actúen como un “telescopio simple de 80 metros” y así poder combinarlos con otros telescopios del mundo (Groenlandia, Hawai, Europa). “Todos van a grabar datos y al combinarlos podremos hacer un telescopio con el tamaño de la tierra con una resolución óptima. Esto también permitirá hacer otros proyectos, por ejemplo, ver la sombra de un agujero negro”, explica Nagar.
También hay proyectos para la Región, que pueden llamar la atención de las empresas locales. Como por ejemplo la
creación de radiómetros, instrumentos que pueden medir el vapor del agua y la temperatura de la atmósfera, y cuyo aporte permitirá aumentar el desarrollo de instrumentación astronómica, y de paso, acercarla a otras áreas no tan lejanas, como la Meteorología y la Geofísica.
“Los aeropuertos, por ejemplo, lanzan un globo que tiene un sensor y que entrega la información de la temperatura. Nosotros podemos medir lo mismo con un radiómetro, que puede entregar ciertas temperaturas atmosféricas. Las mismas mediciones dan el clima, el pronóstico -y en este caso- la precisión sería mayor, porque hay más datos”, dice el Dr. de la Universidad de Maryland.
Con la aplicación de los radiotelescopios se podrá avanzar en otras áreas, como por ejemplo, la Astroingeniería, un tema que apasiona al Dr. Ricardo Bustos, ingeniero Civil Eléctrico de la Universidad de Chile y actualmente docente en la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC). El científico es -desde 2008- el coordinador en Chile del proyecto GAVRT (Goldstone Apple Valley Radio Telescope). El proyecto se desarrolló gracias a la Universidad de Caltech (EE.UU.) y se implementó en tres colegios del país (Colegio Concepción Pedro de Valdivia, Santa Teresita de Coelemu y Licanantay de San Pedro de Atacama). Lo que hace es conectar un computador, a través de Internet, a un observatorio de la NASA para hacer observaciones, usando -por su cuenta- un telescopio.
“La gracia de esto no es llegar y observar como en un observatorio normal. Esto es Radioastronomía, es decir, no se observan imágenes, sino datos. Por tanto, es mucho más abstracto; trabajan con coordenadas, unidades, intensidades, temperatura”, señala Bustos.
Previo a la observación, los alumnos deben hacer una calendarización con el personal de la NASA, que dirige el proyecto desde el Lewis Center (LCER). Los colegios comenzaron en 2009 con las observaciones, pero el Colegio Concepción Pedro de Valdivia fue el más aventajado. Ese año hicieron cuatro observaciones y fueron autorizados por la NASA para seguir la sonda espacial LCROSS, cuyo objetivo era buscar agua en la luna y que finalmente terminó impactando con el satélite.
Por su motivación, profesores y alumnos fueron invitados en 2011 hasta Cabo Cañaveral a ver el lanzamiento de la nave espacial Juno, que se dirige al planeta más grande de nuestro sistema solar: Júpiter. El año anterior habían hecho observaciones del planeta y la NASA estaba informada al respecto. En la visita pudieron compartir con el mismísimo administrador de la NASA, Charles Bolden, e incluso recibieron una carta de felicitaciones del Presidente Sebastián Piñera.
En su última visita al Lewis Center (LCER) pudieron conocer de cerca el programa llevado a cabo en California y ver los inmensos radiotelescopios ubicados en el desierto de Mojave. “Se generó alta expectación con este viaje, porque se introdujo a los alumnos en el proyecto SETI (Search for ExtraTerrestrial Intelligence)”, cuenta Bustos. El proyecto, como ya lo adelanta la sigla, busca encontrar en el espacio inteligencia extraterrestre, a través de las señales electromagnéticas, detectadas por las antenas del observatorio. Como recalca el Dr. Bustos, serán los únicos en Chile que van a trabajar en el proyecto, aunque asegura: “Veo difícil que encuentren vida extraterrestre, pero lo bueno es que la probabilidad no es cero”.
Actualmente el  Dr. Bustos sigue con su programa y planea implementarlo en otros colegios de la Región y del país. Tiene claro que en las generaciones futuras está la posibilidad de avanzar en áreas -hasta ahora tan poco conocidas- como la Astroingeniería. Su misión es seguir captando datos de los radiotelescopios y espera trabajar en conjunto con los científicos de la NASA con la información que se espera recopilar del gigante Júpiter.
Sandro Villanova
La Astronomía y su practicidad
De los astrónomos se dice que hablan en chino y que utilizan muchos tecnicismos para explicar sus teorías. Que sus ecuaciones y otros cálculos poco y nada afectan a la vida diaria. Que son románticos, que cual pintoresco navegante emprende un viaje sin destino fijo, y que sólo se dedican a mirar la inmensidad de un cielo en el que abundan las interrogantes. Pero lo cierto es que la Astronomía dejó de ser -hace un buen tiempo- un tema de novelas y su sentido práctico está a la vista: celulares, cámaras fotográficas, computadores, entre otros.
“Es importante que la ciudadanía sepa y valorice lo que es la ciencia y tenga un feeling con lo que se está haciendo; que la gente conozca y vea que la Astronomía afecta su vida a través de instrumentos cotidianos”, dice Ronald Mennickent.
La educación -concuerdan los científicos- es primordial para acercar al público no experto a estos temas y para que tome conciencia de su importancia. Parte de esta seducción, como explica el Dr. Mennickent, pasa también por conectar la ciencia y sus tecnicismos con otras áreas (la industria y por qué no la filosofía y la religión).
En ese sentido, el Dr. Sandro Villanova recalca la importancia de la Astronomía no sólo en la aplicación de tecnologías, sino también en el desarrollo del conocimiento. “El hombre se fascina con el cielo y a la gente le interesa.  Hay un desarrollo de conocimiento que se está dando en la Región; se quieren saber los porqué del universo”, puntualiza Villanova.
Pero también, y como cree Ricardo Bustos, más allá de hacer ver a la gente que esta ciencia tiene un sentido práctico, es bueno mostrar la gran oportunidad que existe para las futuras generaciones, sobre todo en el área de la Radioastronomía y la Astroingeniería. “Tenemos que aceptar que toda la innovación tecnológica y perfeccionamiento de instrumentos venga del extranjero y que en nada de eso podamos participar. La idea es cambiar ese panorama para que más adelante haya empresas que trabajen en esta área. Lo que a su vez va a generar un valor agregado a la ingeniería chilena”, asegura Bustos.
El Dr. Nagar hace la misma valoración que Ricardo Bustos sobre la Radioastronomía, debido al gran sentido de aplicabilidad tecnológica que posee. “Hay muchas cosas que nos tocan a nosotros. Si podemos manejar una gran cantidad de datos, entonces podemos aplicarlo a otros campos. Se puede hacer algunos productos para el mercado y venderlos”, dice Nagar.
Los científicos tienen claro que Chile, en su calidad de capital mundial astronómica, tiene un futuro próspero y la Región no se queda atrás. La Astronomía es una disciplina de antaño que ha puesto al hombre en constante interrogante sobre su propio origen y las cosas que le rodean.
Por: Natalia Messer/ Fotografías: Alejandra Manríquez

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