EL DESCANSO ESTIVAL

/ 23 de Enero de 2017
col-RECTOR UST
Roger Sepúlveda Carrasco Rector Universidad Santo Tomás.

Las vacaciones son consideradas como la época ideal para recuperar las energías invertidas durante el año en los múltiples proyectos que emprendemos. De esta forma, se convierten en un espacio para compartir en familia y hacer cosas distintas para salir de la rutina.

Lo que entendemos hoy por vacaciones son una invención reciente. Tan sólo en 1948 Naciones Unidas las declaró como un Derecho Humano para los trabajadores, pues antes de eso se trataba de un beneficio al que sólo algunos privilegiados accedían.

Chile, a diferencia de los países europeos u otros del continente, destina sólo un breve período del año a este quiebre en la jornada laboral. España, Francia, Dinamarca y Estados Unidos son los que mayor cantidad de días asignan a este fin, contando 30 en el año calendario.

Según explican los expertos, y desde las perspectivas sicológica y biológica, las vacaciones son parte de un proceso necesario que permite continuar nuestras labores profesionales y personales de mejor manera. En este sentido, el factor biológico tiene relación con el tiempo que el organismo requiere para recuperarse y funcionar óptimamente. Si consideramos que sólo en los ultimos años los feriados se han extendido, coincidiendo con fines de semana, ésta podría ser una de las razones que justifican el incremento de las consultas por estrés u otras enfermedades asociadas al agotamiento.

En 2015, un estudio de Trabajando.com arrojaba que el 82 % de los chilenos sufría de alguna alteración producto del estrés laboral. Un escenario poco alentador si consideramos que las razones dadas por los encuestados eran principalemnte atribuibles a una sobrecarga de responsabilidades.

Si éste es el cuadro, entonces es indispensable que logremos desconectar nuestra psiquis de lo que habitualmente hacemos, pues si nuestras capacidades sicológicas se fuerzan y no reciben descanso, se agotan dando espacio a alteraciones, primero físicas y luego emocionales.

La perspectiva social también se ve afectada sin un descanso adecuado. Este periodo debieramos destinarlo también a compartir, especialmente con nuestros más cercanos, con el núcleo familiar y amigos. Así como en otras culturas es bien visto trabajar por los demás integrantes de la sociedad, compartir el ocio también es valorado. Para los griegos el significado de ocio no era “no hacer nada”, sino que era un quehacer lleno de contenido enriquecedor, tanto que hoy la ciencia ha demostrado que el cerebro está mucho más activo cuando se mantiene en reposo.

La recomendación entonces es que destinemos este tiempo para hacer mejores cosas, acercarnos a nuestros afectos y juntarnos con amigos, para crear nuevas cosas y también para encontrarnos con nosotros mismos y alimentar el alma. Nuestro cuerpo, mente y seres queridos lo agradecerán.

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