El roto chileno, arquetipo de nuestro país

/ 17 de Enero de 2023
Profesor Andrés Medina A.
Licenciatura en Historia UCSC.

 

De seguro ha escuchado muchas veces el término “roto chileno”, pero lo que quizás ignore es el origen de este concepto, así como que este personaje tiene su propio día de celebración, que desde 1889 se conmemora el 20 de enero de cada año.

El Roto Chileno es un concepto que durante siglos ha aludido al arquetipo del chileno popular, entendido originalmente como aquella persona de origen humilde, de ropas ajadas y rotas. De ahí, el calificativo “roto”.

Una mirada histórica nos hace retroceder hasta el periodo colonial, concretamente a los tiempos de la primera expedición de los conquistadores españoles, quienes acompañaron por vía terrestre a Diego de Almagro en su descubrimiento de los territorios al sur del Cuzco, corazón de lo que posteriormente sería el virreinato del Perú.

“Las penurias de este infructuoso viaje… dejó a muy mal traer a los expedicionarios, quienes vieron reducidas sus vestimentas a verdaderos jirones, con los cuales se presentaron a su regreso al Perú, pasando a ser identificados como los rotos de Chile”.

Almagro en ese entonces preparó una expedición realmente imponente para la época, en términos de organización y recursos, siempre pensando en conquistar lo que se decía era un territorio rico en oro. La realidad, sin embargo, no se correspondió con las expectativas, y el viaje se transformó en una verdadera tragedia que, tras múltiples dificultades y desafíos, tuvo su golpe de gracia en el enfrentamiento con una dura resistencia de la población aborigen, que a la altura del río Maule les impidió seguir avanzando. A esta dura derrota se sumó la decepción de encontrarse con que la riqueza minera de la zona norte y central de nuestro país era mínima comparada con la del Perú.

Las penurias de este infructuoso viaje también incluyeron sufrir las extremas condiciones climáticas y la difícil orografía de nuestro territorio, lo que sumado a la resistencia de los indígenas dejó a muy mal traer a los expedicionarios, quienes vieron reducidas sus vestimentas a verdaderos jirones, con los cuales se presentaron a su regreso al Perú, pasando a ser identificados como “los rotos de Chile”.

La condición colonial periférica y subalterna de la gobernación de Chile respecto de la de Perú reforzaron el uso de ese apodo para referirse a los chilenos, quienes por aquel entonces eran mayoritariamente mano de obra o se embarcaban como parte de tripulaciones marítimas que viajaban al norte, haciendo patente su menor desarrollo cultural y social comparado con el habitante del virreinato.

A partir de este origen, a fines de la Colonia e inicio de la República el uso del concepto “roto chileno” pasa a identificarse con el estrato social más bajo: el peón, el gañán, el obrero, personajes sin educación sumergidos en el conventillo y la chingana. En definitiva, es una noción que representa al bajo pueblo.

Sin embargo, es justamente de este segmento, mirado en menos por la elite de la época, de donde provendrá principalmente el grueso de los soldados que pelearán heroicamente en la guerra de Chile contra la Confederación Perú-boliviana (1837-1839), enfrentamiento bélico que dio pie a un evento impensado: el triunfo de la más pobre de las colonias americanas españolas ente el ejército del antiguo virreinato en la batalla de Yungay, el 20 de enero de 1839.

Esta victoria fue fruto de la valentía de la tropa, formada mayoritariamente por los peones y trabajadores agrícolas chilenos, los cuales ahora, en la condición de triunfadores, pasan a transformarse en héroes, en un mito, en el símbolo de la cultura popular y en el arquetipo de la chilenidad. Tanto fue así, que se les brindó un merecido reconocimiento de la patria agradecida, sentimiento que tomó forma en el Monumento al Roto Chileno, que hasta hoy se erige orgulloso en la plaza Yungay, en Santiago.

No puedo dejar de concluir esta caracterización sin subrayar el cambio en la apreciación que el roto chileno experimentó con el paso del tiempo, pasando de ser mirado en menos a ser representando en el siglo XX como sinónimo de simpatía, de frescura, de alegría. Todas características que fueron exhibidas en carismáticos personajes creados en la década de los ’40 o ’50, como el conocido Verdejo, una figura clásica del cine chileno y, obviamente y de manera sempiterna, nuestro querido Condorito, figura que con su alegría y optimismo entrega hasta el día de hoy una entrañable imagen del chileno popular.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

SÍGUENOS EN NUESTRAS REDES SOCIALES