El trabajo de la UDD para formar líderes en innovación

/ 26 de Diciembre de 2011

Gracias a una alianza con el Stanford Technology Ventures Program (STVP), el centro de innovación más importante de la Universidad de Stanford, la UDD implementó un programa que permitirá que sus estudiantes se destaquen y sean reconocidos por su capacidad de crear valor en sus respectivos ámbitos de acción.

Cuando hace 22 años surgió el proyecto de la Universidad del Desarrollo en Concepción, sus gestores se propusieron que esta casa de estudios marcaría liderazgo en la enseñanza superior del país. La calidad formativa sería el aspecto principal, pero junto a ella, y de acuerdo con el espíritu que les motivó a fundar este plantel privado, decidieron que la UDD se caracterizaría por imprimir en todos sus estudiantes un sello emprendedor, que los transformaría en profesionales capaces de crear valor en la industria, en la empresa y en la sociedad en general.
A través de asignaturas complementarias y de materias insertas en sus mallas académicas se buscó que la capacidad de emprender se desarrollara como valor adicional a la formación elegida por el estudiante UDD.
En 2010 se dio un paso significativo para que este sello se convirtiera en una verdadera impronta para la casa de estudios. En octubre de ese año, la Universidad del Desarrollo suscribió una alianza con el Stanford Technology Ventures Program (STVP)- el centro de innovación más importante de la Universidad de Stanford- para potenciar la innovación -capacidad que distingue a un emprendedor- entre sus alumnos y docentes a través de un proyecto concreto y sistematizado.
A partir de esa alianza surgió el Programa iCubo que integrará distintas áreas del conocimiento mediante un trabajo conjunto de las facultades de Diseño, Ingeniería y Economía y Negocios de la UDD. Porque el objetivo, como explica Daniel Contesse, vicerrector de Innovación y Desarrollo de la Universidad, es formar estudiantes con una visión abierta al mundo, capaces de trabajar en equipo, crear, innovar y emprender nuevos proyectos a través de una labor multidisciplinaria.

El know how del STVP

El elemento central del Programa iCubo es la incorporación de las mejores prácticas para la educación en emprendimiento e innovación, metodología y conocimientos que serán transferidos directamente desde la Universidad de Stanford.
Actualmente, el Programa iCubo está implementando y proyectando cursos de pre y posgrado que apunten a una estrecha vinculación con el mundo de la empresa y las organizaciones para que tanto los alumnos como sus profesores busquen nuevas soluciones a problemas reales. También involucra actividades extracurriculares que permitan marcar un sello distintivo de innovación y emprendimiento en los alumnos UDD.
“Nuestra meta es formar profesionales visionarios, que revolucionen el lugar donde estén. Y la única forma de enseñar emprendimiento es a través de la experiencia”, resalta Contesse.
Una de las primeras actividades fue el viaje que realizaron algunos decanos y profesores de las tres facultades integradas a Stanford para conocer el equipamiento e infraestructura del plantel, la influencia de Silicon Valley, la experiencia en aula y el valor del diseño en el proceso de innovación y el conocimiento, entre otros aspectos.

Ver lo que otros no ven

Carlos Varela, director ejecutivo del Programa iCubo, explica que la participación de tres facultades en el proyecto se traduce en aportes desde sus particulares visiones y disciplinas. Menciona que la Facultad de Economía y Negocios se enfoca a la viabilidad económica de un proyecto; Diseño, por su parte, colabora en el descubrimiento de las necesidades de un usuario y en idear soluciones para ellos; e Ingeniería se preocupa de la factibilidad técnica, los aspectos tecnológicos y la visión del proceso. “De esta manera se logra una metodología con mayor sentido”, agrega Carlos Varela.
El académico añade que el Programa iCubo está relacionado con el tipo de profesional que se desea formar en la UDD, pero, sobre todo, con el perfil que requieren las organizaciones de hoy y del futuro. “La capacidad de trabajar en equipo, colaborar con liderazgo, creatividad y habilidad para diseñar soluciones a problemas complejos, capacidad de innovación y emprendimiento, es lo que realmente hace la diferencia en un profesional”, especifica.
El iCubo contiene metodologías específicas de formación para los cursos enfocados a la creatividad y la innovación. Uno de ellos es el “Empathy Boost: Empatía y Observación” -el primero del programa- que da comienzo al trabajo interdisciplinario entre facultades. Dictado por el profesor Enzo Anziani, el curso de basa en la metodología Design Thinking y fomenta la empatía y la observación, porque pretende desarrollar en los estudiantes la idea de aprender a mirar el mundo con otros ojos, que es donde está la clave de la innovación.

Cultura de la innovación

Generar una cultura propia de innovación requiere de estudios y de planificación. En este punto, la decana de la Facultad de Diseño de la UDD, Alejandra Amenábar, destaca que esta alianza con el STVP y el trabajo junto a los docentes de Stanford les ha permitido nutrirse respecto de la gestión y de la aplicación de metodologías y nuevas aproximaciones a la innovación para ser replicadas según la realidad local. “Esto hace que los proyectos que comienzan a emanar desde iCubo tengan un carácter único y propio de nuestra universidad, sin ser necesariamente un modelo importado”.
Es así como dentro del Programa iCubo, el rol del diseño en cuanto a motor de innovación se ha instalado como un agente clave. “En ese sentido, este proyecto significa un respaldo a las líneas de trabajo que como facultad hemos venido desarrollando: vinculación con el mundo empresarial a través de proyectos y convenios, alta vocación de servicio público y, en general, la visión de encontrar diseño en distintos ámbitos del quehacer en nuestro país”, explica Alejandra Amenábar.
El decano de la Facultad de Economía y Negocios, Rodrigo Castro, explica que este programa les ha ayudado a pensar en nuevas ideas para formar profesionales integrales. Algo –agrega- que va en la línea del trabajo que para estos fines venía desarrollando la facultad que dirige mediante el programa de CoEducación, que permite a los estudiantes aprender trabajando a partir del cuarto año de la carrera.
“El Programa iCubo posibilitará abrir espacios de trabajo colaborativo e interdisciplinariedad con las carreras de ingeniería y diseño, e incorporando las temáticas de innovación creativa y pensamiento en diseño a la malla curricular”, sostiene.

La esencia de Da Vinci

José Manuel Robles, decano de la Facultad de Ingeniería, explica que la alianza con Stanford abre una puerta de oportunidades de desarrollo que complementa y potencia los importantes esfuerzos que esa unidad realiza en el ámbito de la innovación desde 2008. Este paso- dice- ha significado avanzar hacia la consolidación en el tema de la innovación. “La integración multidisciplinaria contribuye a acercar un poco más la ingeniería a lo humano, factor clave en el proceso de innovación. Y por lo mismo, es nuestro anhelo que nuestros estudiantes se conviertan en profesionales que, como Leonardo da Vinci, conjuguen el arte con la ciencia en beneficio de la humanidad”.

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