Tres creadores nacionales, seleccionados en la Convocatoria para el Estreno de Obras de Compositores Chilenos, que organiza la Corcudec, tendrán la posibilidad de presentar sus creaciones al público, como parte de la Temporada Musical 2014 de la Orquesta Sinfónica de la UdeC.
Por Cyntia Font de la Vall.
Desde hace tres años, la Corporación Cultural de la Universidad de Concepción (Corcudec), con el apoyo de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, organiza un interesante evento que busca posicionar a la Orquesta Sinfónica de la UdeC como un espacio de difusión para los creadores nacionales. Y lo hace ampliando el repertorio nacional que año tras año interpreta la agrupación, con el afán de formar más y mejores públicos para la música chilena.
Así, este año, la tercera Convocatoria para el Estreno de Obras de Compositores Chilenos seleccionó a dos músicos, cuyas obras serán estrenadas en la Temporada Musical 2014. Se trata de Y todavía tiene una pena…, del compositor René Silva, y Sine Labe, del autor Jorge Pacheco; además, se estrenará una de las obras seleccionadas el año anterior, Concepción 2012, de Hernán Ramírez.
Las obras fueron elegidas en la Convocatoria 2013 por una comisión integrada por Gabriel Matthey, compositor nacional y representante de la SCD; Alejandro Guarello, también compositor nacional y presidente de la SCD; Julian Kuerti, director de orquesta canadiense y director principal de la Orquesta Sinfónica UdeC; Vicente Larrañaga, director de orquesta chileno, residente en Alemania; y Javier Bustos, músico de la Orquesta Sinfónica Universidad de Concepción, compositor e integrante de la comisión técnica de la agrupación musical penquista.
LOS GANADORES
Los tres seleccionados coinciden en señalar que instancias como ésta son fundamentales, “no sólo para los compositores, sino para toda la actividad musical chilena, pues cumplen con la misión inestimable de crear espacios de encuentro entre compositores, intérpretes y público, que son esenciales para el desarrollo de una verdadera cultura musical”, afirma Jorge Pacheco, cuya obra, Sine Labe, será estrenada en el Concierto Sinfónico 5, el 12 de julio. Su composición surge de la idea romántica de que la música es la expresión de un absoluto, “de una unidad original, de una verdad inefable imposible de aprehender mediante la razón y la palabra. Toda la obra está orientada hacia la irrupción, cerca del final, de un coral misterioso a cargo de los bronces, momento de revelación y de impotencia a la vez, en el que se intuye como algo tangible el reflejo de aquella verdad eterna, inaccesible al ser humano”, relata el autor.
René Silva, por su parte, señala: “Ser seleccionado es un gran privilegio, que permitirá que mi música sea interpretada por la Orquesta UdeC, una de las principales hoy en Chile, y que en los últimos años ha propuesto interesantes programas, cumpliendo ampliamente la labor de fomentar y promover la música chilena”. Su obra, Y todavía tiene una pena…, que será presentada en el Concierto Sinfónico 8, del 4 de octubre, hace alusión a la canción de Violeta Parra -Arauco tiene una pena-, “temática absolutamente contingente dada la agudización del conflicto mapuche en el sur del país”, y cuya construcción musical incluye sonoridades propias de la música mapuche, dentro de un contexto orquestal y de un lenguaje sonoro más contemporáneo.
En tanto, la obra de Hernán Ramírez, Concepción 2012, ganador de la segunda Convocatoria, que será estrenada en el concierto sinfónico 10, del 8 de noviembre, fue escrita por el compositor para celebrar el recuerdo de su primera obra orquestal estrenada, en 1975, en Concepción, y es definida por su autor como “una composición de lo que podríamos llamar música pura, es decir, no busca evocar paisajes, ni situaciones, ni sentimientos. Es música porque sí”, cuenta.
Los tres compositores concuerdan en destacar el gran valor de este tipo de iniciativas, esperando que sean emuladas por otras entidades o por el Estado. “Esperemos que, tomando el ejemplo de la convocatoria de la Corcudec, nuestro país avance progresivamente en el desarrollo y, sobre todo, la institucionalización de espacios de este tipo, que son el reflejo de nuestra identidad cultural”, puntualiza Ramírez.