Londres, Escocia, Gales, la antigua región de Wessex y París fueron los destinos que recorrieron los alumnos de segundo medio de este colegio penquista entre el 8 de mayo y el 7 de junio.
Cargados de energía llegaron al aeropuerto Carriel Sur los alumnos del colegio Wessex School que participaron en la ya tradicional gira de estudios de los “segundos medios” del establecimiento. Un viaje que cada año emprenden hacia tierras británicas para vivir 30 días intensos, llenos de estímulos que marcan un antes y un después en sus vidas.
El Rector Terrence Martin explica que durante todos estos años han tenido muy buenos resultados con el viaje de estudios y destaca la red de contactos que se genera al realizar una estada de este tipo y el fomento de las buenas relaciones interpersonales entre los compañeros. “Ése es uno de los motivos por los cuales se hace en segundo medio y no en cursos más avanzados”, comenta.
Ignacia Pampaloni (15) junto a Kamil Hazbún (15) recuerdan que estaban ansiosos antes de partir, querían que fuera un viaje entretenido y “así lo fue”, sentencian. “Me gustó todo, aprendí y me di cuenta de mis capacidades con el idioma. El hecho de ver tanta gente diversa, razas y vestimentas distintas también me gustó”, rememora Ignacia. Su compañero, Kamil, agrega que mientras conversaban en las tiendas aprovechaban de aclarar algunas dudas sobre nuevas palabras que habían oído en la calle. “Muy gentilmente nos explicaban e integrábamos esa palabra para comunicarnos mejor”, cuenta. Al tercer día sintieron la fluidez del lenguaje.
Cultura las 24 horas
Carmen Gloria Henríquez, profesora de inglés y ex alumna del colegio, que acompañó a los estudiantes en la gira, comenta que ha tenido la suerte de vivir esta experiencia, primero como alumna y ahora como docente “lo que me dio la posibilidad de conocer a mis alumnos en otra faceta y también de traspasar la cultura británica y aplicar lo aprendido en las aulas. Porque ése es el objetivo de este viaje”, recalca.
Acercarse a museos, galerías, catedrales, castillos, recorrer la historia en cada una de sus calles, sin duda invita a protagonizar cambios importantes.
Tatiana Llanos es otra docente que los acompañó y confirma esta percepción. “Al regreso es fácil reconocer que están más abiertos e impregnados de conocimientos absorbidos de manera intensa. Hay madurez también, el compartir con otros las 24 horas del día los hace ser más grandes”, explica.
Esta es una experiencia única que permite descubrir y despertar el apetito por saber más y por reconocer las infinitas posibilidades de aprender, por eso es algo que no deberían perderse, finaliza.