Tras obtener la aprobación ambiental, el proyecto gasífero ubicado frente al sector Isla de los Reyes en Talcahuano, está a pocos meses de iniciar su construcción, mientras que el inicio de su operación se proyectaría para inicios de 2019. “Llegaremos con una energía más limpia y a un valor 50 por ciento menor de lo que se vende hoy el gas natural en la Región”, aseguró el representante legal de la compañía que impulsa esta iniciativa.
Enero de 2019. Ésa es la fecha tentativa que manejan en la empresa Inversiones GNL Talcahuano S.p.A para iniciar la venta de gas natural a consumidores residenciales, comerciales e industriales de la Región del Biobío.
Luego de que la Comisión de Evaluación Ambiental aprobara, en julio último, el informe que sobre el proyecto emitió el Servicio de Evaluación Ambiental, GNL Talcahuano se convirtió en el único terminal marítimo regasificador de la Región del Biobío en contar con el visto bueno de la institucionalidad para avanzar hacia la fase de construcción. Antes eso sí, debe conseguir los permisos sectoriales necesarios para iniciar aquella etapa.
“No afectaremos la actividad extractiva”
Limpio y seguro. Así describía a su proyecto gasífero, el representante legal de GNL Talcahuano, Juan Ignacio Ugarte, cuando recién se iniciaba su tramitación ambiental, en mayo de 2016.
“En aquel tiempo ya había un proyecto de GNL que se emplazaría en la bahía de Concepción, con un camino mucho más avanzado que el nuestro, y se comenzaban a oír algunas voces que aseguraban que dos iniciativas de este tipo podrían ser perjudiciales para la bahía y para el medio ambiente en general”, recuerda Juan Ignacio Ugarte. Por eso, agrega, desde el comienzo se preocuparon de destacar características del proyecto que dieran respuesta y sobre todo “tranquilidad” a la comunidad ante las aprensiones que surgían en ese momento.
“Tal como lo declaramos en el proceso de evaluación ambiental, informamos que nuestro terminal marítimo supera la distancia recomendaba por los estándares internacionales (3,3 kilómetros) con los centros poblados más cercanos; que nuestras instalaciones no cruzan ciudad alguna, que no usaremos agua de mar para los procesos de regasificación y que el gasoducto que transportará el gas hacia la costa no removerá el fondo marino, sino que irá sobre él, y que estará construido a partir de una tubería flexible, sin uniones soldadas, con un sistema de refuerzo de eslabones metálicos inteligentes para soportar grandes presiones, como la que podría generarse en caso de un maremoto”, explica Ugarte. Y así, sostiene, lo hicieron ver en cada una de las instancias de participación ciudadana que exigió la autoridad durante la evaluación ambiental. “Nunca tuvimos problema alguno con los asistentes a la participación ciudadana y así quedó manifestado en el proceso que, entendemos, fue uno de los más numerosos en cuanto asistencia que haya tenido un proyecto de esta envergadura en la Región”, agregó el ejecutivo.
Sin embargo, otros cuestionamientos se presentarían luego, casi al término del proceso de evaluación ambiental.
-Uno de ellos fue que GNL Talcahuano no había informado sobre la construcción de una planta reductora de gas, que estaría ubicada antes de la conexión con el Gasoducto del Pacífico, y que esa instalación afectaría a los humedales cercanos.
“Nosotros no reducimos la presión del gas en la costa. Ese proceso se hace en la balsa donde está el terminal, que está ubicado a 3,8 kilómetros de la costa. En consecuencia no va a existir tal planta en ‘tierra’ y de modo alguno alteraremos los humedales porque todas nuestras instalaciones están a casi cuatro kilómetros de aquella zona, por lo tanto, no tienen contacto con esa área”.
-También se habló de los daños que GNL Talcahuano ocasionaría en la zona exclusiva para la pesca artesanal, por el hecho de que el tubo que lleva el gas desde el terminal a la costa pasa por dicha área.
“Eso también lo explicamos y, sobre todo, lo demostramos a través de un estudio que nos exigió el Servicio de Evaluación Ambiental, pues el tubo que transporta el gas desde nuestro terminal marítimo tiene sólo 28 centímetros de diámetro y va posado sobre el lecho del mar, de manera que no remueve el fondo marino ni tampoco afectaría alguna actividad extractiva que eventualmente pudiera realizarse en esa zona a futuro. Y digo a futuro, porque hoy no hay pesca en el sector donde pasarían nuestras instalaciones”.
“La competencia es buena”
Según los cálculos que hacen en GNL Talcahuano, el gas natural que ellos traerían a la Región tendría un precio de venta 50 % menor al que hoy pagan por este servicio tanto los consumidores residenciales como industriales en la zona. “Somos un proyecto que nació desde la Región y por lo tanto nos interesa aportar al desarrollo de ésta. Sabemos que hoy muchas empresas locales no son competitivas por los altos costos de la energía. Que están ahogadas. A ellas y al vecino que usa este gas natural queremos impactar con nuestra propuesta. Por lo mismo, estamos convencidos de que dos proyectos de GNL en la zona sumarán a este objetivo. No tememos a la competencia. Todo lo contrario, creemos que ésta es buena porque permitirá lograr un mejor precio para nuestros clientes finales”, sentencia Ugarte.
Una postura similar sobre la conveniencia de que ambos proyectos se materialicen en la zona han manifestado representantes de los gremios empresariales e industriales de Biobío, por la posibilidad que un mejor precio del gas entregará para reactivar el desarrollo regional. Pero también han destacado que al ser el gas natural una energía más “limpia” aportará a mejorar la calidad del aire que se respira en el Gran Concepción.
Dicha macrozona fue declarada como Zona Saturada el año 2015, por la alta concentración de Material Particulado Fino (MP 2,5), que tienen como principal fuente de emisión a las industrias y la combustión de la leña utilizada para la calefacción domiciliaria por sobre la norma, como lo informó la autoridad ambiental.
Situación preocupante si se tiene en cuenta que la polución atmosférica es responsable de al menos 4 mil muertes prematuras a nivel nacional, según reflejaron los dos primeros Reportes del Estado del Medio Ambiente, dados a conocer por ministerio del ramo.
“Los expertos señalan que el gas natural es la fuente de energía más limpia, menos contaminante y con menor contenido de carbono de todos los combustibles fósiles. Por eso, hacer más accesible este combustible para las personas es parte de nuestro aporte y de nuestro compromiso con la Región del Biobío, a la que aseguramos que seremos buenos vecinos, que respetaremos la normativa medioambiental y que siempre estaremos dispuestos a dialogar para entregar toda la información que requieran todos quienes componen nuestro entorno”, aseguró Juan Ignacio Ugarte.
LAS OPORTUNIDADES DEL GNL
La seremi de Energía, Carola Venegas, explica que por causa del plan de descontaminación del Gran Concepción, impulsado por el Ministerio del Medio Ambiente, la industria regional deberá disminuir o compensar sus emisiones de material particulado. Para ello, señala, una opción es desplazar su actual combustible por GNL.
Y agrega que el año 2005, cuando Biobío contaba con suministro de GNL desde Argentina, el sector residencial consumía 20 MM m3/año. Hoy, su uso está acotado a los excedentes de la planta satélite de regasificación de Enap, ubicada en la comuna de Pemuco, de 600 Mm3/día.
“En innumerables ocasiones nos hemos referido a los beneficios que trae la diversificación energética, tanto para la generación eléctrica, como en combustibles industriales y de calefacción. Hoy el mundo tiene una tremenda oportunidad de diversificar, gracias al bajo precio de las tecnologías para el aprovechamiento de energías renovables, así como por la mayor disponibilidad y oferta de GNL”.