Gobierno, control de los medios y democracia

/ 9 de Febrero de 2024
Roger Sepúlveda Carrasco
Rector Universidad Santo Tomás
Región del Biobío

 

El control de los medios por parte de los gobiernos es una de las más descarnadas amenazas a la libertad de expresión, al derecho a la información y a la democracia.

Según la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa 2021 de Reporteros sin Fronteras (RSF), el periodismo está total o parcialmente bloqueado en el 73% de los países que analiza la organización. Esto significa que, en la mayoría de los países del mundo, los periodistas se enfrentan a diferentes formas de censura, represión, violencia e impunidad por parte de las autoridades de turno.

Los gobiernos que controlan los medios lo hacen por diferentes motivos, aunque todos tienen el común denominador de conservar o ampliar su poder político, económico o ideológico.

Según el mismo ranking de RSF, algunos ejemplos de países donde el control de los medios es muy grave son China (177º), Irán (174º), Arabia Saudí (170º) y Venezuela (148º). En estos países, los medios estatales son el principal canal de propaganda -del régimen imperante, obviamente-, mientras que los medios independientes son perseguidos, clausurados o silenciados. De igual modo, los periodistas que se atreven a informar sobre temas sensibles, críticos o que afectan los intereses de dichos gobiernos, son acosados, detenidos, torturados e, incluso, asesinados.

“La comunidad internacional, las organizaciones civiles, los profesionales de los medios y la ciudadanía tienen un papel clave para proteger y apoyar a los periodistas que ejercen su labor con rigor y ética. Sólo así podremos garantizar una información veraz, diversa y pluralista que contribuya al desarrollo democrático, social y cultural de nuestros países”.

La influencia gubernamental en los medios no solo afecta a los países autoritarios, sino también a las democracias. Según el informe Tendencias mundiales en libertad de expresión y desarrollo de los medios 2021/2022, de la UNESCO, el periodismo independiente también se encuentra en peligro puesto que se enfrenta a un deterioro de los modelos de negocio, a la creciente represión de la libertad de prensa y a continuas amenazas contra la seguridad de los periodistas. En sus conclusiones, este informe establece que el 57% de las personas encuestadas en 142 países consideran que sus gobiernos influyen demasiado en los contenidos mediáticos.

El control de los medios por parte de los gobiernos tiene consecuencias negativas para la sociedad en su conjunto: impide el ejercicio del periodismo como un servicio público esencial para garantizar el debate basado en hechos verificados y contrastados; favorece la difusión de informaciones falsas y manipuladas que generan confusión, desconfianza y polarización y, además, debilita la rendición de cuentas y la transparencia de las instituciones y los actores públicos.

Chile, a lo largo de su historia, no ha estado ajeno a este fenómeno y, por ello, debemos ser fervientes críticos de todos los intentos de control de los medios, mediante la defensa del ejercicio periodístico y siendo extremadamente críticos con las amenazas o “llamados de atención” por parte de las autoridades a los profesionales de las comunicaciones, protegiendo siempre el pluralismo y la diversidad de los medios, así como el acceso a la información pública.

Finalmente, es necesario defender y promover la libertad de prensa, y el acceso público a medios libres, independientes y de las más variadas tendencias. La comunidad internacional, las organizaciones civiles, los profesionales de los medios y la ciudadanía tienen un papel clave para proteger y apoyar a los periodistas que ejercen su labor con rigor y ética. Sólo así podremos garantizar una información veraz, diversa y pluralista que contribuya al desarrollo democrático, social y cultural de nuestros países.

 

 

 

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