La casa de estudios incorporó a la carrera de Ingeniería en Agronegocios un proyecto que potencia una moderna enseñanza basada en la participación activa de los alumnos en redes de comercio internacional.
Impartida desde comienzos de los 90 por la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas (Facea) de la Universidad Central, la Ingeniería en Agronegocios tiene grandes perspectivas laborales, debido al alto potencial productivo que el sector silvoagropecuario mantiene en la matriz económica del país. Un potencial que, a juicio de Ignacio Larraechea, economista, Decano de la Facea, y doctor en Ciencias del Trabajo de la Universidad Católica de Lovaina, tiene proyecciones estratégicas para el desarrollo económico a corto y mediano plazo, dadas las numerosas alternativas que ofrece desde el punto de vista tecnológico y productivo.
“Esta Facultad quiere llenar un espacio que se está produciendo en la economía chilena. Tenemos un sector silvoagropecuario en transición, desde una economía más bien extensiva -venta de productos estándares- a un modelo nuevo, que comienza a vender tecnología y calidad de servicios. En los países más desarrollados, la modernidad ya llegó al campo. La biotecnología, los temas de futuro están en el mundo silvoagropecuario”, explica la autoridad universitaria.
¿Cuáles son las ventajas comparativas que Chile posee en esta materia? De acuerdo con Larraechea, el país posee una serie de características que lo hacen competitivo como disponer de una extensión de territorio apta para diversos cultivos y actividades silvoagropecuarias; bajos niveles de contaminación; haber aplicado políticas sanitarias de larga data que minimizaron una serie de riesgos habituales en otros países, y la existencia de micro-climas diversos. “Tenemos la capacidad de transformarnos en una potencia agro alimentaria de nivel mundial a futuro”, asegura optimista.
El ingeniero en Agronegocios es un profesional que asesora a empresas del sector silvoagropecuario y pesquero en todo lo referente a negocios. Para ello, la Facea de la Universidad Central diseñó una malla curricular orientada a adquirir capacidades y conocimientos en diversas áreas relacionadas, como cálculo, estadística y economía; manejo de procesos productivos -primarios y procesados- en los rubros agrícola, ganadero, forestal y de pesca; gestión empresarial; y comercialización, lo que incluye márketing, logística, comercio exterior y plan de negocios. Todo, para cumplir con un perfil de profesional que, a juicio de Larraechea, no sólo “adquiera y genere conocimiento”, sino que también sea capaz de encontrar nichos para nuevos negocios.
“Hoy Nueva Zelandia, que tiene un clima como el de Coyhaique, está produciendo un vino de 150 dólares la botella y han tenido un éxito rotundo ¿Por qué ellos pueden y nosotros no? Porque ellos tuvieron a los profesionales con la visión de negocio y el conocimiento técnico. Ése es el tipo de profesional que hoy falta en el mercado”, revela. “Necesitamos un ingeniero que piense globalmente, que cuando falte poco para su egreso de la carrera, ya esté pensando si va a hacer negocios en Bélgica, en China, o en Miami. Para eso damos mucho énfasis al inglés, y certificamos con normas internacionales como el TOEIC”.
Enseñanza globalizada
Hay dos características fundamentales que la Universidad Central busca perfilar en sus egresados en ingeniería en Agronegocios: ser protagonistas en su rubro, y estar constantemente actualizados en las tendencias de su área. Para ello se busca que el cuerpo docente no sólo cumpla con su tradicional función como transmisores de conocimiento, sino que también sirva de interface entre los alumnos y la realidad del mercado.
“Más que expertos en determinadas técnicas, queremos tener frente a los alumnos a las personas que hacen los negocios”, explica Larraechea. Con este objetivo, la Facultad contrató como profesor a un trader con oficina comercial en China, cuyo objetivo será tener cada semestre a treinta estudiantes de la carrera participando directamente en negocios relacionados con la potencia asiática. “Nuestro proyecto -esto todavía no lo tenemos- es que ellos, cuando egresan de la carrera hayan participado incluso en la recepción de productos nuestros en las oficinas internacionales.
-¿Qué otras ventajas tiene la ingeniería en Agronegocios en la Universidad Central en relación con su competencia?
-Tiene ventajas, en primer lugar, porque es una carrera que opera al alero del Centro de Innovación y Emprendimiento. Es la única orientada a formar profesionales capaces de generar negocios innovadores. Tenemos una proporción elevada de profesores que están trabajando en lo que son negocios de innovación agrícola. Somos la única carrera en este ámbito que está abriendo un espacio de trabajo con el mundo emergente de nuestros demandantes, particularmente con China.
-¿Realiza un seguimiento a la inserción de los titulados en el mercado laboral?
-Sí, tenemos una experiencia diversa, muchos ex alumnos trabajan en empresas de exportación agrícola; otros iniciaron sus propios negocios. También tenemos egresados en el ámbito del sector financiero. Nuestra intención, a partir de las innovaciones que estamos incorporando, es tener una mayor proporción de alumnos que forman sus propias empresas. Preparamos una agenda importante para ser sede de encuentros empresariales, y estamos creando un “consejo de la escuela de Agronegocios de la Universidad Central”, donde invitamos a participar a sectores empresariales.
Un desarrollo profesional con futuro
El campo laboral del ingeniero en Agronegocios de la U. Central es variado y se extiende a explotaciones silvoagropecuarias y pesqueras; industrias agrícolas, comerciales y exportadoras; centros de estudios; sector fiscal y consultoras. Y por supuesto, poder crear empresas propias.
Según el economista, hoy se están gestando nuevas posibilidades y nichos de negocios en el rubro silvoagrícola, motivadas –curiosamente- por el fenómeno del cambio climático. “El calentamiento global está desplazando hacia el sur condiciones de producción que eran hace un par de décadas propias de la zona central y centro-sur. Ya empezamos a ver diversos estudios y experiencias empíricas que dan cuenta de condiciones ventajosas de producción de determinados rubros, destacando el avellano europeo, las cerezas, los berries, las manzanas”, explica.
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