IVÁN MOREIRA 2.0

/ 27 de Agosto de 2014

Lo dice fuerte y claro: “En la UDI tendremos más democracia. Se acabó la dedocracia”. Instalado en el Senado,  reconoce que la Región de Los Lagos lo resucitó políticamente hablando. Como vicepresidente de su partido piensa en el futuro y en el recambio generacional, pero no reniega de su admiración por el régimen de Pinochet. Ahora, en todo caso, se reconoce más tolerante, más reflexivo, y asume públicamente que profesa la religión evangélica. Como él lo dice “recibió a Cristo en su corazón”.
Por Rodrigo Aguilera/Fotografías Walter Bordon.
moreira-0002  De impecable terno negro, camisa blanca y corbata color turquesa nos recibe el senador Iván Moreira en su oficina parlamentaria en Puerto Montt, para hablar de política y de los desafíos y problemas que enfrenta la Región de Los Lagos. En un piso nueve, en una de las torres que en la costanera puertomontina miran en dirección al seno del Reloncaví, se da tiempo para hablar del recambio generacional que está viviendo la UDI y de los nuevos liderazgos que deben surgir en la Derecha para volver a La Moneda, pero esta vez con un hombre o una mujer de las filas de su partido, del que llama el “partido popular.”
El aire del sur al parecer le ha dado un nuevo impulso político, después de que hace un año acusara a la directiva de su partido de actuar de manera clasista cuando lo enviaron a competir a una región que no conocía y lo sacaran de la carrera senatorial por Santiago Oriente. Ese episodio -asegura- está superado, pero no olvida que algunos “iluminados” hicieron cosas incorrectas. Hoy los “coroneles” de la UDI ya no están en la primera línea, sostiene, son otros tiempos, de más democracia. Dice que las opiniones de estos antiguos líderes siempre se tomarán en cuenta, pero aclara que “están en retirada”.
Viajando todas las semanas a Los Lagos y dándose el tiempo para conocer aquellas zonas a las cuales representa, Moreira poco a poco va interiorizándose de los problemas de las zonas aisladas, de la industria salmonera, de los agricultores y de la pesca artesanal. Con soltura y sin complejos, a pesar de que es de Derecha, habla del abuso de las empresas que compran la leche de los agricultores de su zona a “precio de huevo”, especialmente en la provincia de Osorno. Reconoce también que la Ley de Pesca -Ley Longueira- es perfectible y que tiene vacíos.
Los tiempos en que actuaba con soberbia e impulsividad, para defender, por ejemplo, la obra del régimen militar -le acomoda decirlo así, más  que usar la palabra dictadura- han quedado atrás. El paso de los años lo cambió. Antes, reconoce, fue fanático y homofóbico. Hoy día es más tolerante, pero así como respeta exige el mismo trato de vuelta. Le gusta la democracia y dice que aprendió a colocarse en la posición del otro. “Ahora no hay enemigos, sino que adversarios políticos”. Los cambios en Iván Moreira también han sido más íntimos. Dejó de ser católico y hace un año es miembro de la Iglesia Metodista Pentecostal. Así lo evidencia también una Biblia del Antiguo Testamento colocada al costado derecho de su escritorio.
-Cuando se vino al sur a hacer campaña, dijo que la UDI “lo había mandado a morir”. Incluso acusó a sus dirigentes de clasistas. ¿Sigue pensando lo mismo?
La UDI en ese momento estaba pasando un proceso interno muy difícil que llevó a que algunos dirigentes, los “iluminados”, cometieran malas prácticas. Institucionalmente este partido nació en el mundo popular, se robusteció y se convirtió en el partido más grande de Chile por sus convicciones, por una línea de acción y por un trabajo en los sectores populares que terminó ganándose la credibilidad. Pero con el tiempo hubo comodidad y algunos brotes de clasismo e intolerancia. También hubo incapacidad de lograr que el partido sintonizara con la nueva sociedad, aunque sintonizar con la nueva sociedad no significaba que íbamos a renunciar a nuestros principios. Hoy es distinto, tenemos una directiva de una generación nueva, que la integramos algunos dirigentes que tenemos mayor experiencia, donde hay mayor diversidad, y donde hemos podido demostrar que estos dos mundos que habitaban en la UDI han compatibilizado y han sabido convivir. Nuestro objetivo de futuro es darle espacio a las nuevas generaciones, que el partido sintonice de mejor manera con la sociedad y eso implica convivir con la diversidad, ser más tolerantes, debemos construir un proyecto de partido a futuro, a 10 o 20 años, con ideas nuevas, donde exista mayor participación para recuperar esas raíces que a la UDI la hicieron grande, tenemos que producir grandes transformaciones, grandes cambios. Con Ernesto Silva recorrimos el país y los militantes nos decían “no nos queremos seguir sintiendo menos en la UDI”, y esas palabras nos han llevado a una profunda reflexión de los cambios que hay que hacer, entendiendo que nosotros tenemos la obligación de marcar la diferencia.
-¿Hay que dejar atrás el pasado de “los coroneles”?
Yo diría que los coroneles están en retiro y que deben estarlo. Ellos siempre van a tener un lugar en la UDI por su trayectoria, por lo que significaron para el partido en sus comienzos. Siempre sus consejos serán considerados, pero ya cumplieron un ciclo. Ellos (se refiere a Jovino Novoa, Andrés Chadwick, Juan Antonio Coloma) están conscientes de que hay que darle paso a la juventud y que tendremos que tener cambios internos si es que queremos llegar el día de mañana a la presidencia del país.
-¿Ahora hay más democracia en la UDI?
Va a haber más democracia en la UDI. Antes fueron momentos distintos. Creo que nosotros pudimos haber hecho cambios pero no los hicimos. A nosotros nos importa el futuro, llegar a La Moneda, que haya espacios y que todos tengan las mismas oportunidades. Ese brote de clasismo que hubo en un momento nos ha llevado a la voluntad de que, de ahora en adelante, se acabe la “dedocracia”. Tendremos procesos transparentes, democráticos y uno de esos serán las primarias. Ése va a ser un ejercicio democrático muy importante para la UDI. Por eso el presidente del partido con mucha antelación anunció que se potenciarán nuevos liderazgos, porque éstos no se construyen de un día para otro. Se necesita tiempo, se necesita espacio, se necesitan oportunidades para todos los que quieran ser candidatos a concejales, a consejeros regionales, a alcaldes, a parlamentarios y a presidente. Por lo menos en la UDI consideramos que va a haber un ejercicio democrático para las próximas elecciones presidenciales y van a comenzar a correr nombres.
-¿Ernesto Silva conduce los cambios en la  UDI,  o lo manejan otras fuerzas al interior del partido?
Él conduce la UDI, la lidera, no exento de errores, porque la gente joven tiene derecho a equivocarse, a ir paso a paso, para fortalecer y construir un liderazgo. Nadie de la noche a la mañana nace conociendo y sabiendo todo. Por eso esta directiva es transversal. Por eso estoy detrás de esta directiva. Nosotros tuvimos diferencias, pero hemos podido convivir por el futuro de la UDI. Lo que pasa es que antes había liderazgos muy fuertes, como un imán, como Pablo Longueira y Jaime Guzmán, personalidades muy fuertes. Cuando los partidos se agrandan comienzan a tener estas situaciones de mayor participación y diferencias, que yo veo como algo muy positivo. Una cosa es que reconozcamos y nos quejemos de que en la pasada elección presidencial nos fue mal, nos podemos quejar de que perdimos diez diputados, pero concientes de que seguimos siendo el partido más grande. En la Región de Los Lagos nosotros somos el partido más exitoso, porque tenemos un senador y tres diputados.
-¿Es partidario de revisar la declaración de principios de la UDI? Jovino Novoa dijo que no era el tiempo.
No se trata de revisar una declaración de principios, se trata de darle espacio a las nuevas generaciones que no tienen por qué hacerse cargo del pasado, pero sí respetarlo. Nosotros llamamos a respetar la historia, a que la Izquierda no siga arrinconándonos con el pasado, a que las nuevas generaciones tengan derecho a poder hablar, a defender los derechos humanos. Yo tengo un pasado comprometido con el gobierno militar -que se me hace más cómodo que decir dictadura- y no tengo ningún complejo en reconocer que se cometieron muchos errores, que se violaron los derechos humanos, pero eso no implica que no vaya a asumir con lealtad las cosas importantes y buenas que se hicieron para el país. No me lavo las manos por razones electorales, pero tampoco podemos responsabilizar a los jóvenes.
-¿Sigue siendo pinochetista?
Valoro las obras buenas del presidente Pinochet y no tengo ningún complejo, lo que pasa es que eso ya es historia. Serán las futuras generaciones las que juzgarán. Yo fui protagonista de esa historia que tiene dos caras de la medalla, aunque sólo se ha escrito con la mano izquierda y no se han considerado otros aspectos. Ahora hay que darle espacio a los jóvenes para que vuelen, no tienen por qué dar explicaciones, ni ser arrinconados por defender los derechos humanos. En lo personal, siempre lo he dicho, aprendí la lección del pasado. Pero no porque fui parte del pasado ahora no tengo derecho a darle valor a los derechos humanos. Me siento cómodo defendiendo la libertad y la democracia. En esta materia la Izquierda siempre utiliza la ley del embudo, ancho para ellos, angosto para nosotros.  Y cuando se trata de países afines a ellos, donde se cometen atropellos a la democracia y a los derechos humanos, no solamente callan, sino que tienen una vara distinta para juzgar las cosas.

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“Fui una persona fanática”

-Qué pasó con ese Iván Moreira más confrontacional, el del empujón a Jorge Schaulsohn. ¿Qué fue lo que cambió con los años?
Ese Iván Moreira pertenece al pasado. Fui una persona fanática, homofóbica, y creo que lo más importante en la vida es que nunca hay que dejar de crecer. Siempre hice un esfuerzo por ser una mejor persona, con capacidad de reconocer los errores, enmendarlos y esa capacidad me hace tener la posibilidad, luego de llegar al Senado, de tener posiciones más reflexivas, me hace ponerme en el lugar del otro. La Concertación se dio cuenta de la capacidad que tuve  de colocarme en su lugar. Entiendo que en el pasado, con la Izquierda, fuimos enemigos, pero llegó la democracia, hemos aprendido lo que es la democracia. Eso de enemigos se transformó en adversarios políticos y, finalmente, hoy día, existe una amistad cívica que espero no se pierda producto de la polarización que se ha ido instalando en el país.
-Dijo que ya no es homofóbico ¿Es partidario de que los homosexuales se puedan casar?
Quiero señalar que así como respeto otras posiciones, quiero también que se respete mi posición. Yo creo que el matrimonio debe ser entre un hombre y una mujer. Ahora porque alguien no piense igual no los voy a perseguir o hacer una campaña odiosa.
-¿Y si  el matrimonio homosexual se aprueba?
Bueno, eso es la democracia. Si el Gobierno quiere aprobar una ley de matrimonio entre homosexuales lo podría hacer porque tiene mayoría. Por eso creo que el Acuerdo de Vida en Pareja es un freno temporal a leyes como el matrimonio entre homosexuales. Lamentablemente la mirada que tiene la juventud política que está llegando al Parlamento es demasiado amplia, no la comparto, y mientras sea parlamentario siempre seré consecuente con mis principios y valores, por sobre todas las cosas. Además, siempre he sido transparente con los temas valóricos, en mis campañas he tenido insertos en los diarios, en folletería y he redactado documentos con mi posición. Soy contrario al aborto, al matrimonio de homosexuales y a la marihuana.
-¿Hace cuánto tiempo que es evangélico?
Tengo una relación con el mundo evangélico desde hace más de 20 años. Por convicción de fe di el paso el año pasado, en mayo. Pasé a formar parte de la Iglesia Metodista Pentecostal. Durante mucho tiempo guardé reserva, para que no se fuese a mal interpretar previo a las elecciones, no quise que se confundieran las cosas. Sólo lo conté el día que gané.
-¿Se decepcionó de la Iglesia Católica?
No me fui de la Iglesia Católica por decepción. Hay muchas cosas en todo caso que no me gustaban. Abandoné el catolicismo porque me sentí mucho más cercano al pueblo cristiano, los defendí en la Ley de Culto y comencé a conocer una realidad distinta, porque los evangélicos no eran esos canutos que cantaban en la calle, sino que eran una iglesia más viva, mucho más grande y por convicción de fe me fui acercando a ellos. Y terminé, como decimos los evangélicos, recibiendo a Cristo en mi corazón, y en todo caso no pretendo ni tengo las condiciones ni el deseo de transformarme en un predicador o en un pastor.

Leche, pescado y salmón

-Usted ha dicho que la Décima Región tiene ventajas estratégicas en ámbitos productivos. En el tema lechero en la provincia de Osorno son líderes, se produce el 70 % de la leche nacional, pero se paga poco. ¿Qué se puede hacer con ese problema?
Como presidente de la Comisión de  Agricultura del Senado desde que llegue aquí he tenido un compromiso y un vínculo muy grande con el sector agrícola y, especialmente, con Fedeleche y Aproleche. Se sabe que la mejor calidad de leche en el mundo está en la provincia de Osorno, pero también es la peor pagada en el mundo y eso pasa porque existen monopolios. Las circunstancias han permitido que empresas como Soprole y Nestlé compren la leche a los precios que ellos estimen convenientes y creo que cuando hay un esfuerzo de parte del mundo de la lechería de cada día mejorar esa calidad, que es buenísima  -con mayúscula-, y me parece que el sector privado debería tener una actitud de mayor responsabilidad social. Porque ésta también se relaciona con los precios que les pagan a los pequeños y medianos agricultores. Aquí hay claramente una injusticia y un abuso de parte de la industria que tiene una posición dominante.
moreira-0054-¿El mercado a veces es perverso?
Lamentablemente no podemos intervenir el mercado por el tipo de economía que hemos asumido como Estado chileno, una economía abierta, una economía libre, donde los precios no pueden ser regulados.  Lo que me preocupa es la actitud de las empresas que al ver una necesidad en el productor compran a precio de huevo. Estas grandes empresas tienen todo el derecho a hacer buenos negocios, pero no tienen derecho a actuar como lo están haciendo, aprovechándose, abusando de un sector productivo tan importante. El Estado puede intervenir a través del Tribunal de Libre Competencia, pero los agricultores también deben hacerse una autocrítica porque no han tenido la capacidad de poder generar una empresa que pueda competir con estas multinacionales.
-La industria salmonera ha sido muy criticada por malas prácticas y se está recuperando aún de la última crisis. ¿Cómo ve el desarrollo del sector?
Sin duda la industria salmonera aprendió la lección, pero tiene que seguir aprendiendo. Después de haber tenido ganancias considerables, haber enfrentado una crisis sanitaria, de precios, y haberse recuperado, hoy se está produciendo nuevamente un retroceso y ellos mismos han señalado que hay un retroceso. Ahora, nosotros esperamos que éste no sea una excusa para generar desempleo en la Región de Los Lagos.
-Se les critica que en muchos casos pagan bajos sueldos.
Lamentablemente los sueldos no han sido los mejores por la crisis que los afectó, pero ha habido una recuperación. Ahora, si aprendieron la lección tienen que ser mucho más cuidadosos. Los Lagos siempre ha tenido niveles de desempleo muy bajos y eso hay que protegerlo. Las empresas deben actuar con mayor responsabilidad, ganar plata, pero también deben distribuir de mejor forma. Está comprobado que cuando hay mejores sueldos y mejor convivencia laboral hay mejores niveles de producción.
-Otro de los temas importantes para esta Región es la pesca artesanal. La ley de Pesca, o ley Longueira, ¿es mala o no?
Tiene errores, pero más que mala es perfectible. Si no hubiera existido esta ley se hubiese generado un caos. Uno puede tener distintas opiniones de la Ley de Pesca, pero indudablemente hay que buscar las maneras en las cuales se podría mejorar porque claramente tiene vacíos. Lo que hay que hacer es buscar un grado de equilibrio porque las leyes son para todo el país y cada región tiene características distintas, eso hace más difícil poder proponer una determinada norma. El Gobierno tiene que resolver qué camino toma, si solamente la pesca industrial o la pesca artesanal, para mí las dos cosas son compatibles. El sector pesquero es importante para la economía chilena, entonces el Gobierno también tiene que tener la prudencia necesaria para buscar lo que yo llamo los equilibrios. Y en ese contexto no se trata de defender a la industria, de defender a los pescadores artesanales o hacer de esto un tema político. Aquí hay ciertos parlamentarios que buscan como un nicho electoral, cuando se trata de un tema netamente gremial.
-¿Pero también es un problema de la subsecretaría de Pesca?
Sucede que de parte de la subsecretaría de Pesca muchas veces no hay respuesta a todas las organizaciones, pero también quiero ser muy explícito, siempre ha sido así. Y eso pasa porque el subsecretario o no tiene los medios o no tiene el poder necesario, y el camino más fácil es no responder.  Y eso no es bueno para un sector tan importante, como es la pesca artesanal aquí en esta Región. Pero tampoco se trata de demonizar a la industria pesquera o a la industria salmonera. Las reglas las pone el Ejecutivo y el Parlamento, porque estamos hablando de leyes. Tengamos legislación, regulación y reglas claras y en base a eso va a haber inversión. Hay que respetar a quienes invierten, de acuerdo con las reglas con las que invirtieron y no cambiárselas dependiendo de las situaciones políticas.
¿Entonces es partidario de revisar la Ley de Pesca?
El tema de la pesca en Chile tiene dos caras , y cada una de las partes tiene sus propias explicaciones. Obviamente cada una tiene razón en algunos aspectos, en otros no. Primero el Gobierno tiene que definir si efectivamente va a introducir algunas modificaciones a la ley. Después hay que ver qué es lo que va a hacer. Hasta ahora no ha dicho nada y no ha hecho nada. Todos saben que el que más presiona obtiene mejores resultados y la pregunta que hay que hacer entonces es para qué se hace una ley si no la respetan. Quiero ver primero un documento por escrito y después tomaré decisiones, dependiendo de lo que se quiera hacer o revisar.

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