Juan Guzmán Tapia: El nuevo werken de Mehuin

/ 22 de Enero de 2007

Ex Juez Juan Guzmán
Se retiró del Poder Judicial, pero no de la vida pública. Es que las causas humanitarias y ambientales las lleva en sus más profundas convicciones, las mismas que lo hicieron aceptar el rol de werkén de las comunidades lafquenches el pasado 30 de septiembre.

No será una tarea fácil para el primer juez que procesó en dos oportunidades a Augusto Pinochet , aunque sus defendidos ya lograron que Celco pidiera ampliar el plazo para efectuar las mediciones previas a la construcción del ducto en Mehuin.

“Ya cumplí con la función pública y ahora me corresponde disfrutar la tercera etapa de mi vida con mi mujer, con mis hijas, con mi madre que está viva”, señalaba el juez Juan Guzmán Tapia, cuando, a sus 66 años, decidió retirarse del Poder Judicial en mayo de 2005. Sin embargo, a menos de dos años de estas declaraciones, su agenda de actividades se mantiene totalmente activa, no sólo por su cargo como Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad Central, sino por su regreso a la vida pública, marcado por el lanzamiento en Valdivia de sus memorias “En el borde del mundo, Memorias del Juez que procesó a Pinochet” y su investidura oficial en Mehuín como werkén (vocero) de las comunidades lafquenches del sur de Chile. Con este cargo honorífico, el ex jurista está oficialmente autorizado por los lonkos para defender su causa en foros y organismos internacionales.

No sólo sus convicciones lo hicieron aceptar con orgullo esta nominación. Él asegura que su árbol genealógico tendría raíces mapuches e incluso incaicas por el lado de su padre, el diplomático y escritor Juan Guzmán Cruchaga. “Mi bisabuelo era Cruchaga Montt de apellido, y mi abuela materna era Cruchaga Villaga, y su padre era Angel Cruchaga Montt. La descendencia de los Montt llega desde el Perú. El primer Montt que llegó a Chile era Montt-Prado, y era a su vez nieto de una coya, y la coya era hija de Huascar. Toda esa genealogía la tenemos totalmente al día”, asegura con vehemencia. La descendencia mapuche también estaría acreditada por parte de sus apellidos directos y por su madre.

¿Qué rasgos de su personalidad heredó de sus ancestros?

Bueno, soy muy porfiado. Dicen que uno de los rasgos de los indígenas es ser porfiados, pero también tengo mucho de vascos, así que soy doblemente porfiado (sonríe).

¿Cuáles son hoy sus motivaciones al aceptar el rol de Werkén?

Creo que nuestros pueblos originarios deberían unirse para reclamar y hacer públicos todos los abusos de los cuales son víctima. Existen en el norte, con la contaminación de los lagos, de las aguas. Los cultivos tampoco son los de antes. Así también seguimos con Pascua Lama hacia el sur; hemos visto lo que pasó con la represa de Ralco en el Alto Bío Bío y con el genocidio que esto implica en relación a los pehuenches, que fueron trasladados a 2.500 metros de altura. Ellos pasan mucho frío durante gran parte del año, los animales se les van muriendo y ellos mismos se van o enfermando, muriendo o emigrando. Si seguimos hacia el sur están los problemas con las celulosas, y como poco a poco se les van contaminando sus aguas, sus hábitats, sus ríos, y desde luego con el peligro también del desmembramiento en muchos casos de los pescadores artesanales, entre los cuales está, en gran parte, el pueblo lafquenche.

¿Y en la práctica que hará cuando sea wekén?

Cuando se me designó como werkén de los lafquenches en Mehuín y en Curiñanco, acepté con mucho gusto, pensando que no solamente basta con ser werkén de este pueblo, sino que también ir extendiendo con ayuda de mucha gente este trabajo para que se vaya sabiendo en Chile y el extranjero lo que está ocurriendo, y ver el modo de que las empresas señalen alternativas y que los gobiernos les garanticen el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación, y vayan recuperando las tierras conforme corresponde a los programas estatales.

Piedras manchadas con sangre

Todavía se recuerda los enfrentamientos sucedidos en Mehuin el 17 de agosto de 2006 entre pescadores y efectivos de la Armada ¿Qué antecedentes tiene Ud.?

Bueno, yo ví dos películas: una tomada desde una de las embarcaciones de los pescadores artesanales y otra tomada desde el buque perteneciente a la Armada. Y en aquella película tomada por los pescadores, se advierte cómo llega esta embarcación de Celco –o arrendada por Celco, en realidad no sé- a efectuar las mediciones. Los pescadores artesanales estaban dentro de la bahía en sus respectivas lanchas. Ellos simplemente trataron de impedir estas mediciones, porque saben que lo que viene después es el trazado del ducto y su puesta en marcha. Al poco rato esta embarcación de Celco lanzó potentes chorros de agua a las embarcaciones. Usted sabe que con chorros tan potentes como esos, se puede perfectamente echar un hombre al agua. Los lafquenches lo saben, y los pescadores artesanales por tradición no saben nadar, así que estaban atentando contra la vida. Y a los pocos minutos llegan los buques de la Armada y se van acercando a las embarcaciones artesanales, y desde el barco se ve como se dispara un arma de fuego larga y se escucha cómo se disparan los impactos hacia las embarcaciones. En relación a la película que se iba tomando desde la embarcación naval, se habla mucho; se dice estos tales por cuales están armados. No es cierto, no están armados. En una parte se muestra como si estuviera asomando algo. Pero, por lo que se ve con toda claridad, la reacción de ellos fue con las tradicionales hondas, y usted comprende que las hondas contra un barco blindado no tienen ningún poder de destrucción ni de disuasión.

La Ministra Paulina Veloso calificó la actitud de los pescadores como “matonaje inaceptable”. Incluso dudó que fueran realmente pescadores los que allí actuaron ¿Qué opina de esas declaraciones?

Yo no veo realmente quiénes son los activistas que pueden haber intervenido (…) creo que es una apreciación bastante subjetiva (…) creo que existe temor de enojar a las multinacionales y empresas poderosas que existen en Chile. Se debe buscar alternativas que favorezcan tanto a las empresas como al Estado chileno, pero sobre todo a la gente que habita y que es la que más necesita de su hábitat. Creo que falta mayor diálogo y falta mayor verdad a todo nivel.

Usted ha afirmado tener antecedentes inéditos sobre Celco y que en su momento revelaría ¿Qué podría adelantar sobre esta información?

Bueno, yo me he estado informando muy bien sobre los procedimientos en los cuales actúa Celco. Pero en esa materia yo prefiero guardar reserva hasta que en realidad sigan avanzando estos proyectos.

Ha habido declaraciones de dirigente lafquenches, en que se señala que Celco no entrará a Mehuin, aunque eso significara “manchar unas piedras con sangre…” ¿Comparte este tipo de declaraciones? ¿Hasta que punto llevaría el rol de werkén si se radicalizara demasiado el conflicto?

En primer lugar, yo no estoy por la violencia. Si asumo el papel de werkén es precisamente dentro del ánimo que haya paz, conversaciones y buenos entendimientos. Así que de ninguna manera estoy de acuerdo con que haya ningún tipo de enfrentamientos.

Algunas publicaciones de prensa lo han calificado como “el nuevo enemigo de Celco”, a raíz de su nombramiento como Werkén ¿Lo es?

Yo no soy enemigo de nadie. Yo soy enemigo de tener enemigos, y considero que todo se puede lograr cuando hay respeto hacia la gente, los pueblos, el país y hacia la naturaleza. Yo soy un amigo de la naturaleza y soy un amigo de las personas que se encuentran en situaciones desmedradas. Me siento más cerca de ellos que de las personas que a toda costa quieren beneficiarse, muchas veces, en perjuicio de nuestros propios nacionales.

La causa mapuche

Usted declaró al diario español El País que en Chile habría una “feroz” represión a los pueblos originarios por parte del Estado ¿Se refería a algún Gobierno en particular?

En general me he referido a la mayoría de los gobiernos, particularmente al caso de Ralco, como se trató a los pehuenches, con la fuerza, de una manera bastante violenta para erradicarlos. Y también me he referido a la situación en el Gobierno de Lagos, donde se hostilizó de una manera bastante severa a los indígenas.

¿Por qué los gobiernos de la Concertación no han podido dar una solución de fondo al problema mapuche?

Mire, yo creo que los temas de fondo siempre se dejan para el Gobierno siguiente. Y en el caso de doña Michele Bachelet, ella está heredando muchas situaciones conflictivas que debieron haber sido resueltas en presidencias anteriores. Así que tiene una labor muy dura por delante (…) Ella prometió acercarse a los pueblos mapuches e indígenas en general y que vería que sus reivindicaciones sean aceptadas. Yo tengo confianza en que va a haber un cambio y esa fue una de las razones por las cuales acepté ser werkén.

Pero ya pasó el primer año y se ha criticado la pasividad para atacar el tema. Cuando la presidenta viajó a la Asamblea General de la ONU no lo mencionó ¿No le decepciona esta actitud?

Se hizo la Acta de Nueva Imperial (firmada en 1989) cuando era candidato don Patricio Aylwin, donde se señaló que se haría todo por ver el modo que se les reconocieran los derechos constitucionales a los pueblos originarios. Y después de 17 años transcurridos, lo único que existe es una declaración por parte de la unanimidad de la Cámara de Diputados, donde se señala simplemente que Chile es un país único, unitario e indivisible -o algo por el estilo- y no existe el reconocimiento expreso de los distintos pueblos que existen en el país. Así que en buenas cuentas, estamos a fojas cero, igual que hace 17 años.

Por Nicolás Sánchez
Fotografías: Viviana Peláez

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