Las 40 horas de la Ley

/ 19 de Abril de 2023

Roger Sepúlveda Carrasco,
Rector Universidad Santo Tomás
Región del Biobío.

Recientemente en Chile se aprobó una reforma laboral muy esperada por la ciudadanía y de la que el gobierno del presidente Boric fue uno de los principales impulsores. Esta modificación reduce la jornada de trabajo de 45 a 40 horas semanales. La iniciativa legislativa, hoy ley de la República, levantó un sinnúmero de voces, donde incluso parlamentarios votaron rechazando dicha modificación. Pese a ello, finalmente, fue aprobada. Pero veamos si tantos aplausos o incluso los temores que existieron eran justificados.

Lo primero que se merece recordar es que ya el 2005 nuestra legislación laboral marcó un hito similar, cuando se modificó la normativa que venía desde 1925 para reducir la jornada semanal de 48 a 45 horas. En esa ocasión no hubo “marcha blanca” para los empleadores. No obstante, se debe precisar que ese Chile crecía a tasas de un 5,8% anual, claramente, un hecho que demuestra que las condiciones y contextos eran muy diferentes a los de hoy.

 

Un punto fundamental en este proceso, dado que la reforma tendrá una gradualidad en su aplicación considerando cinco años para su implementación definitiva, es que debemos abandonar las trincheras ideológicas, las miradas maniqueas y las opiniones basadas en los dogmas. Aquí me refiero a los dicotómicos discursos que se oyeron recurrentemente, donde se construyeron desde el discurso escenarios de “los buenos contra los malos”, demonizando a los empresarios y a las organizaciones que brindan empleo.

Un gran paso en ese sentido sería que tanto empleadores como trabajadores y sindicatos pudieran tener los necesarios puentes de conversación y entendimiento, convenciéndonos que en esta materia es juntos como avanzamos y no separados, ocupando caricaturas o estigmatizaciones propias de luchas de tiempos pretéritos.

La iniciativa será valiosa si y, solo si, hay incremento en la productividad, escuchando tanto a los técnicos en la materia como, también, a quienes brindan los empleos en las empresas, sean del tamaño que sean

Ahora bien, hay que dejar en claro que no todo han sido aplausos, para nada. Las Pymes y sus organizaciones gremiales representativas han expresado su fuerte desazón y crítica ante esta nueva ley, señalando que su implementación perjudicará de manera directa a los pequeños y medianos empresarios, agregando que la reforma está hecha a la medida de “las grandes empresas”. Si bien la iniciativa puede ser muy beneficiosa en ciertos aspectos ya vistos, tampoco es correcto desatender o no escuchar a quienes en Chile generan una parte importante de los puestos laborales. Hay que recordar que detrás de cada trabajador, hay una persona que con empleo remunerado puede pagar la educación de sus hijos, llevar el alimento a casa, acceder a prestaciones médicas o de salud, entre otros beneficios.

Lo que de ninguna manera nos puede ocurrir es precarizar el mercado laboral como consecuencia de dicha reforma. Eso sería, como dice el refrán, “ir por lana y salir trasquilado”.

Poder contar durante la semana laboral con una hora más para estar en casa, con la familia, descansar o recrearse son, sin duda, elementos muy beneficiosos para todos quienes trabajamos en Chile. Lo importante es hacerlo con sentido de responsabilidad y de realidad. La iniciativa será valiosa si y, solo si, hay incremento en la productividad, escuchando tanto a los técnicos en la materia como, también, a quienes brindan los empleos en las empresas, sean del tamaño que sean.

O’Higgins 680, 4° piso, Oficina 401, Concepción, Región del Biobío, Chile.
Teléfono: (41) 2861577.

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