La lectura de cuentos tiene muchos más beneficios que sólo entregar entretención a los más pequeños. Este hábito fomenta el aprendizaje, la concentración y la comprensión de situaciones de la vida cotidiana.
La directora de Programas Educativos de Vitamina, María Luisa Orellana, explica que para que la lectura, o el relato de cuentos, sea una experiencia plena, es fundamental crear un ambiente propicio, escogiendo un tiempo y un lugar especial que invite a la concentración y a la fantasía.
“Los cuentos acercan a los niños al mundo de la imaginación y desde ahí favorecen el acercamiento a aprendizajes, dentro de un contexto de goce y juego. A través de los personajes y los acontecimientos, ellos pueden identificar actitudes y comportamientos, al mismo tiempo que reconocer y resolver situaciones de la vida cotidiana, que les ayudarán a comprenderla y actuar en ella”.
Contar diariamente un cuento a tu hijo se puede transformar en una práctica que enriquece el vínculo entre los que participan, al mismo tiempo que establece rutinas que son muy relevantes para los niños pequeños. Además, puede ser una práctica para compartir historias que marcaron tu propia infancia, transmitiendo la cultura familiar o local de “generación en generación”.
Antes de elegir un cuento para nuestros hijos hay que tener en consideración lo siguiente:
-Escoger textos simples y adecuados con la edad del niño. Generalmente ese dato aparece declarado en el cuento.
-Comenzar con temáticas que a cada niño le interesen.
-Tener cuidado con el contenido del relato. A veces no nos damos cuenta que éste es inadecuado por la violencia con que se cuentan las historias. Estas situaciones están fuera de la capacidad de comprensión de los niños, por lo que les pueden generar más angustias que satisfacciones.