Un estudio de la Universidad de Michigan, en EE.UU., realizado en el 2015, demostró que las personas que duermen siestas de máximo 30 minutos al día se esfuerzan más y se frustran menos ante problemas difíciles que aquellos que no tienen esos espacios de descanso.
Diego Oliva, sicólogo y generalista de RR.HH. de Randstad Chile, explica que si bien aún muchos ejecutivos y compañías son conservadores con este tipo de tendencias, en el país ya hay algunas empresas que están entregando la posibilidad a sus colaboradores de tomar siestas cortas para recuperar energías. “Lo han hecho debido a los resultados positivos que han obtenido con respecto al incremento de productividad y aumento de memoria, atención y concentración que estas siestas producen en las personas”. Sí, aclara, que este tema todavía genera cierta reticencia por temas culturales y también generacionales de quienes se formaron con la idea de que el descanso y la siesta eran exclusivamente para el ámbito del hogar.
El Informe de Perspectivas de Empleo 2015, realizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde), determinó que los chilenos trabajan en promedio 1.990 horas al año y 45 horas semanales. Ese cálculo ubica al país en el quinto lugar de 38 naciones con mayor cantidad de horas trabajadas. Al respecto, Diego Oliva comenta: “Una pausa para una mini siesta, una caminata para respirar aire puro o tomar un café pueden ser beneficiosos para lograr una mejor concentración, recobrar energía, disminuir el estrés y los errores”.