Millennials se les llama a los jóvenes nacidos entre 1981 y 1995, un grupo que se convirtió en personas mayores de edad junto con la llegada del nuevo milenio. Algunos también la describen como la generación “Peter Pan”, porque tienden a retrasar, respecto de las anteriores, algunos ritos de paso a la edad adulta, como, por ejemplo, abandonar el hogar paterno, es decir, viven con sus padres por períodos mucho más largos, sin que esto les complique en absoluto.
Se trata de jóvenes muy inteligentes y preparados académicamente, que nacieron bajo el paraguas de la prosperidad económica. Son miembros de familias que vivieron esta bonanza y, por tanto, son personas que crecieron en hogares seguros y confortables.
Este fenómeno es analizado por el inglés Simon Sinek quien, en un video que se transformó en viral, explica por qué estos jóvenes fracasan en el entorno laboral. En su opinión, las causas radican en la forma en que fueron educados por sus padres, la adicción que desarrollan a la tecnología, la falta de paciencia y el ambiente competitivo del mundo del trabajo. Sus padres “les dijeron que eran especiales, que podían conseguir todo lo que quisieran en la vida sólo con quererlo”, explica. Además, apunta que debido a las redes sociales y la tecnología, cultivan amistades superficiales y disfrutan de todo al instante.
Sin embargo, es destacable su gran capacidad de adaptación a nuevas condiciones y cambios de ambiente, así como para crecer rápidamente y resolver problemas de forma simultánea. Por ese motivo, los “millennials” no están dispuestos a soportar un trabajo poco interesante o rutinario. Esta generación busca ser parte de algo grande, crecer y desarrollarse.
El año pasado, los jóvenes entre 18 y 34 años de edad representaron el segmento más grande de personas que dejaron su trabajo por factores personales o de crecimiento profesional. El dato no es menor si consideramos que para el año 2020 se estima que esta generación será el 40 % de la fuerza de trabajo y el 75 %, en 2025.
La cultura horizontal de los millennials choca con las estructuras verticales de la mayoría de las empresas, llevándolos a organizaciones nuevas, sobre todo de base tecnológica, en sectores afines a la innovación, donde la verticalidad es vista como una traba para el crecimiento.
El desafío para las empresas es atraer y retener a estos trabajadores que se resisten a los modelos laborales tradicionales, proveyéndoles de condiciones que les permitan equilibrar el trabajo y la vida personal, y donde los incentivos se basen en objetivos claros, compañías dispuestas a cambiar el enfoque de supervisión por uno de mentoring y con una mayor preocupación por el ambiente laboral, pues estos millennials no sólo quieren un trabajo que reporte dinero, sino crecer y pasar un rato agradable en él.