La resolución alternativa de conflictos es una materia que se ha intensificado en el mundo en los últimos 30 años. Chile no ha estado ajeno a dicha tendencia mundial, estableciendo mecanismos de solución alternativa de conflictos en distintas ramas del Derecho.
Nuestro país diseñó un modelo obligatorio de mediación en Salud previo a toda instancia jurisdiccional, como una forma de filtrar los reclamos médicos que llegarían a tribunales. Si bien los modelos obligatorios de mediación son pocos en el mundo, la obligatoriedad del nuestro era, en parte, necesaria considerando la idiosincrasia de nuestra sociedad. Esto debido a que, como es un procedimiento nuevo, era por ende desconocido y, como tal, mirado con recelo por los reclamantes y, en especial, por sus abogados.
La reacción era obvia. El abogado formado como litigante no estaba entrenado en negociación y, en consecuencia, no sabía enfrentarla y veía esta instancia como una pérdida de tiempo. Muchos de esos abogados de la vieja escuela aún tienen la misma visión. Sin embargo, las nuevas generaciones vienen con el sello negociador inculcado desde sus aulas.
En estos nueve años de implementación, podemos afirmar que ha cumplido el objetivo planteado en sus inicios, que es desjudicializar los conflictos médicos. Este efecto es propio de la mediación, ya que aunque no se llegue a un acuerdo a través del proceso, igualmente el “reclamado” entrega explicaciones, muchas de las cuales sirven para entender que la vida también tiene un lado amargo y no necesariamente existe siempre un culpable.
Además del objetivo inicial, podemos ver que se han ido satisfaciendo otros. En efecto, a través del procedimiento se restablece el diálogo entre las partes, el médico y el paciente pueden conversar en un plano de igualdad, el paciente recibe explicaciones, y también disculpas si éstas son procedentes, lo que ayuda a recuperar la confianza entre las partes, lo que produce un impacto aún mayor en los establecimientos públicos de salud, donde el paciente normalmente no puede elegir a su médico; por ello el restablecer la confianza es crucial para el futuro del paciente que, probablemente, por domicilio, tendrá que seguir atendiéndose en el mismo recinto.
Otro objetivo cumplido es la entrega de una solución del conflicto a las partes. En este orden de cosas, la mediación tiene como ventaja que no hay perdedores como en un juicio, sino que cada vez que un acuerdo se produce, ambas partes ganan y se sienten felices de haber solucionado el conflicto amigablemente. Asimismo, tiene la ventaja de que ambos han ahorrado tiempo y dinero.
Finalmente, es importante señalar que los reclamos de mediación sirven como una herramienta de gestión. En efecto, nuestra sociedad no debe temer a los reclamos, ya que éstos sirven para mejorar aquellas cosas que no se están haciendo bien y descubrir las distintas falencias que tienen los establecimientos de salud.