Lycée Charles de Gaulle de Concepción: Una educación francesa sin fronteras

/ 25 de Julio de 2010

Al dejar el cargo, la directora Sabine Dubernard dice que, a pesar de las exigencias académicas consiguió que sus 1.100 alumnos la saludaran con un “¡Bonjour madame!”; habla del buen momento del colegio y de la beca de excelencia que obtuvo Roberto Martínez Stocker para estudiar en Francia.

sabine-frances.jpgEl plantel de Concepción es parte de una red de 460 establecimientos en el mundo que tienen los mismos planes de estudios, exigencias académicas, mecanismos de control de calidad de la enseñanza y los criterios administrativos aplicados en Francia. Ello le permite al alumno continuar sus estudios en cualquiera de esos liceos y ser reconocidos u homologados como parte del sistema de la enseñanza pública gala.
La directora del Licée Charles de Gaulle de Concepción, Sabine Dubernard, enfatiza que aplican un régimen académico de excelencia comprobado con un control de calidad permanente con programas estables que son diseñados en sus contenidos por el gobierno de Francia. “El objetivo es enseñar en francés, con una metodología que hace que los alumnos tengan una capacidad de reflexión analítica. Aquí, se estudian muy pocas materias de memoria, porque se busca incentivar la capacidad de pensar para que puedan discernir por sí mismos”, precisa.
Destaca que este licée penquista es particular en relación con los existentes en el resto del mundo, debido que la mayoría de los 1.110 alumnos son chilenos, ya que habitualmente en los restantes planteles su matrícula está compuesta por franceses, norteamericanos, europeos e hijos de diplomáticos. “La ventaja por tratarse de una red escolar única es que está presente en 130 naciones con 250 mil alumnos, en que un educando puede comenzar a estudiar en Concepción, y continuar haciéndolo en cualquier ciudad del mundo, donde hay otros licées, debido a que los programas y contenidos son los mismos”, precisa. Explica que el plantel es administrado desde hace 20 años por la Agencia para la Enseñanza Francesa en el Extranjero (AEFE) y cuenta con un cuerpo docente de más 100 miembros, de los cuales sólo una veintena son franceses.
La agencia fue creada en 1990 con estatuto de establecimiento público nacional administrativo, bajo la tutela del Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos. Entre sus objetivos está el asegurar la continuidad del servicio público de educación en el extranjero para los hijos de familias francesas residentes en los distintos países. Francia es el único país que cuenta con una red de colegios en el extranjero, financiada en gran parte por el Estado. En los 460 colegios repartidos en el mundo, hay 26 mil 500 docentes, de los cuales 6 mil 500 son franceses y los restantes contratados en el país en que se emplaza el colegio. Además, en función de la situación particular de cada establecimiento, las familias contribuyen mediante el pago de gastos de escolaridad según la realidad económica local.
La homologación de establecimientos es otorgada por el Ministerio de Educación Nacional, Enseñanza Superior e Investigación de Francia, en acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores y Europeos, luego de procesos de certificación.
Sabine Dubernard, con cinco años en el cargo y quien deberá asumir como titular en el Lycée Jean Mermoz de Buenos Aires, Argentina, señala que lo más gratificante es haber logrado que los padres, apoderados y alumnos la saluden con un buenos días en francés (¡bonjour, madame!) y sentir el deseo que tienen por asistir a su colegio, pese a todas las exigencias que se les hacen. “Reconozco que me voy con sentimientos encontrados, porque tengo un gran desafío por delante, pero también con un poco de tristeza por dejar este Lycée. Recibí el apoyo de todos para realizar esta compartida gestión que nos permitió desde primero y hasta cuarto medio homologar con los mismos estándares que tiene la educación que se imparte en Francia”, enfatiza.
Sostiene que el proceso de equiparar la educación que entregan en Chile con la que se imparte en Francia es certificada cada año por inspectores. Vienen a analizar los contenidos de los ramos, y la forma en cómo se entregan los conocimientos por el cuerpo docente. Añade que los profesores tienen una formación continua obligatoria y mecanismos de control que son los mismos aplicados para su evaluación en Europa.
Explica que el proceso para la aceptación del bachillerato, una prueba nacional que se toma en Francia para ingresar a la educación superior, está en su etapa final y con ese objetivo se firmarán convenios con las universidades de Concepción y San Sebastián. “La idea es que un estudiante que apruebe el bachiller ingrese a la universidad independientemente del puntaje obtenido en la PSU. Me habría gustado participar en la firma de ese convenio, pero no podré hacerlo porque estaré en mi nueva destinación en Buenos Aires”.
Dubernard destaca la importancia de la Beca de Excelencia del gobierno Francés que obtuvo el egresado de este licée, Roberto Martínez Stocker para continuar sus estudios en una universidad de Francia. Esta beca se entrega sólo a 80 alumnos extranjeros de los 460 colegios franceses en el mundo. La selección de los becarios se fundamenta en la excelencia del candidato de acuerdo con su expediente escolar y los resultados del “baccalauréat”. “Estamos muy orgullosos, porque implica un reconocimiento hacia nuestro establecimiento que va mucho más allá del proceso de homologación”.
En reemplazo de Sabine Dubernard, asumirá como nuevo director del Lycée Charles de Gaulle de Concepción, el docente Philippe Exelmans.

Así nació el colegio

En marzo de 1944, mientras Francia estaba ocupada por las tropas nazis, el colegio abrió sus puertas en Colo Colo 131, de Concepción, con profesores de la Martinica. Las personas que se destacaron por su empuje y tesón en la creación del colegio fueron Jean Esquerré, entonces Cónsul de Francia, quien se puso al frente de la campaña con el objetivo de reunir fondos y adquirir el primer edificio, y Jean Genestier, quien impulsó la puesta en marcha del establecimiento como primer presidente del consejo de administración.
Ambos respondieron así al llamado del entonces general Charles de Gaulle que pidió a sus connacionales repartidos por el mundo adherir al movimiento Francia Libre. El comité local envió voluntarios, ropa y dinero para “la resistencia”, pero los pioneros Esquerré y Genestier quisieron dejar algo más concreto: un colegio para Concepción, y este proyecto ha continuado con éxito con el presidente del Directorio actual, su nieto Paul Esquerré D.

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