Marcela Ibáñez, fagotista de la Sinfónica UdeC y conductora de Féminas Sinfónicas:“La internacionalización era un anhelo para la Orquesta”

/ 4 de Marzo de 2019

Hace 15 años que Marcela integra la Orquesta Sinfónica de la Universidad de Concepción. Reconocida como una de las pocas intérpretes de fagot en Chile, habla de la importancia de los nuevos desafíos internacionales del elenco penquista, y detalla cómo descubrió su amor por la música clásica a través de un viejo disco de vinilo.

 

Marcela Ibáñez, fagotista de la Sinfónica UdeC y conductora de Féminas Sinfónicas

Marcela Ibáñez Guevara es una intérprete de fagot atípica. No sólo por ser una de las pocas mujeres que domina este instrumento en el país, sino también porque, a diferencia de la mayoría de los músicos que mantienen una disciplina rígida y estructurada, ella siempre mostró una facilidad innata para tocar el fagot.

De hecho, reconoce su método como inusual. “Quienes tocan profesionalmente son muy disciplinados. Yo no lo soy, nunca lo he sido, ni en la música ni en ningún ámbito. Creo que quizás no tengo las estructuras mentales organizadas”, admite medio en serio, medio en broma. Sin embargo, eso no le ha impedido subir escalones en el terreno musical, gracias a su gran talento.

Cuenta que si bien lleva la música en la sangre, ese don estuvo dormido hasta que su papá decidió matricularla a ella, de seis años, y a su hermano, de cinco, en la Escuela Experimental de Música de La Serena, ciudad hasta donde llegó su familia en 1973, desde su natal Santiago, por el trabajo de su padre, constructor civil de la antigua Corporación de Vivienda (Corvi), hoy Serviu.

Fue así que ambos niños se iniciaron en el ambiente musical, donde han hecho carrera, y brillado por su dedicación y talento. De hecho, hoy, no sólo Marcela integra una reconocida agrupación musical, sino también su hermano, quien es cornista de la Orquesta Sinfónica de Chile.

La intérprete sonríe al recordar que su acercamiento al fagot fue sólo por azar. “Yo anhelaba poder dedicarme a la flauta o al violoncello; pero, cuando nos incorporamos a la enseñanza, no había cupos para ejecutar esos instrumentos… así es que sólo me quedó aprender fagot”, cuenta.

Sin embargo, mientras que a varios de sus compañeros les parecía un instrumento de alta dificultad, a Marcela se le hizo muy sencillo dominar su interpretación. Explica que quizás se debió a que el sonido del fagot nunca le fue desconocido, pues siendo aún muy niña descubrió su peculiar timbre y su registro grave cuando cada tarde, junto a su papá, un melómano de música docta, escuchaba el disco Piccolo, saxo y compañía. Este cuento musical, que asegura oyó decenas de veces, narraba la historia de una gran orquesta y mostraba cómo los instrumentos se vinculan entre sí.

“El disco de mi padre nos llevó a conocer cada instrumento, y a acercarnos a lo sinfónico de manera entretenida. Para mí, fue la puerta de entrada a la música clásica”, cuenta la fagotista.

Tras terminar su enseñanza media en la Escuela Experimental de Música, Marcela estudió dos años en la Facultad de Arte de la Universidad de Chile. Luego, ingresó al Instituto de Música de la Pontificia Universidad Católica, donde obtuvo el título de Intérprete Musical con Mención en Fagot. Sin embargo, su talento la llevó, dos años antes de terminar la carrera, a ser parte de la Orquesta Clásica de la Universidad de Santiago, donde permaneció por 14 años.

Internacionalizar la Orquesta UdeC

Irina Pizarro, Marcela Ibáñez y Pamela Astorga, en uno de los programas de Mujeres Sinfónicas.

La fagotista reconoce que siempre estuvo entre sus planes salir de la capital y llegar a la Sinfónica de la Universidad de Concepción. Fue así, que, en 2004, participó de un concurso, en el que quedó seleccionada para integrarse al elenco penquista, del que hoy es la segunda fagotista. “Siempre me interesó llegar aquí, pues creo que se trata de una orquesta de gran nivel, y que está catalogada como una de las mejores agrupaciones del sur del país, y donde existe la posibilidad de abarcar distintos repertorios”.

Sobre los planes, adelantados por el propio Rector de la Universidad de Concepción, Carlos Saavedra, de internacionalizar al elenco penquista, a Marcela se le ilumina el rostro y señala: “Es una oportunidad fantástica, y un anhelo que siempre estuvo en la mente de los músicos, pues la orquesta jamás ha salido del país”.

Agrega que este hito es algo completamente merecido para la Orquesta, “que está en un alto nivel y tiene muchas ganas de salir al extranjero a mostrar su talento”.

Experiencia radial

Consultada sobre la minoritaria presencia femenina en la Sinfónica UdeC, que cuenta sólo con 12 mujeres para sus 50 puestos de planta, la fagotista es enfática al señalar que “aunque somos menos, no existe diferencia en el trabajo. Aquí lo que importa es el sonido, y no quién lo ejecuta. Además, este predominio de hombres no se da sólo en la Orquesta, o en el espacio de la música clásica, sino que es la realidad en cualquier ámbito laboral”.

-Pero es más notorio en este ambiente.

-”Suelen haber más músicos porque, como en otras profesiones, a la mujer le cuesta dedicarse exclusivamente a su trabajo, por los distintos roles que desempeña: es madre, esposa y dueña de casa, por ejemplo. Tenemos dedicación, también trabajamos duro, pero hay ciertos ’distractores’ en el camino”.

Además, sostiene, la mujer se incorporó tardíamente de manera profesional a la música clásica. “Antes, era casi un requisito que las niñas supieran ejecutar algún instrumento, pero a modo de gracia, de entretención. En la Orquesta Filarmónica de Berlín, por ejemplo, una de las agrupaciones más importantes del mundo, se admitían sólo varones hasta 1982, y la de Viena incorporó recién a una mujer en 1997.    

Marcela también debe cumplir más de un rol en su vida. Al de músico se añade su papel de madre de tres hijos, de 24, 16 y 13 años, lo que de ningún modo ha sido impedimento para afrontar nuevos retos profesionales. Así, en 2018 se incorporó al grupo Ensamble de Vientos de Artistas del Acero, y ese mismo año se convirtió en la conductora del programa Féminas Sinfónicas, en radio Universidad de Concepción.

Marcela Ibáñez, fagotista de la Sinfónica UdeC y conductora de Féminas Sinfónicas

Marcela cuenta que el espacio, que ya cumplió su primer ciclo y que espera volver al aire en marzo, intenta mostrar el mundo de la música clásica a través de la historia y mirada de las integrantes de la agrupación sinfónica. “Jamás había estado en una radio, ni menos detrás de un micrófono. La verdad es que siempre me gustó, por la interacción que se da con el público y por la tónica especial que tiene este medio”.

Confiesa que estar a cargo del programa se le dio tan fácil como su relación con el fagot. “Es como si siempre hubiera estado ahí, me resulta muy natural. Por la retroalimentación que he recibido de los auditores, les interesa conocer el ‘lado B’ de los músicos, y el quehacer en general de la orquesta, más allá de vernos tocar. Es un espacio importante, porque es una forma de acercar la música clásica a la comunidad”.

Marcela adelanta que en la segunda temporada de esta entretenida experiencia, continuarán en la  misma línea, modelo que ya ha probado gustarle a sus auditores. “Incluso, pensamos incorporar a nuestros temas de conversación aquellos términos que utilizamos en el mundo musical, una especie de vocabulario de los músicos, para que la gente lo conozca y se familiarice con esa terminología. Además, otro gran desafío para este espacio sería apostar por un programa en vivo”, cuenta.

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