Si la mordedura no fue grave, lo siguiente es conocer los “antecedentes” del perro. Se debe ubicar a sus dueños para saber si el animal está vacunado contra la rabia, pues esta enfermedad puede ser mortal si no es tratada a tiempo. Si no fue inoculado, el can debe mantenerse en observación durante siete a 10 días, idealmente por un veterinario. Si muestra algún signo de enfermedad, la persona debe recibir la vacuna contra la rabia para evitar complicaciones. Si el perro es callejero o no es posible ubicar a sus propietarios, lo mejor es acudir a un médico para que indique qué tratamiento seguir. Y recuerde, no se limite a curar sólo la herida, pues la mordida podría traer más de algún problema a su salud.