Niños y tecnología, la clave es adaptarse

/ 29 de Julio de 2019

Desde hace algunos años, quienes somos padres hemos venido escuchando horrores acerca del uso que nuestros hijos le dan a la tecnología. Pediatras a nivel mundial (siguiendo las recomendaciones de la Asociación Americana de Pediatría) sugieren restringir el uso de pantallas en infantes de 0 a 2 años, y recomiendan como máximo una hora diaria en niños de entre 2 y 5 años.

L. Ricardo Landaeta Le-Fort
Psicólogo y académico
Facultad de Psicología
Universidad San Sebastián

Videos virales como la “Ballena azul” y “Momo challenge”, con consecuencias reales o no, ciertamente han creado un clima negativo hacia el uso de la tecnología en niños y adolescentes.
Por otro lado, recientes estudios, como el publicado en la revista Psychological Science en abril de este año, luego de estudiar el uso de tablets y celulares en tres países en una población de 17.247 personas, afirman que no existe una relación entre el tiempo de pantalla y el bienestar en adolescentes.
Si existe algo claro con respecto a la tecnología es que su utilización por jóvenes no va a disminuir. Se hace necesario, entonces, comenzar a visualizar los efectos positivos que tiene en nuestros hijos el adecuado uso de aparatos o aplicaciones, tanto en el entorno cotidiano como educativo.

Algunos de sus beneficios:
1) Estimula la interacción social: tal como ocurre con el deporte y otros pasatiempos, el uso de ciertas aplicaciones puede beneficiar la interacción y la creación de lazos con quienes comparten la misma pasión. Esto es esencial si los niños desean aprender a crear sus propios juegos o codificar aplicaciones, como ocurre con “la hora del código”, estrategia que incentiva a aprender programación computacional.
2) Incrementa el aprendizaje: aquí las posibilidades son casi infinitas. Un ejemplo de esto es el impacto de herramientas de simulación en la adquisición de conocimientos por los estudiantes en las aulas del mundo.
3) Permite el desarrollo y expresión de la creatividad: por ejemplo, el gran potencial de crear una máquina, un dinosaurio o un pueblo, y poder imprimir sus partes en 3D, era impensable hace diez años. Antes, el lápiz o la plasticina eran medios para la expresión; hoy y mañana serán los computadores, tablets e impresoras.
¿Qué hacer entonces con las recomendaciones? Personalmente, creo que sirven para tener una mayor perspectiva, y considerar el impacto a largo plazo de la tecnología. Como padres conscientes del ambiente de crecimiento que damos a nuestros hijos, antes de tomar cualquier medida es necesario informarse bien, reflexionar y, sobre todo, observar y conocer a nuestros hijos. Así, si su hijo(a) demuestra autocontrol en el uso de la tecnología, puede darle más flexibilidad; si ve que necesita apoyo para controlar la impulsividad, acompáñelo, enséñele y guíelo hasta que pueda hacerlo solo.
Esta tecnología, por extraña o familiar que parezca, llegó para quedarse. Solo nos queda adaptarnos a ella.

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