Según dicen los entendidos, la innovación y sus derivados es el tema de moda en los últimos tiempos. No existe casi ningún campo de desarrollo económico en cual no se utilice la innovación como antídoto o receta de éxito presente y futuro. Al parecer es necesario poner en práctica esta habilidad para resolver de maneras diferentes muchos de los problemas que enfrentamos en nuestra vida profesional, y a veces también, en la personal. Siendo así no vamos a discutir si esa aproximación es la mejor o la más eficiente, sino que nos sumamos a la idea de que esa mirada puede ser efectiva en momentos de necesidad.
No obstante, es valido preguntarse qué vamos a entender por innovación, ya que es allí donde se pone interesante la cosa. Por ejemplo, en el caso de la publicidad y el marketing, la innovación no necesariamente está dirigida a la creación de nuevos productos, reformulación de envases, extensiones de línea, o modificación de servicios ya inventados; hacer eso tiene costos en términos de desarrollo y de investigación muy altos; además que los tiempos involucrados en un nuevo desarrollo son considerables, y todos sabemos que el tiempo es probablemente el bien mas escaso cuando tenemos que defender nuestras marcas de la competencia. Como dato les cuento que anualmente en el mundo se lanzan millones de nuevos productos, de los cuales menos de un uno por ciento tiene éxito; los restantes desaparecen del mercado. Por lo tanto, cuando pensamos en innovar en marketing, tenemos que concentrarnos en cómo dar valor agregado a los productos y servicios que ya tenemos, sin tener que hacerles modificaciones; al menos no de forma estructural o significativa Para ayudarnos en el proceso creativo y análisis necesario para encontrar estas pepitas de oro, en McCann Erickson existe una herramienta que se llama “Las 15 chispas para la innovación”.
Se trata de preguntas más o menos sencillas que ayudan a pensar lateralmente y a salirse de la forma clásica y convergente de pensar. No son la solución. Sin embargo, como buenas chispas, si la madera está bien preparada, el fuego cundirá rápido.
Las preguntas están pensadas para ayudarnos en los equipos de trabajo y para obligarnos de manera entretenida a mirar nuestra marca, productos o servicios de una manera fresca que nos ayude a encontrar oportunidades. Cada vez que las he usado me sorprendo de lo inspiradoras que son y lo buenas que resultan para generar una discusión nutritiva y abundante. Por lo mismo es que compartiré, a modo de ejemplo, algunas de estas preguntas a ver si encontramos en ellas alguna utilidad. Una de las preguntas del set que más me gusta es aquella que dice que “En vez de preguntarnos con quién estamos hablando, debemos preguntarnos ¿con quién no estamos hablando? ya que concentrarse sólo en los actuales consumidores, nos impide encontrar nuevos públicos”.
Parece tan obvio, pero la verdad es que la mayoría de las veces estamos tan concentrados en conocer a fondo a nuestro grupo objetivo primario, que dejamos pasar la posibilidad de evaluar y considerar a los que no hemos definido nuestros consumidores objetivo.
La segunda pregunta preferida es la que dice que “En lugar de hacer marketing para los consumidores objetivo, hay que innovar y crear con ellos. Investigue, pregunte y encienda nuevas ideas para la marca que tengan valor para el grupo objetivo”. Buena pregunta, ¿cuántas veces hemos pensado en utilizar las clásicas dinámicas de grupo para co-crear con los participantes, en lugar de pedirles que nos evalúen nuestra ideas?
Y otra de mis favoritas dice: “fíjese en los puntos vulnerables de su marca y vuélvalos a su favor. Transforme sus mayores amenazas en oportunidades”. Un buen ejemplo de eso es lo que la famosa marca de galletas Oreor hizo, sabiendo que hay muchas personas que se privaban de comerlas por estar cuidando las calorías y no engordar. Diseñó un paquete que contiene solo 100 calorías, así en lugar de ocultar una potencial debilidad, la convirtió en su fortaleza al ser las únicas galletas que permitían contar fácilmente las calorías consumidas.
Les propongo que hagan el ejercicio de hacerse estas preguntas durante el mes, de compartirlas con sus equipos de trabajo a ver qué les pasa a ellos, y chequeemos cómo nos va con ellas. Si resultan ser preguntas capaces de generar ideas que permitan darle valor agregado y, por ende, generar mejor demanda para nuestros productos y servicios, entonces seguimos prendiendo chispas ¿Están de acuerdo?